tag:blogger.com,1999:blog-63398808150323151432024-03-19T12:27:17.944+01:00Clásicos de HistoriaLIBROS DE TODOS PARA TODOSJosé Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.comBlogger514125tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-37176643312563050672024-03-18T08:00:00.038+01:002024-03-18T08:00:00.348+01:00Guillén de Lampart, Proclama por la liberación de la Nueva España y otros textos (1640-1651)<p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP19XqQaGwz7ijhNvRdpTYzBzkUKDwRN0fitgRC48LNEW8_zkXwXejbq7vsZhLzJEQPKfsRFMfcfzwEZb6Wla226jIsVYd3L36LZrsPty_7J63WS21WUtMSr3HiKqtJZQAsFkbXxayAFdCd9bXViCXnlmprzcvQw0PWkYS8tEwfy_5xIlQBYDWrCr4EI4p/s557/Retrato%20ideal%20en%20el%20Monumento%20a%20la%20Independencia%20de%20Ciudad%20de%20M%C3%A9xico.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="557" data-original-width="503" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP19XqQaGwz7ijhNvRdpTYzBzkUKDwRN0fitgRC48LNEW8_zkXwXejbq7vsZhLzJEQPKfsRFMfcfzwEZb6Wla226jIsVYd3L36LZrsPty_7J63WS21WUtMSr3HiKqtJZQAsFkbXxayAFdCd9bXViCXnlmprzcvQw0PWkYS8tEwfy_5xIlQBYDWrCr4EI4p/w181-h200/Retrato%20ideal%20en%20el%20Monumento%20a%20la%20Independencia%20de%20Ciudad%20de%20M%C3%A9xico.jpg" width="181" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Retrato ideal en el monumento<br />a la Independencia (Méjico)</i></td></tr></tbody></table><p></p><div style="text-align: right;"> <span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1FSDZ6uvs3hQ9TSSMQLXbjA81azkor_tq/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1QiKLSJxPXFwzxUWsAFDg9htQad4K_6Rc/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1fikl4r96_M2S1gHgQwISp9dz2eJxHEr_/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span></div><p></p><p>Entre 1648 y 1664, <b>Gregorio Martín de Guijo</b> recogió en su diario todo tipo de acontecimientos y noticias locales de Ciudad de Méjico. En 1659 se refiere así a la celebración de un auto de fe: «Miércoles 19 de noviembre, a las seis horas de la mañana… y tras ellos empezaron a salir los penitenciados, que fueron en número de 32, y entre ellos negros y negras que habían renegado, y dos mulatas hechiceras… y luego se siguieron ocho hombres con sus capisayos y corozas para ser quemados, y entre ellos don Guillén de Lombardo, que había 17 años que estaba preso, y a todos ellos les acompañaban frailes de todos órdenes, y a don Guillén acompañaba el padre fray Francisco de Armenta, del orden de la Merced, catedrático de prima de teología… habiendo entregado al corregidor o remitido los que habían de ser quemados a las cuatro de la tarde…»</p><p>El reo citado era William Lamport, también conocido como Guillén de Lampart o Guillermo Lombardo de Guzmán, modélico ejemplo de hombre barroco desaforado. Ya hemos comunicado anteriormente otras vidas desbocadas de esos tiempos, como las de <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2015/06/jeronimo-de-pasamonte-vida-y-trabajos.html">Jerónimo de Pasamonte</a>, <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2015/04/catalina-de-erauso-historia-de-la-monja.html">Catalina de Erauso</a>, <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2014/05/alonso-de-contreras-discurso-de-su-vida.html">Alonso de Contreras</a>, <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2020/08/thomas-gage-relacion-de-sus-viajes-en.html">Thomas Gage</a>, <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2021/01/alexandre-olivier-exquemelin-piratas-de.html">Alexandre Olivier Exquemelin</a>... Lampart había nacido en Irlanda en 1611, y muy joven (posiblemente todavía niño) se trasladó a España como harán tantos compatriotas suyos a lo largo de varios siglos. Siguió estudios (en Santiago, en El Escorial) que le proporcionaron conocimientos de cierta consideración y un buen dominio de la cultura latina. Quizás los interrumpió para marchar a la guerra, pero en cualquier caso en 1640 se embarca en la flota de las Indias, formando parte del séquito del nuevo virrey de la Nueva España.</p><p>Se estableció en Ciudad de Méjico, donde se gana la vida con dificultad durante un par de años. Pero todo se le trastocó repentinamente, como nos cuenta<b> Gonzalo Lizardo</b>: «Aprehendido por el Santo Oficio el 26 de octubre de 1642, Lombardo protagonizó un tormentoso proceso que duró diecisiete años, durante los cuales realizó una fuga espectacular, pero malograda. Finalmente, fue quemado en la hoguera, el 19 de noviembre de 1659, <i>por ser fautor y defensor de herejes, dogmatista inventor de otras nuevas herejías, alumbrado, sectario de Pelagio y Lutero</i>, amén de practicar la astrología, hacer hechizos y pactar con el demonio.» No resulta original esta trayectoria, pero hay dos aspectos que lo hacen destacar sobre otros casos parecidos.</p><p>En primer lugar su ingente obra manuscrita, iniciada antes de su encarcelamiento y continuada con impulso grafómano después, que paradójicamente ha sobrevivido gracias a su proceso por parte de la Inquisición. En esta entrega de <i>Clásicos de Historia</i> vamos a incluir su proyecto de independencia de Irlanda (bajo la tutela de España), un informe a Felipe IV sobre los problemas en el virreinato, un nuevo proyecto de independencia, ahora de la Nueva España y otras provincias ultramarinas (bajo su propio gobierno como rey o emperador), un cartel de desafío a los inquisidores cuando brevemente se escapa de la cárcel, y su más extenso <i>Cristiano desagravio y retractaciones</i>. Después se concentrará en la redacción de su obra mayor, el <i>Regio Salterio</i>, compuesto por 918 salmos y 17 himnos, todos ellos en latín. Y aun se conservan «sus pocos poemas en español, sus epístolas, sus proclamas, sus panegíricos en latín, sus criptografías, sus pequeños tratados agrimensores, militares y astrológicos, además de las múltiples páginas que redactó en la cárcel para defender su causa», aún inéditas, según indica <b>Gonzalo Lizardo</b>.</p><p>El otro aspecto que hace memorable al personaje es su personalidad fantasiosa, fabuladora y falaz, que le llevan a inventarse a sí mismo con un prodigioso trastoque de su biografía, que ignora sus múltiples contradicciones, y que siempre pretende exaltarse en grado sumo en su linaje y en sus capacidades y acciones intelectuales, militares, políticas y religiosas. Descendiente de reyes y aristócratas, hijo de Felipe III, autor con diez años de una crítica al rey Carlos I de Inglaterra (en realidad reinaba Jacobo VI), lo que le obliga a expatriarse. Es capturado por piratas que le hacen su almirante, cargo que ejerce victoriosamente durante tres años hasta reconciliarlos con el rey de España, a los catorce años de edad… Luego, una exitosa carrera militar, política y diplomática por cuenta de Felipe IV y del conde duque de Olivares, que le conceden todo tipo de títulos, hábitos y recompensas. Después, enviado a las Indias como una especie de egregio super-espía. Y finalmente su plan para coronarse rey de la América citerior (aunque en algún momento posterior se justificará diciendo que era un mero medio para descubrir a los traidores…)</p><p>Tras varios siglos de olvido, desde el <i>porfiriato </i>fue recuperado el personaje como precursor de la independencia mejicana, y reinterpretado de múltiples modos; héroe nacional, héroe trágico, antihéroe tragicómico, desequilibrado convencido de sus delirios…</p><p>Quizás podamos apreciarlo de otro modo, como un fenómeno no tan sorprendente sino representativo de la crisis que atraviesa la Monarquía Hispánica por esos tiempos. No habían sido excepcionales los hijos naturales que alcanzan un elevado rango (don Juan de Austria), ni los simuladores que se hacían pasar por altos personajes (el <i>Pastelero de Madrigal</i>, relacionado con la hija natural del anterior), Y tampoco las rebeliones y conspiraciones en distintos estados de la monarquía (Cataluña, Portugal, Nápoles, Andalucía, Aragón…) Por otra parte, la situación interna de la Nueva España es compleja y delicada, con la presencia abundante e influyente de mercaderes portugueses (algunos de ellos cristianos nuevos), y el enfrentamiento entre el virrey, duque de Escalona, y el visitador general y obispo de Puebla, <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2015/12/juan-de-palafox-de-la-naturaleza-del.html">Juan de Palafox</a>, y de éste con los jesuitas. El primero resultará sospechoso por sus lazos familiares con el nuevo rey de Portugal, y será sustituido por el segundo.</p><p>En estas circunstancias pudo verse implicado Lampart con una participación secundaria magnificada por su megalomanía, que acabó por devorarle y convertirle en víctima. Su afición por la astrología, los sortilegios y la nigromancia hicieron el resto, y le conducirán a las cárceles de la Inquisición. Y su prolongada prisión posiblemente se debió tanto a la competencia entre las distintas autoridades que se entrecruzan y que toman decisiones opuestas (el Rey y la Suprema que reclaman al reo desde Madrid, la Inquisición local...), como a la propia actitud combativa y pleiteadora de Lampart, que arguye con múltiples razones religiosas, históricas y morales; que recusa y acusa a sus jueces; que se retracta y arrepiente, y por ello se considera merecedor de elogios y agradecimientos.</p><p>Su escritura durante estos años es ingente e incesante, con frecuencia abstrusa, recargada y falsaria. Cita, comenta y parafrasea todo tipo de autores, desde los pensadores de la Antigüedad hasta las obras de Cervantes, María Zayas y Calderón, del que se identifica con el príncipe Segismundo. Ante esta obra descomunal, <b>Gonzalo Lizardo</b> sostiene que «algunos, finalmente, sospecharán que todo —su conjura, sus desacatos, sus provocaciones, su fuga, su recaptura— fue una estrategia de ese pirata irlandés, humanista español y hereje novohispano, para conseguir que sus escritos sobrevivieran y así <i>me pudiera eternizar en otro siglo que fuera</i>, como Lombardo llegó a sugerir en su proceso.»</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdtw2eEkWVGYts34L57VT8d835VXjSTPevBMGf5Cld3oswP1ZtWQaDqIITYcbTs8YFhwU0t5ipq-1PnzI03Xi3eROvT3cRWqP9XVFD3D8wNyKX8j0g-jtIeZhJBU_L3Rt9UAG0qb9pR1kQdNw7iwppCHg_YG5_Ore7Eft2QByXkQD84laUazwroO_oJ8Yq/s939/Escudo.png" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="939" data-original-width="642" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdtw2eEkWVGYts34L57VT8d835VXjSTPevBMGf5Cld3oswP1ZtWQaDqIITYcbTs8YFhwU0t5ipq-1PnzI03Xi3eROvT3cRWqP9XVFD3D8wNyKX8j0g-jtIeZhJBU_L3Rt9UAG0qb9pR1kQdNw7iwppCHg_YG5_Ore7Eft2QByXkQD84laUazwroO_oJ8Yq/w438-h640/Escudo.png" width="438" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>En algún momento anterior a su viaje a Méjico, Lampart encargó o realizó este imaginativo escudo, con corona de marqués. En los cuarteles, un águila bicéfala con corona imperial (¿Habsburgo?), un león rampante con una media luna, un arpa coronada (¿Irlanda?), y tres calderos al fuego. Según Fabio Troncarelli, es una reinterpretación de las armas de los Lamport de Ballyhire.</i></td></tr></tbody></table>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-7187263600344346152024-03-04T08:00:00.001+01:002024-03-04T08:00:00.276+01:00Carlos Pereyra, La obra de España en América<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhK-rMJoIbIjh-iaiPbWvnhFno03-JpfE8hhq5wqeB1NrsAKNVu0giGScvWavPQgnMl0SRgsRWJdOlviqncExqjq1QdEB8WrNbMQuJfshc2iCggdg53_NbXRJ-mnSUsDHXf-PFYcBr_BVCA7K-rIPpu7vQ9EPzNswOFecYuBuTUDmfuzA0jbyY8PqG5WKXz/s300/1474-proveedor.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="300" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhK-rMJoIbIjh-iaiPbWvnhFno03-JpfE8hhq5wqeB1NrsAKNVu0giGScvWavPQgnMl0SRgsRWJdOlviqncExqjq1QdEB8WrNbMQuJfshc2iCggdg53_NbXRJ-mnSUsDHXf-PFYcBr_BVCA7K-rIPpu7vQ9EPzNswOFecYuBuTUDmfuzA0jbyY8PqG5WKXz/w200-h200/1474-proveedor.jpg" width="200" /></a></div><div style="text-align: right;"><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1qy0oyUdb_3exdNdw7HccG4qIPr_QaJC5/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/12U1r4gyexlN16fN6dbN4X5o_Ad2JJjPc/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1rz9nYVcUS5gHEXd1ezqD0BeP9gTkTOg8/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span> </div><p></p><p>«La tendencia del autor es esencialmente crítica. Estima que una admiración indiscreta daña tanto o más que una hostilidad cerrada, sobre todo cuando lo que se busca no es defensa de causas sino descubrimiento de verdades. Convertir leyendas negras en leyendas blancas es tan ilegítimo para la crítica como lo contrario. Y en los tiempos de fineza analítica que alcanzamos, puede ser más temible para los que escriben sobre asuntos históricos verse condenados por una sonrisa que por una franca desaprobación.»</p><p>Así manifiesta su propósito <b>Carlos Pereyra</b>; y el lector, también críticamente, valorará hasta qué punto lo alcanza. <i>La obra de España en América</i> se publicó en 1920, y más que un estudio histórico es un combativo ensayo contra la leyenda negra (está reciente la publicación del libro de <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2014/11/julian-juderias-la-leyenda-negra-y-la.html">Julián Juderías</a>), y en un segundo plano, también contra la actuación de los Estados Unidos en la llamada América latina. Predomina, por tanto, lo comparativo: no oculta desmanes ni desmesuras, aunque tiende a pasar a la ligera sobre ellos; y se centra en buena medida en los resultados, valorados positivamente, de la conquista y la colonización, en comparación con las de franceses, ingleses y norteamericanos:</p><p>«Se afirma aquí la admiración a España, pero es una admiración que nace del objetivismo, del estudio ecuánime de los hechos, emprendido con espíritu desinteresado… La obra de España fue colosal. Lo fue militarmente. Pero se muestra más grande aún en el orden económico y en el orden moral. Todo ello aparece aquí con el propósito de señalarlo francamente, para despertar sentimientos de admiración. Pero como esos sentimientos no existían en el autor antes de comenzar sus estudios, y como le fueron sugeridos por vía tan indirecta que muchos de ellos nacieron revisando afirmaciones antiespañolas de historiadores a quienes consideraba en posesión de la verdad, tienen toda la desinteresada pureza de su origen intelectual.»</p><p>El jurista, diplomático e historiador mejicano Carlos Pereyra (1871-1942) fue uno de los numerosos intelectuales americanos hispanófilos (hoy un tanto difuminados con el auge/moda del indigenismo). En el centenario de su nacimiento <b>Luis Rublúo Islas</b>, historiador, poeta y ensayista mejicano fallecido recientemente, reinterpretaba así las críticas con que se le motejaba: «lo llaman reaccionario, conservador e hispanista; términos, los primeros dos, tan elásticos y caprichosos como oír de algunos, revolucionario y socialista… En cuanto al tercer vocablo, ¡en buena hora existe el hispanismo, como el helenismo y el hebraísmo! Términos que sintetizan el esfuerzo gigante de culturas que no reconocen tiempo ni espacio, el único poder humano perdurable y siempre bien recibido… Pereyra como reaccionario llevó simplemente la acción contraria a la opinión y al hecho que juzgó equivocados, y como conservador guardó los principios para darlos en oportunidad como guía para seguir un camino, el único permitido al hombre para conservar su fe en el futuro; como hispanista, por último, observó nítidamente las raíces de una cultura que nos honra y anticipa ahora de nuestra condición como grupo humano.»</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhn6rRn4gsgCg1W3aKays2qCeFEDeHyHyHc5TDF31Ow1zTOXt3PPFDzkmp4eqBMKYWUgiOhX02oP1RnC7cFXHUQq6youDEAwOlHvJBMajuwqS4IbdQx50rOKDDoDIHnWcF-PxpvOJp5nc60LmWksHOnQSLVrRPLSJx-vvHPctqn8xMGctthgaH3mXVmqAy2/s412/Oswaldo-GUAYASAMIN-de-Orbe-Novo-Decades---Construc-1680790046.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="412" data-original-width="412" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhn6rRn4gsgCg1W3aKays2qCeFEDeHyHyHc5TDF31Ow1zTOXt3PPFDzkmp4eqBMKYWUgiOhX02oP1RnC7cFXHUQq6youDEAwOlHvJBMajuwqS4IbdQx50rOKDDoDIHnWcF-PxpvOJp5nc60LmWksHOnQSLVrRPLSJx-vvHPctqn8xMGctthgaH3mXVmqAy2/w400-h400/Oswaldo-GUAYASAMIN-de-Orbe-Novo-Decades---Construc-1680790046.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Oswaldo Guayasamín</i></td></tr></tbody></table>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-66777826929596154632024-02-19T08:00:00.012+01:002024-02-19T08:00:00.301+01:00Pedro Mártir de Anglería, Cartas del Nuevo Mundo 1493-1525<p></p><div style="text-align: center;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtudkAID1myQh11P-Pt81cTzfy7KMGkB1ha4pbqm7r8AqrZFPhq4HJFmafP1hVklyKEh8vGtcu5aeToQnoTVud6VMJlLLiFrYhmRcAd04CjL13-LhKNDDKr17arS7KWHLUplWnp2-mzOfkVXVG_i_eImf0xkmS4cbrmZ0j4etyp5Jq3hRkl284-wbAWz2T/s870/Retrato%20de%20un%20humanista,%20atribuido%20a%20Scorel%202.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="870" data-original-width="812" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtudkAID1myQh11P-Pt81cTzfy7KMGkB1ha4pbqm7r8AqrZFPhq4HJFmafP1hVklyKEh8vGtcu5aeToQnoTVud6VMJlLLiFrYhmRcAd04CjL13-LhKNDDKr17arS7KWHLUplWnp2-mzOfkVXVG_i_eImf0xkmS4cbrmZ0j4etyp5Jq3hRkl284-wbAWz2T/w187-h200/Retrato%20de%20un%20humanista,%20atribuido%20a%20Scorel%202.jpg" width="187" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Retrato de un humanista, atribuido a Scorel</i></td></tr></tbody></table></div><div style="text-align: right;"><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1NA9P324lcrV3khqbUxPk9V07Wvj8AYG8/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1pPw9h6gluGjchP4cjz1sukjFf5BbQheb/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1IiunZMJJoouRA5G3P-7_cxUQ5YktS_wX/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span> </div><p></p><p>Con ocasión del cuarto centenario del descubrimiento de América, <b>Marcelino Menéndez y Pelayo</b> se ocupó del autor de esta semana en su ensayo <i>De los historiadores de Colón</i>:</p><p>«El humanista milanés Pedro Mártir de Anglería o Anghiera, andante en corte de los Reyes Católicos y de sus sucesores desde 1488 a 1526, preceptor de la juventud cortesana en las artes liberales; canónigo de Granada, que vio conquistar; primer Abad de la Jamaica, donde no residió nunca; embajador al Sultán del Cairo; miembro del primitivo Consejo de Indias; corresponsal asiduo de Papas, Cardenales, príncipes, magnates y hombres de letras, ofrece en su persona uno de los más antiguos y señalados tipos del periodismo noticiero. Mientras otros latinistas se esforzaban en renovar las formas clásicas de la historia y vestir con la toga y el <i>laticlavio</i> a los héroes contemporáneos, él escribía al día, en una latinidad moderna muy abigarrada y pintoresca, muy llena de chistosos neologismos, cuanto pasaba a su lado, cuantos chismes y murmuraciones oía, dando con todo ello incesante pasto a su propia curiosidad, siempre despierta, y a la de sus amigos italianos y españoles.</p><p>»Tenía para su oficio la gran cualidad de interesarse en todo y de no tomar excesivo interés por ninguna cosa, con lo cual podía pasar sin esfuerzo de un asunto a otro, y dictar dos cartas mientras le preparaban el almuerzo. Acostumbrado a tomar la vida como un espectáculo curioso, gozó ampliamente de cuantos portentos le brindaba aquella edad, sin igual en la historia, y estuvo siempre colocado en las mejores condiciones para verlo y comprenderlo todo, desde la guerra de Granada hasta la revuelta de las Comunidades. Su espíritu, generalmente recto, propendía más a la benevolencia que a la censura, sobre todo con aquellos de quienes esperaba honores y mercedes que contentasen su vanidad, muy subida de punto, aunque inofensiva, y su muy positivo amor a las comodidades y a las riquezas, que la fortuna le concedió ciertamente con larga mano.</p><p>»Hombre de ingenio fino y sutil, italiano hasta las uñas, quizá presumía demasiado de su capacidad diplomática; pero poseyó en alto grado el don de observación y el conocimiento de los hombres. Sus juicios no han de tomarse por definitivos, pero reflejan viva y sinceramente la impresión del momento. Él mismo, como todos los escritores de su género, rectifica a cada paso y sin violencia alguna lo que en cartas anteriores había consignado. El <i>Opus Epistolarum</i> es un periódico de noticias en forma epistolar, dividido en 812 números, y así es como debe juzgarse. Por desgracia, no lo poseemos en su forma primitiva. Retocado por el autor cuando había perdido ya la memoria de muchos incidentes, refundido (probablemente) después por mano desconocida, que dio a la mayor parte de las cartas una cronología absurda, barajó unas con otras y quizá se permitió graves intercalaciones, el <i>Opus Epistolarum</i> comienza a ser mirado como documento sospechoso (...) Tal paradoja no ha prosperado mucho, porque el carácter personalísimo de la correspondencia y el tono de actualidad que en ella reina parecen alejar la idea de un fraude, cuyo objeto tampoco se comprende; pero siempre quedan en pie graves sospechas de adulteración, y el testimonio de Pedro Mártir, cuando no está confirmado por otras autoridades más seguras, no obtiene ya aquella ilimitada confianza que le daba Prescott, por ejemplo.</p><p>»Afortunadamente, para nuestro objeto, estas dudas importan poco, puesto que no son muchas ni muy extensas las cartas del <i>Opus Epistolarum</i> que hablan de Colón, si bien todas ellas son curiosísimas como primeras nuevas y boletines de la victoria lograda sobre el Océano. La obra de Pedro Mártir que derecha y exclusivamente se refiere a los descubrimientos de América, es decir, sus ocho <i>Décadas de Orbe Novo</i>, no han sido de autenticidad sospechosa para nadie ni pueden serlo, puesto que en parte fueron publicadas en vida del autor mismo. De la veracidad de sus noticias responde no menor autoridad que la de <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2014/02/bartolome-de-las-casas-brevisima.html">Fr. Bartolomé de las Casas</a>. “De los que escribieron cerca de estas primeras cosas, a ninguno se debe dar más fe que a Pedro Mártir, que escribió en latín sus <i>Décadas</i>, estando aquellos tiempos en Castilla, porque lo que en ellas dijo tocante a los principios fue con diligencia del mismo Almirante, descubridor primero, a quien habló muchas veces, y de los que fueron en su compañía inquirido, y de los demás que aquellos viajes a los principios hicieron. En las otras, pertenecientes al discurso y progreso destas Indias, algunas falsedades sus <i>Décadas </i>contienen.”</p><p>»Tenemos, pues, en las <i>Décadas </i>de Pedro Mártir una nueva versión de origen colombino (a lo menos en su mayor parte), favorable por consiguiente al descubridor, menos detallada y menos técnica que la de sus diarios y cartas, más artificiosa que la de <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2014/03/andres-bernaldez-historia-de-los-reyes.html">Bernáldez</a>: acomodada en suma al paladar del público letrado de Italia, que ávidamente devoraba estas <i>Décadas</i>, dando ejemplo de ello el mismo Papa León X, que las leía de sobremesa a su sobrina y a los Cardenales. Pedro Mártir debía buscar, por sus instintos de periodista, lo más ameno, lo más exótico, lo más pintoresco y divertido de aquella materia novísima, deteniéndose sobre todo en las rarezas de historia natural y en notar maligna y curiosamente los ritos y costumbres y supersticiones de los indígenas en aquello que más contraste presentaban con los hábitos del Viejo Mundo. Predominan en él, por consiguiente, los detalles antropológicos, y algunos se encuentran por primera vez en sus <i>Décadas</i>. sirva de ejemplo la exposición de la mitología de los indios en la Española, tomada de un librillo manuscrito que había compuesto Fr. Román Pane, de la Orden de San Jerónimo, primer catequista de aquellos salvajes; libro que luego insertó a la letra don<a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2020/01/hernando-colon-historia-del-almirante.html"> Fernando Colón</a> en la biografía de su padre. Esta especie de carnosidad científica realza sobremanera el libro de Pedro Mártir, además del habitual agrado de su estilo, incorrectísimo ciertamente y nada clásico, pero muy suelto, chispeante e ingenioso (...)</p><p>»De todos modos, es harto evidente el servicio que Pedro Mártir hizo a la historia de nuestro más glorioso reinado para que por defectos de forma hayamos de regatearle sus méritos de observador incansable y curioso, no menos que de abreviador sensato y lúcido. Trabajó, como Bernáldez, sobre papeles del Almirante, y además recogió de la tradición oral muchas noticias, porque “hablaba con todos y todos se holgaban de darle cuenta de lo que veían y hallaban, como a hombre de autoridad, y él que tenía cuidado de preguntarlo”, según dice Fr. Bartolomé de las Casas. Estaba en Barcelona en 1493, y presenció el triunfal recibimiento de Colón, sobre el cual por raro caso guardan absoluto silencio los documentos de nuestros archivos. El Almirante mismo le escribía de continuo y vivía con él en íntima familiaridad,<i> intima familiaritate devinctus</i>, como quien le había conocido aún antes de la toma de Granada. Tuvo, por consiguiente, las mejores ocasiones de informarse: convidaba a los conquistadores a su mesa, los abrumaba a preguntas como un <i>reporter</i>, y con el buen juicio que tenía, procuraba separar de sus relaciones la parte de hipérbole y de vanagloria. Algunas veces tropezó, no obstante, por la ligereza con que escribía; otras por falta de conocimientos náuticos.»</p><p>En esta entrega de <i>Clásicos de Historia</i> reproducimos las cartas en que Pedro Mártir se ocupa del Nuevo Mundo. La traducción procede del primer tomo de Joaquín Torres Asensio, <i>Fuentes históricas sobre Colón y América</i>, Madrid 1892. Los correspondientes textos originales en latín los hemos extraído de <i>Opus epistolarum Petri Martyris Anglerii mediolanensis</i>, París 1670.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBKDZD-ZDLDHBOiN0LG4evUD1BmzL4U1fqN1yn7paO1k_Z61fmwxElooWi7dvohVveeeiwWEyxtrDfRhAPQjAWbJ2mPjHX43youu3Cpb83d3evOMWvXt5y7v0OBtPcbYQzPd3C2eHwEogwT60blRLAGvh-nohu-vkZmVUL3LhJy04jj_ju3zNikDgrdxb7/s1510/Portada%20antigua.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1510" data-original-width="918" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBKDZD-ZDLDHBOiN0LG4evUD1BmzL4U1fqN1yn7paO1k_Z61fmwxElooWi7dvohVveeeiwWEyxtrDfRhAPQjAWbJ2mPjHX43youu3Cpb83d3evOMWvXt5y7v0OBtPcbYQzPd3C2eHwEogwT60blRLAGvh-nohu-vkZmVUL3LhJy04jj_ju3zNikDgrdxb7/w390-h640/Portada%20antigua.jpg" width="390" /></a></div>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-7542661981944024722024-02-05T08:00:00.014+01:002024-02-05T08:00:00.167+01:00Juan Moneva y Puyol, Política de represión y otros textos<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1sabRIxo1h3q9m47vLlpcXMtm1K5kz-FGMN18vca0yiHWzi1gMeNuHsk5sej-UYNJE1HKI6v2bGaO9wl9gnJCl4mxsn-lMSTksowdc6S-XZ5J5rw5uXUJm6uvN-_gje7ihrRvfm4_NC6wE9ap5daKgdMZIW7-nYKDYnkmu_jYWnvgtO05fvcr2f7U41RP/s642/Retrato%202.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="642" data-original-width="499" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1sabRIxo1h3q9m47vLlpcXMtm1K5kz-FGMN18vca0yiHWzi1gMeNuHsk5sej-UYNJE1HKI6v2bGaO9wl9gnJCl4mxsn-lMSTksowdc6S-XZ5J5rw5uXUJm6uvN-_gje7ihrRvfm4_NC6wE9ap5daKgdMZIW7-nYKDYnkmu_jYWnvgtO05fvcr2f7U41RP/w156-h200/Retrato%202.png" width="156" /></a></div><div style="text-align: right;"> <span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1q6DM7axA5g51-JjGoQokvsNV-P0JdnJ1/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1TSmf9Iu_MiE-VPI9_XwCfhC_kxSQnuYg/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/17RhW2Rj4Kk7JJh6h21nVtwG9i0jAFf0w/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span></div><p></p><p><b>Julián Marías</b>, en su siempre sugestiva <i>España inteligible</i>, caracterizaba así las circunstancias a las que nos acercamos esta semana: «A medida que la modernización de España se va consiguiendo, que la industrialización va teniendo más peso en la economía y la sociedad, el problema obrero se hace más apremiante. Y a esto se añade que los movimientos de resistencia, o francamente subversivos como el anarquismo, se extienden al campo, donde las condiciones de vida son precarias... Las organizaciones son más poderosas, más capaces de presión; se reacciona a ello con temor o coacción, más que con esfuerzos de plantear inteligentemente los problemas; las tensiones aumentan. Esta situación es aprovechada con fines estrictamente políticos, en ambos sentidos; no se buscan, o demasiado poco, soluciones técnicas que procuren el aumento de la riqueza, muy escasa, y una distribución más justa de ella… Acontecimientos como la Semana Trágica en Barcelona (1909) o la huelga general de 1917 agravan la situación. Cada vez más van tomando cuerpo la subversión y la represión, actitudes que hacen imposible el diálogo, y más aún el tratamiento razonable de los problemas reales… Finalmente, sobre todo en Cataluña y en su tendencia anarquista, se producirá una oleada de terrorismo obrerista, combatido en ocasiones por otro de signo contrario, y las tensiones llegarán a tener suma gravedad.»</p><p>Son los <i>años de plomo</i>, una época de luchas sociales en progresión constante. Y es en 1921 cuando el abogado y catedrático de Derecho <b>Juan Moneva y Puyol</b> pronuncia la interesante conferencia que presentamos, en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Madrid. En ella parte de la evidencia todavía negada por muchos: existe una auténtica <i>guerra social</i>, con los mismos modos y procedimientos y justificaciones de la <i>guerra militar</i>. Ambas son equiparables. Ahora bien, con esta afirmación no quiere dignificar la guerra social: le niega cualquier tipo de gloria al igual que hace con la guerra militar. «Los intelectuales, los hombres de paz, y más que todo eso, los cristianos, no tenemos para qué distinguir especies de guerra; todas las guerras, toda clase de guerras, son catálogos de hechos tales que cada uno, en sí, es crimen patente.»</p><p>Clases acomodada y proletaria se encuentran enfrentadas, ambas defendiendo su derecho al bienestar. Y hoy por hoy no existe un <i>superior dirimente</i> que haga justicia, que reconozca a cada una lo que corresponde. Al contrario, los gobiernos toman partido por los fuertes, los acomodados, y quieren solucionar el enfrentamiento mediante la aplicación de la ley, mediante la represión. Y hay un error de fondo en ello, el de caracterizar como delitos tan sólo a los crímenes de la otra clase, mientras se toleran, se disimulan o se embellecen los de la propia. Todo el rigor se reserva para el enemigo: «ha habido represión; está habiendo represión; no es calculable el término de ella, y en cada disposición represiva no es tan de temer el rigor de una Autoridad, sanguinaria que fuese, como la inevitable abdicación de esa Autoridad en el criterio de sus informadores», esto es, de la arbitrariedad. Y refiere listas de proscripciones, torturas, ley de fugas…</p><p>Pero Moneva no atribuye el mal sólo a gobernantes y acomodados, sino a la violencia que caracteriza a la sociedad española. «El pueblo español es sanguinario… desde niños aprenden la violencia, padecida de todo mayor con quien topan; a veces también les es enseñada la crueldad como virtud en las figuras de los grandes atormentadores de individuos y pueblos; Cortés y Pizarro son más glorificados en las escuelas de primera enseñanza que San Francisco de Asís y que Newton.» Y, con ribetes de profecía, se lamenta: «es la revelación de una conciencia colectiva, y también un augurio de cómo será cada generación así formada.» Y concluye: «la Justicia no ha de venir de superponer una mano a otra mano en señal de triunfo y de dominio, sino de juntar una mano a otra mano en alianza de amor; y esto sin ilusiones de una Arcadia inactual, utópica y fantástica, mas en realidad social plena de Paz lograda por el sacrificio de todos, principalmente por el sacrificio de quien tiene muchas ventajas que sacrificar.»</p><p>Completamos el texto de esta conferencia con varios artículos de prensa en los que Moneva se refiere a concretos conflictos sociales y políticos, y a la represión que provocan. Podríamos considerarlo aplicaciones prácticas de lo anterior. Los tres primeros se refieren a unos asesinatos en el marco de un duro conflicto laboral en la Zaragoza de 1920. Otro, de 1931, se refiere al revanchismo y represión que ha emprendido la nueva clase dirigente contra los considerados enemigos políticos de la naciente república. La crítica en este sentido se agudiza al año siguiente, y le lleva a recordar la conferencia de 1921; y en otro artículo posterior a la sublevación de Sanjurjo insiste en la necesidad de reconciliación. Los acontecimientos, como sabemos, evolucionaron en sentido contrario, y cuando en 1936 España llegue a la senderiana «orilla donde sonríen los locos», todavía levantará públicamente la voz en el último artículo que publicamos, con un transparente llamamiento al cese de fusilamientos y represión desaforada que se ha generalizado.</p><p>Moneva, desde su arraigado talante moral que le había impuesto enfrentamientos y denuncias de diversas autoridades en tiempos de la monarquía, de la dictadura de Primo de Rivera y de la República, aprovechará ahora su prestigio y relaciones, y multiplicará las gestiones en este sentido. Naturalmente esta actitud le saldrá cara: temporalmente suspendido de empleo y sueldo, multado y sometido a proceso por parte primero de la Comisión Depuradora de Universidades, y después por el Tribunal de Responsabilidades políticas. De todos ellos, sin embargo, saldrá bien parado. Incluimos en esta entrega los dos escritos con los que se defiende de los cargos que se le imputan, así como algunos de los informes que se presentaron. </p><p><b>Juan Moneva y Puyol</b> (1871-1951) fue un destacado intelectual aragonés. Su carácter tan personal, su independencia de criterio, su tendencia a la contradicción, hicieron de él un personaje popular fuente de continuas anécdotas en la Zaragoza de la primera mitad del siglo XX. Se licenció en Química y en Derecho, fue abogado ejerciente y catedrático de Derecho canónico. Pero sus intereses superaron su dedicación oficial, al igual que ocurre con el catedrático de griego que fue Unamuno. Durante gran parte de su vida fue un fecundísimo colaborador de la prensa. Se ocupó de gran variedad de temas, pero entre todos ellos destacan los aragonesistas (un tanto al modo de <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2024/01/francisco-cambo-un-catalanismo-de-orden.html">Cambó</a>), los pedagógicos (centrados en la enseñanza universitaria, lo que le depara algunos enfrentamientos con sus compañeros y algún expediente), los políticos (especialmente en tiempos de la segunda república), y siempre los moralistas. Aunque se han publicado diversas selecciones de sus artículos, muchos quedan todavía enterrados en las hemerotecas...</p><p><b>Jesús Bogarín Díaz</b>, en su contribución a <i>La memoria del jurista español</i> (2019) lo califica así: «además de destacar su mérito en la ciencia canonística que oficialmente profesó, podríamos describir a don Juan Moneva Puyol, siquiera de modo impresionista, llamándolo de estirpe zaragozana, hombre de gran personalidad, docente práctico, erudito investigador del derecho histórico aragonés, defensor y promotor del derecho foral, apasionado aragonesista, exiliado canónico en Huesca, amigo no separatista de Cataluña, examinador multilingüe, innovador en el mundo de la fotografía, reconocido lingüista y, en particular, lexicógrafo, pionero laboralista, político escasamente militante, literato cabal, crítico literario y tertuliano… <i>a man for all seasons</i>.»</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPk8-uYm-2Up_0gqan8ulebV0pQX8OzExe-aDFLiZXMonrY7npquBdJYUEKLW52vTOCrjnKoB6_T8SK3b_IqFfpiG34e7YFEgge-wiYBHqmZrp-zYjPDf9OGsdFecdizl-SzeqK7eKoi12x-tG8Mt46ki5o4TSG0cJIUKheGQt2mA47Gr2mBUPFzdy30hE/s3195/Goya,%20Don%20Quijote.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3195" data-original-width="2195" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPk8-uYm-2Up_0gqan8ulebV0pQX8OzExe-aDFLiZXMonrY7npquBdJYUEKLW52vTOCrjnKoB6_T8SK3b_IqFfpiG34e7YFEgge-wiYBHqmZrp-zYjPDf9OGsdFecdizl-SzeqK7eKoi12x-tG8Mt46ki5o4TSG0cJIUKheGQt2mA47Gr2mBUPFzdy30hE/w440-h640/Goya,%20Don%20Quijote.jpg" width="440" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>E indudablemente, un Quijote.</i></td></tr></tbody></table>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-87186742889066860932024-01-22T08:00:00.001+01:002024-01-22T08:00:00.151+01:00Francisco Cambó, Un catalanismo de orden; textos 1907-1937<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg731ehsbyHldOoXbmnuIJUz7pwgUodMTHaD1w7PuJe0IVttyUu9ZWOQMad3gx97Mh0clyiSfwTuIKLEmY9OrhlGPKetFRe2k3Y-0COb6ZNSdSayWOxPRXTdTUoCTJtoRYtr5396x0WSSDWAGyMP_7ZIelz7fs79XoKIabsfJ6fFd955ehI1pP69ecTCaYm/s450/Retrato%20por%20Ram%C3%B3n%20Casas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="373" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg731ehsbyHldOoXbmnuIJUz7pwgUodMTHaD1w7PuJe0IVttyUu9ZWOQMad3gx97Mh0clyiSfwTuIKLEmY9OrhlGPKetFRe2k3Y-0COb6ZNSdSayWOxPRXTdTUoCTJtoRYtr5396x0WSSDWAGyMP_7ZIelz7fs79XoKIabsfJ6fFd955ehI1pP69ecTCaYm/w166-h200/Retrato%20por%20Ram%C3%B3n%20Casas.jpg" width="166" /></a></div><div style="text-align: right;"><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/17N7nnPCEkq5bYNYIiBZLLT2ddlfdm2rX/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/17lM1sXUNFGHxPCQ2_k5lZbkXc5COf42e/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1j1qSWngqIE14suOpYIUbRRYUk4mADDRL/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span> </div><p></p><p>Se puede considerar a Francisco Cambó (1876-1947) como el principal colaborador y sucesor de <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2014/12/enrich-prat-de-la-riba-la-nacionalidad.html">Enric Prat de la Riba</a>, el primero de los patriarcas del nacionalismo catalán que ocupó una importante parcela de poder al ser nombrado presidente de la Diputación Provincial de Barcelona y de la Mancomunidad catalana. A su muerte en 1917, Cambó se convirtió en el máximo dirigente de la Lliga Regionalista (luego Catalana), fuerza política conservadora, dominante hasta que fue desplazada por Esquerra Republicana en la Segunda República.</p><p>Pero su protagonismo era anterior: en 1906 jugó un papel decisivo en la creación de Solidaridat Catalana, la efímera coalición de partidos tan opuestos entre sí como los carlistas, los republicanos, los integristas, además de los catalanistas. Su triunfo en las elecciones del año siguiente llevó a Cambó al Congreso de los Diputados, desde donde su creciente influencia contribuyó a la expansión de la Lliga y a la creación de la Mancomunidad de Cataluña y, más tarde, a su nombramiento como ministro en dos ocasiones.</p><p>Cambó fue en su tiempo el máximo representante de un catalanismo conservador que rechazaba el separatismo, preocupado por la economía y por el orden público, en los años de los eufemísticamente llamados problemas sociales. Fue un catalanista <i>de orden</i>, lo que a veces ha llevado a aplicarle el calificativo de <i>moderado</i>. Y desde el punto de vista ideológico no lo fue en absoluto, sino un nacionalista estricto: «Ante una afirmación nacionalista, las opiniones callan y hablan únicamente los sentimientos. El nacionalismo no se discute, no se analiza; se repudia o se ama... es un hecho, es una realidad, más fuerte y más sólida que una montaña, y ante esa realidad no caben más que dos caminos: o aceptarla como cosa fatal, como cosa santa, como son santas todas las cosas vivas, o considerarla como una monstruosidad, como un pecado, combatirla sin compasión, combatirla con todo el ímpetu, con toda la intensidad del odio, y mirar si se puede acabar con ella.»</p><p>La personalidad nacional catalana (para la que luego acuñará la expresión del<i> hecho diferencial</i>) existe desde hace milenios, y se entronca con la etnia ibérica. Y si el nacionalismo crea este pueblo catalán idealizado, abstracto, necesita asimismo crear el antagonista perfecto: un pueblo castellano igualmente abstracto siempre obsesionado por asimilar al pueblo catalán. Contra asimilistas y contra separatistas, ambos considerados extremistas, Cambó exige una autonomía política total, integral, aunque dentro de España, que tenga la capacidad de influir en la marcha del conjunto, de la España grande.</p><p>Cambó es nacionalista, conservador, <i>de orden</i>… pero también oportunista. Supo reaccionar y adaptarse a las cambiantes circunstancias históricas: de la petición de la descentralización administrativa, a la defensa de la autonomía política total; del enfrentamiento a la colaboración; de promover una ruptura del régimen político (1917), a ser nombrado ministro al año siguiente… La variación de estas circunstancias durante la Segunda República le llevarán a constituir el Frente Catalá d’Ordre para las elecciones de febrero de 1936, y su derrota, junto con los desmanes de la primavera trágica, le conducirán a apoyar la sublevación militar, como hicieron también otros muchos liberales, republicanos, y también nacionalistas vascos y catalanes.</p><p>Una cosa más. Puede resultar de interés (y quizás de actualidad) algunas reflexiones que Cambó hace sobre los revolucionarios y sublevados de octubre de 1934. Su opinión sobre Companys y Esquerra no puede ser más dura: «El 6 de octubre es la primera locura en la que Cataluña ha quedado en ridículo; ¡y eso es lo que Cataluña no puede perdonar! El 6 de octubre es una cosa tan vergonzosa que no me explico, si no es por debilidad, cómo hombres respetables puedan asociarse a una campaña en la que se defiende esta fecha. El 6 de octubre es un movimiento revolucionario único en la historia; es un movimiento revolucionario que concluye en el momento exacto en que comienza la violencia. ¿Para qué los fusiles, las armas, las municiones, si habían hecho la reserva mental de no utilizarlos?»</p><p>Y sobre la amnistía con la que ya se cuenta un mes escaso después, en una intervención parlamentaria del 5 de noviembre de ese año (no incluida en esta selección de textos) afirma: «Yo pediría a todos los Sres. Diputados que nos comprometiéramos a que el día en que se discuta la reforma constitucional se establezca en ella un precepto que dificulte la concesión de la amnistía en España para los delitos que se llaman políticos y sociales... Recordad, Sres. Diputados y señores del Gobierno, que en menos de cuatro años se han dado tres amnistías generales. ¿Creéis, Sres. Diputados, que cualquier pena que no sea la de muerte —que todos hemos de tener interés en que no se prodigue— tiene ejemplaridad alguna? Si todos los que están hoy encausados y tienen la convicción de que no se les ha de aplicar la pena de muerte, están convencidos de que los años de presidio que se les impongan no han de tener efectividad alguna, porque regirán las mismas normas que han regido en los últimos años, y a los ocho, diez o doce meses se verán amnistiados, entonces el espíritu de justicia habrá desaparecido en el animo de los legisladores... La legislación española, en realidad, es una legislación que consagra el más absoluto impunismo.»</p><p>¿Resulta o no aplicable esta reflexión al momento presente?</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVRuGcoDwgjjk-sl-DMqygE9cPUG59iUN59WNHTDE4GmTHlZGQRzetLRh61jS1_2axBUTAUWahToMR6WaUTuQVPs7rNOsTDRRTsn3eZ2eeOaYQEGR1F7etqZ_n5Y7WMa85QgXhhk-SKjjf-2CGQueBUAZNpdPGYipYrRswj7lbKiViFblWHCSLZH7odupP/s1024/P%C3%BAblico_asistente_a_una_conferencia_del_nacionalista_catal%C3%A1n_Francisco_Camb%C3%B3,_en_el_Teatro_Bellas_Artes_(1_de_5)_-_Fondo_Car-Kutxa_Fototeka.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="643" data-original-width="1024" height="402" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVRuGcoDwgjjk-sl-DMqygE9cPUG59iUN59WNHTDE4GmTHlZGQRzetLRh61jS1_2axBUTAUWahToMR6WaUTuQVPs7rNOsTDRRTsn3eZ2eeOaYQEGR1F7etqZ_n5Y7WMa85QgXhhk-SKjjf-2CGQueBUAZNpdPGYipYrRswj7lbKiViFblWHCSLZH7odupP/w640-h402/P%C3%BAblico_asistente_a_una_conferencia_del_nacionalista_catal%C3%A1n_Francisco_Camb%C3%B3,_en_el_Teatro_Bellas_Artes_(1_de_5)_-_Fondo_Car-Kutxa_Fototeka.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Asistentes a la conferencia de Cambó en San Sebastián, el 15 de abril de 1917.</i></td></tr></tbody></table>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-62762801670266372272024-01-08T08:00:00.039+01:002024-01-08T08:00:00.160+01:00Macalister y otros, Palestina en 1911 (Encyclopædia Britannica)<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixwh1apWvRk54Zx5WlPIDhkcIBMxSrqbv_uMMzy8GulImrOkNQMTR29HkG9PNMAJdJxS4SO_7_U8alBBB3W9TviRcsxQsY8Qcx5keKN-8mhbA3Q6QSpOkz9XjhczE5jtpv4JA6o6Kw_eu5aBd9-8xmg2t_bCQOHypJ1UCiCbQfoLlvbHldex7W2-8TIL_u/s280/Robert_Alexander_Stewart_Macalister_-_1870-to-1950.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="280" data-original-width="220" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixwh1apWvRk54Zx5WlPIDhkcIBMxSrqbv_uMMzy8GulImrOkNQMTR29HkG9PNMAJdJxS4SO_7_U8alBBB3W9TviRcsxQsY8Qcx5keKN-8mhbA3Q6QSpOkz9XjhczE5jtpv4JA6o6Kw_eu5aBd9-8xmg2t_bCQOHypJ1UCiCbQfoLlvbHldex7W2-8TIL_u/w157-h200/Robert_Alexander_Stewart_Macalister_-_1870-to-1950.jpg" width="157" /></a></div><div style="text-align: right;"><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1KXJb7J2YBZAdod6G3ajtDAkmn9ax91V0/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1LmEUg8mC7oUoiJhs1PUarva4dcD-4QKF/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1ltTrmm9u7G7qmze6uBHp6v5Zo3yfBEMm/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span> </div><p></p><p>En la entrada anterior de<i> Clásicos de Historia</i> comunicamos el viaje de <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2023/12/george-robinson-viaje-palestina-y-siria.html">George Robinson</a> a Siria y Palestina en 1830. Describió un territorio complejo con una población de abundantes identidades contrapuestas. Fenómenos y acontecimientos posteriores agudizaron esta complejidad: el incremento de la decadencia otomana; los efectos de la guerra de Crimea; el intervencionismo creciente de las grandes potencias; la misma modernización progresiva del país con la construcción de carreteras y ferrocarriles; el aumento de la colonización judía, cada vez más organizada; la profunda transformación en un sentido nacionalista moderno que impulsaron desde el poder los Jóvenes Turcos…</p><p>Ochenta años después del viaje citado, en 1911, se publicó la décimo primera edición de la prestigiosa <i>Encyclopædia Britannica</i>, y puede resultar interesante consultar en ella el extenso artículo consagrado a Palestina, así como otros artículos conexos, entre ellos el que se ocupa del reciente fenómeno del sionismo. Vistos en conjunto, consisten básicamente en una síntesis de la geografía y sobre todo la historia de este viejo territorio, realizada por varios reconocidos profesores: arqueólogos, orientalistas, historiadores. Todos ellos tenían un conocimiento directo del territorio y abundantes publicaciones; y alguno de ellos estaba en relación con el más tarde famoso Thomas Edward Lawrence…</p><p>Lógicamente, el enfoque de la <i>Britannica</i> es totalmente distinto a la obra de Robinson. Del talante romántico y religioso de éste, pasamos a un trabajo básicamente académico, que se quiere científico, con abundantes notas y referencias. Naturalmente, se elabora desde la óptica y los valores dominantes en la alta cultura europea de la época, desde el positivismo y el laicismo, y por ello puede observarse un cierto esfuerzo por distanciarse en estos artículos de la tradicional Tierra Santa bíblica y sus Santos Lugares, desmitificándolos a fondo. La monumental enciclopedia rezuma optimismo desde su seguridad en un inevitable futuro de progreso para la Humanidad.</p><p>Chesterton, en una de sus primera obras, se explayó con lo que llamó el juego de <i>¡estafa al profeta!</i>, para subrayar la imposibilidad de adivinar el futuro, en unos años —los anteriores a la Gran Guerra— en los que se multiplicaron las certidumbres en un futuro con progresos, paraísos y superhombres, siguiendo las contradictorias recetas de las más variopintas ideologías. Y, por supuesto, nuestros autores tampoco vislumbraron el futuro de Palestina, con la caída del Imperio Otomano, la ocupación británica y francesa de las regiones situadas al sur y al este de Asia Menor, la partición de la Palestina tradicional por el Jordán, y, sobre todo, la afirmación y enfrentamiento de dos nacionalismos extremos, judío y árabe-musulmán.</p><p>El optimismo todavía decimonónico de la sociedad europea de ese tiempo, la confianza en un progreso humano indefinido, impide a estos eruditos autores (y a tantos otros) adivinar el negro futuro que se acerca, con las guerras mundiales y los totalitarismos. Resulta ejemplar en este sentido el artículo sobre el <i>Sionismo</i>, obra del periodista e historiador Lucien Wolf, judío reformista, cuya confianza en el éxito del asimilacionismo le lleva a unir su patriotismo británico con su pertenencia al judaísmo, y considerar poco viable la creación de un estado judío, propuesta fundamental de <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2019/10/theodor-herzl-el-estado-judio.html">Herzl</a>. De hecho, unos años después, en 1917, fundará con otros personajes destacados la <i>League of British Jews</i> que se opondrá a la conocida Declaración Balfour.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXdg7a_tobP4YhUqjDyJEpfB7pB0vXgB7jpiuvjAGH_LNq2kg3ubIhDhWhsiqkJ5SkndABPvv5N4NryPN4uThwqcd93XW8mcGWqxppr1SV6sSGHkombL7epR67BRTckoKsntKm1qX18Xz5fHtDpDcEq2G4zg_blZoxlGI5NpXB_p2az3IKbnVHEH4xUdbx/s1456/EB1911_-_Volume_20.djvu.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1456" data-original-width="1024" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXdg7a_tobP4YhUqjDyJEpfB7pB0vXgB7jpiuvjAGH_LNq2kg3ubIhDhWhsiqkJ5SkndABPvv5N4NryPN4uThwqcd93XW8mcGWqxppr1SV6sSGHkombL7epR67BRTckoKsntKm1qX18Xz5fHtDpDcEq2G4zg_blZoxlGI5NpXB_p2az3IKbnVHEH4xUdbx/w450-h640/EB1911_-_Volume_20.djvu.jpg" width="450" /></a></div>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-91294178458917238212023-12-26T08:00:00.016+01:002023-12-26T11:08:59.234+01:00George Robinson, Viaje a Palestina y Siria en 1830<p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoJPTRnGD1puAaQOb4-2D1f2zs82E2JVIseWX7F2hyphenhyphenCJn2gzIHcrXl_B47Yvx4IhBk0Tn5k5eeIBbQXfjuZcP56kwlmBT4OkIlOR0c9Lsx4s5XHNleYsUQh6sOq2dlpOuVUbo5ViZRkUqf421JC-yQ2Natug0fRfgEPop9RmnMAyB_jnzjdk5wP8DDfx3_/s474/Un%20George%20Robinson%20de%20principios%20del%20XIX.png" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="474" data-original-width="417" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoJPTRnGD1puAaQOb4-2D1f2zs82E2JVIseWX7F2hyphenhyphenCJn2gzIHcrXl_B47Yvx4IhBk0Tn5k5eeIBbQXfjuZcP56kwlmBT4OkIlOR0c9Lsx4s5XHNleYsUQh6sOq2dlpOuVUbo5ViZRkUqf421JC-yQ2Natug0fRfgEPop9RmnMAyB_jnzjdk5wP8DDfx3_/w176-h200/Un%20George%20Robinson%20de%20principios%20del%20XIX.png" width="176" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Un George Robinson de principios del XIX</i></td></tr></tbody></table><p></p><div style="text-align: right;"><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1OOfQt2bUx8uaa5ImGyGNrL6KTGWIcK7a/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1fkoVgCwfDY7S19ZyNe7BqbDUmYzuFMIg/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1STQXUtrSuc2-ODEPrB7JXmpg9y2fQHsx/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span> </div><p></p><p>Son muy abundantes las relaciones de viajes a Tierra Santa, desde los tiempos del relato venerable de la <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2014/12/egeria-itinerario.html">dama Egeria</a>. A veces no son muy fiables, como el incluido en los viajes del fantástico <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2014/12/john-de-mandeville-libro-de-las.html">John de Mandeville</a>. En el siglo XV, el del deán de Maguncia <a href="https://digital.ub.uni-duesseldorf.de/urn/urn:nbn:de:hbz:061:1-152250">Bernardo de Breidenbach</a> fue un auténtico <i>best-selle</i>r de la época, con múltiples ediciones. Buena parte de su éxito procedía de los espléndidos grabados que acompañaban al texto. Su traducción por el humanista aragonés <a href="https://books.google.cl/books?id=ZLyqlYqOA9YC&hl=es">Martín Martínez Dampiés</a> fue impresa por Juan Hurus en Zaragoza en 1498, y es uno de los más destacados incunables españoles. Y muchos otros más.</p><p>Muy distinto es el caso de la obra que presentamos esta semana. <b>George Robinson</b> es un británico (del que desconozco su biografía) que viajó por Oriente en 1830, y que unos años después publicó el relato de su estancia en Palestina y Siria. Aunque en la tradición del género se ocupa también de monumentos y reliquias religiosas, corresponde ya a una época muy distinta a los anteriores. Sus intereses y sensibilidad son ya románticos, y presta especial atención a los paisajes, a sus propias emociones, y a la búsqueda de lo exótico, esto es, a lo distanciado cultural o cronológicamente del mundo moderno del que procede.</p><p>El territorio que Robinson recorre forma parte del Imperio Otomano, y está administrado por los valíes de Beirut y de Damasco, ambos pertenecientes a la gran provincia de Siria. Palestina está dividida entre estos dos valiatos, y es fundamentalmente un término geográfico, con límites precisos al oeste (el Mediterráneo) y al sur y al este (los desiertos del Sinaí, del Néguev y de la Arabia Pétrea), e imprecisos al norte del lago de Tiberíades, aunque incluyendo Tiro y Sidón. Abarca, por tanto la zona costera, ambas márgenes del valle del Jordán y del mar Muerto, y las colinas existentes entre ellas.</p><p>La población no está en absoluto cohesionada: la división básica es entre los ganaderos beduinos itinerantes y la mayoría sedentaria, profundamente dividida entre los mayoritarios musulmanes sunnitas y las dos considerables minorías, cristiana (a su vez con múltiples divisiones: ortodoxos, católicos latinos y maronitas, armenios...) y judía. A ellos han de agregarse otros grupos, como los drusos con un cierto origen chiita, y los turcos dominantes, que traen consigo gentes procedentes de todo el Imperio, como los soldados albaneses.</p><p>Tras el viaje de Robinson la región se transformará con rapidez: primero con la ocupación temporal por parte del Egipto de Mehemet Alí, que intenta separarse del Imperio Otomano; después, el gobierno directo de Jerusalén y su territorio por parte de las autoridades de Constantinopla, en paralelo a las creciente intervención occidental. Luego, el incremento sostenido de la inmigración judía, la procedente de Rusia y la de carácter sionista. Finalmente, la formación y eclosión de dos novedosos nacionalismos, el judío y el musulmán (autodenominado palestino), cada uno de los cuales se identificará con el territorio y se esforzará por controlarlo, se impondrá en su comunidad respectiva, y ante todo se enfrentará a las identidades rivales. Y se iniciará así el proceso por el que abundantes personas y grupos de la compleja Palestina, al quedar al margen de estos encuadramientos, tenderán a ser ignoradas en el mejor de los casos, cuando no <i>borradas </i>más o menos sistemáticamente.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjH8zKIjo5b3GYdt9p1hmjTtug8c-7hrroeir0DrFfzQRzqip209VGrTsvtEx5TM1twIKjeIi1u5fuqboZ5x5QuctiX7C4Wmw-EOsghYvIq9Faqrmbwm29wHGwNVc0G2e7DnC7al0_SRwVlCbnpUSFbcMfNv_fRUVWy5jH1nG2yTwmsixAbm-fSsBgm6iqr/s4136/Modern_Palestine,_Illustrated_atlas,_and_modern_history_of_the_World,_1851%20b.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4136" data-original-width="3036" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjH8zKIjo5b3GYdt9p1hmjTtug8c-7hrroeir0DrFfzQRzqip209VGrTsvtEx5TM1twIKjeIi1u5fuqboZ5x5QuctiX7C4Wmw-EOsghYvIq9Faqrmbwm29wHGwNVc0G2e7DnC7al0_SRwVlCbnpUSFbcMfNv_fRUVWy5jH1nG2yTwmsixAbm-fSsBgm6iqr/w470-h640/Modern_Palestine,_Illustrated_atlas,_and_modern_history_of_the_World,_1851%20b.jpg" width="470" /></a></div>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-63288131503727203392023-12-24T12:00:00.001+01:002023-12-24T12:00:00.135+01:00Feliz Navidad<p> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglVO8m13vyXL9TsSXyYUO0DdvZTv9Nh5Wcoj11ROP23miyvOO2NEePVn22KxiJ2QZ7qMVQQnQtJ98g_PiSGjJxLAsE0AYrerAlpYS4RoJtYI3cM1jxDXPywQCI2CEHlCH0qI3zr-k7QTREeN_Cwblo49s6ARF7iEBtVVWk5qOeHF6naWmMdbj-tlH554eR/s1483/Capilla%20Mayor%20del%20Hospital%20de%20la%20Caridad%20de%20Illescas,%20Toledo.webp" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1483" data-original-width="1483" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglVO8m13vyXL9TsSXyYUO0DdvZTv9Nh5Wcoj11ROP23miyvOO2NEePVn22KxiJ2QZ7qMVQQnQtJ98g_PiSGjJxLAsE0AYrerAlpYS4RoJtYI3cM1jxDXPywQCI2CEHlCH0qI3zr-k7QTREeN_Cwblo49s6ARF7iEBtVVWk5qOeHF6naWmMdbj-tlH554eR/w640-h640/Capilla%20Mayor%20del%20Hospital%20de%20la%20Caridad%20de%20Illescas,%20Toledo.webp" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El Greco, Capilla Mayor del Hospital de la Caridad de Illescas, Toledo</td></tr></tbody></table></p>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-79117811801262151212023-12-15T13:45:00.000+01:002023-12-15T13:45:40.150+01:00Augusto Conte, Recuerdos de un diplomático<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxBiORcGjae3IeqwD7n3LourdksC4ycSXY92odt0N0YVNxiEzDy9ysFSRN7lCFkEQo5oglLjtAfSTqDBtpcNxuXFd0G69R3h8mO3apLNPRHgua7IFQ8rlfeG3j7QsTD9TCLgBX0FrkfgOLKXLz2JqfRDvQI-i2GSo07ly0bC6PoNervX6xmUNYpYun-Wb2/s631/Retrato%202.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="631" data-original-width="551" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxBiORcGjae3IeqwD7n3LourdksC4ycSXY92odt0N0YVNxiEzDy9ysFSRN7lCFkEQo5oglLjtAfSTqDBtpcNxuXFd0G69R3h8mO3apLNPRHgua7IFQ8rlfeG3j7QsTD9TCLgBX0FrkfgOLKXLz2JqfRDvQI-i2GSo07ly0bC6PoNervX6xmUNYpYun-Wb2/w174-h200/Retrato%202.jpg" width="174" /></a></div><div style="text-align: right;"><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1BbQGgxsijsgNLyTqCkNHuZFH4_ig7qq8/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1AADA6kM6wPwXMIlt7dSUR0pQWAn01_JN/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1hNp1nmbGTm2ZshJ2rY2Ex4CEd3ulTfni/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span> </div><p></p><p><b>Stefan Zweig</b>, en sus conmovedoras memorias <i>El mundo de ayer</i>, señala que «si busco una fórmula práctica para definir la época de antes de la Primera Guerra Mundial, la época en que crecí y me crié, confío en haber encontrado la más concisa al decir que fue la edad de oro de la seguridad.» Es la llamada <i>Belle Époque</i>, ese medio siglo sucesor de la larga etapa revolucionaria, orgulloso de sus logros políticos, sociales y económicos, firmemente confiado en la inevitabilidad de un progreso acelerado y sin fin, rebosante de un desmedido complejo de superioridad edificado sobre certidumbres nacionalistas y racistas. En realidad, ese mundo tan satisfecho de sí mismo está incubando el atroz siglo XX, que lleva a Zweig a idealizar la época anterior:</p><p>«Antes de la guerra había conocido la forma y el grado más altos de la libertad individual y después, su nivel más bajo desde siglos. He sido homenajeado y marginado, libre y privado de libertad, rico y pobre. Por mi vida han galopado todos los corceles amarillentos del Apocalipsis, la revolución y el hambre, la inflación y el terror, las epidemias y la emigración; he visto nacer y expandirse ante mis propios ojos las grandes ideologías de masas: el fascismo en Italia, el nacionalsocialismo en Alemania, el bolchevismo en Rusia y, sobre todo, la peor de todas las pestes: el nacionalismo, que envenena la flor de nuestra cultura europea. Me he visto obligado a ser testigo indefenso e impotente de la inconcebible caída de la humanidad en una barbarie como no se había visto en tiempos y que esgrimía su dogma deliberado y programático de la antihumanidad.»</p><p>Cuando Zweig nace, el diplomático español <b>Augusto Conte y Lerdo de Tejada</b> (1823-1902) se encuentra ya próximo a su jubilación. Su vida se desarrolló, pues, en esa época de plenitud y soberbia europea, y desempeñó su <i>carrera </i>sucesivamente en Lisboa, México, Roma, Florencia, Turín, Nápoles (capitales de cuatro estados anteriores a la unificación italiana), Londres, Copenhague, y tras el paréntesis del sexenio revolucionario, Constantinopla y Viena. Cosmopolita y políglota, con parientes por toda Europa (su padre era francés y su esposa inglesa), y muy bien relacionado con la extensa y todavía poderosa aristocracia europea, se establecerá definitivamente en Florencia, donde redactará las memorias que comunicamos esta semana.</p><p>A diferencia de las de Zweig, no destacan por su profundidad aunque sí por su amenidad. Conte nos describe como espectador los principales acontecimientos y personajes de su época, y sólo en un par de ocasiones ejerce un cierto protagonismo: en Roma durante su efímera república, y en Viena con los tratos sobre el matrimonio de Alfonso XII. El papel secundario de España en el siglo XIX no da para más. En compensación, se extiende en la descripción de los distintos países en los que vive, con especial atención a su historia, sus monumentos y sus museos, sus escritores, músicos y artistas, y por supuesto su<i> buena sociedad</i>: bailes, recepciones y tés de las cinco de aristócratas y diplomáticos. Sus opiniones son por lo general conservadoras y convencionales, y en ocasiones un tanto ramplonas, aunque en ocasiones nos sorprende abogando (un tanto a toro pasado) por el abandono de Cuba y el rechazo a la ocupación del norte de Marruecos.</p><p>Las críticas a su obra no fueron siempre positivas. Por eso, en el tercer volumen (publicado póstumamente) el autor se cura en salud: «Mas antes de proseguir, quiero justificarme de una tacha que quizá merezca a primera vista. El severo censor podrá decirme que hago con harta frecuencia toda clase de digresiones, ora históricas, ora descriptivas, las cuales no tienen mucho que ver con el objeto principal de mi libro, de tal suerte que más parece éste un <i>Manual de Historia</i> o una <i>Guía del viajero</i> que no una relación de recuerdos. Yo, sin embargo, creo poder justificar esta, que parece falta, haciendo advertir que mal podrían comprenderse las cosas que de cada país voy refiriendo, si no las acompañase de aquellos antecedentes que las explican y de aquellas descripciones que les dan un color local, no de otra suerte que el novelista las introduce a cada paso en sus ficciones a fin de comunicar más vida a los personajes que pinta.»</p><p>En fin, el Augusto Conte que en su retiro florentino compone sus memorias, benevolente y superficial, nos recuerda al Mr. Audley de <b>Gilbert Keith Chesterton</b> en <i>Las pisadas misteriosas</i>: «Era un anciano afable que todavía gastaba cuellos a lo Gladstone: parecía un símbolo de aquella sociedad, a la vez fantasmagórica y estereotipada. Nunca había hecho nada, ni siquiera un disparate. No era derrochador, ni tampoco singularmente rico. Simplemente, estaba en el cotarro y eso bastaba. Nadie, en sociedad, lo ignoraba; y si hubiera querido figurar en el Gabinete, lo habría logrado… Mr. Audley, que nunca se había metido en política, trataba de estas cosas con una seriedad relativa. A veces, hasta ponía en embarazos a la compañía, dando a entender, por algunas frases, que entre liberales y conservadores existía cierta diferencia. En cuanto a él, era conservador hasta en la vida privada. Le caía sobre la nuca una ola de cabellos grises, como a ciertos estadistas a la antigua; y visto de espaldas, parecía exactamente el hombre que necesitaba la patria. Visto de frente, parecía un solterón suave, tolerante consigo mismo, y con aposento en el <i>Albany</i>, como era la verdad.»</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIYMqNP-XBTtkt2rT3uG04ALYksu7Dk0We4lKVQItI_XkesLufHTdaZGG4TUuE4agMa9_9Yir13goPlqMGGW-8-AtT3zIu1vU_8O5DH6BMZWYLyGOFW-_TJJJY9a-6hx-HsJVlCJtdzIKIIjchGTTsTtx2zJDgcwLid7rr1p7qu92Umu9o2O4-7PxmC6Tu/s939/Proclamaci%C3%B3n%20de%20la%20Rep%C3%BAblica%20Romana%20en%201848.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="668" data-original-width="939" height="456" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIYMqNP-XBTtkt2rT3uG04ALYksu7Dk0We4lKVQItI_XkesLufHTdaZGG4TUuE4agMa9_9Yir13goPlqMGGW-8-AtT3zIu1vU_8O5DH6BMZWYLyGOFW-_TJJJY9a-6hx-HsJVlCJtdzIKIIjchGTTsTtx2zJDgcwLid7rr1p7qu92Umu9o2O4-7PxmC6Tu/w640-h456/Proclamaci%C3%B3n%20de%20la%20Rep%C3%BAblica%20Romana%20en%201848.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Proclamación de la república romana en 1849</i></td></tr></tbody></table>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-78403841581351364372023-11-27T08:00:00.054+01:002023-11-27T08:00:00.132+01:00Pere M. Rossell, La Raza<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi47BUTp1mgXYW7Y3ohtpFKS7-GkuyF3P_O981Oe2CuY7dMIAnfvfc9AiEopQjljsWZqgfU2uYlYPSixwVo5i8fZv6mCG79iOVXu5RfBDZh8zJcg5kVLguRstOOLyN9usCrneKTp1EQREtTnq1Mt1WU_mlLkWM7u4uWFIhQxeX5rJ5inuI9uPHK99eyKeaQ/s164/Retrato.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="164" data-original-width="157" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi47BUTp1mgXYW7Y3ohtpFKS7-GkuyF3P_O981Oe2CuY7dMIAnfvfc9AiEopQjljsWZqgfU2uYlYPSixwVo5i8fZv6mCG79iOVXu5RfBDZh8zJcg5kVLguRstOOLyN9usCrneKTp1EQREtTnq1Mt1WU_mlLkWM7u4uWFIhQxeX5rJ5inuI9uPHK99eyKeaQ/s16000/Retrato.png" /></a></div><div style="text-align: right;"><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/17Y603j6IFEF8mUz4RnlaSkyqC8BJpcKv/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/15-CXvM-sR1Oybf41A-Q4Do572_r1GFNM/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/16DzK_IiofCc6e8wpO-2CDASd88Grtii3/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span> </div><p></p><p>Pere Màrtir Rossell i Vilà (1882-1933) fue un destacado veterinario natural de Olot, con una dilatada carrera profesional en el primer tercio del siglo XX; director de la Escuela de Agricultura y del Zoológico de Barcelona, publicó numerosos libros y artículos sobre zootecnia, en catalán, en castellano y en otras lenguas. Pero también fue desde su juventud un acérrimo nacionalista catalán, con obras como <i>Diferències entre catalans i castellans: les mentalitats específiques</i> (1917), <i>Las razas animales en relación con la etnología de Cataluña</i> (1930), <i>Organització de la defensa interior</i> (1931), y numerosos artículos. Pero no sólo fue un intelectual: su compromiso le llevó a afiliarse a Estat Català, el partido de Macià, y luego a Esquerra Republicana de Cataluña, con la que obtuvo un escaño en el Parlamento de Cataluña, tras las sorprendentes elecciones de 1932.</p><p>Como los principales forjadores del catalanismo político, Rossell es racista; pero quizás influido por su labor profesional, se adentra con decisión en el campo del mal llamado<i> racismo científico</i>, muy difundido entre un sector radical de la intelectualidad europea y europeizada. Ahora bien, como su racismo es consecuencia de su nacionalismo catalán, no le sirven buena parte de los planteamientos de los expertos consagrados (de los que incluimos algunas pinceladas en <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2023/11/haeckel-ripley-vacher-de-lapouge.html">la última entrega</a> de <i>Clásicos de Historia</i>). Y así, publicará en 1930 su obra más ambiciosa, la que hoy comunicamos: un exhaustivo análisis de lo que él entiende por raza. Como en tantas pseudo-ciencias, ideologías políticas o sociales, y supersticiones varias, parte de una <i>creencia </i>(aunque no la considera tal): las razas surgieron en la prehistoria por la acción del medio ambiente, y se mantienen perennes, inalterables, incomunicables. Esta <i>verdad </i>se proclama como evidente e irrebatible, lo que hace superflua cualquier demostración.</p><p>A partir de ahí funda su <i>raciología </i>o ciencia de las razas, como síntesis realizada desde todas las ciencias…, y desvela el papel decisivo que en todas ellas han jugado siempre las razas. Pero éstas no se diferencian entre sí tanto por sus características morfológicas (aunque también), sino por su mentalidad propia y exclusiva; ésta es la aportación innovadora de Rossell: «Los múltiples aspectos que pueden revestir las actividades de una raza, la filosofía, la ciencia, el arte, la literatura, la economía, la vida social, todas y cada una de las manifestaciones humanas, están presididas por una idea básica, que es la <i>mentalidad</i>. Una manera especial de cultivar la tierra supone igualmente una literatura determinada. Dentro de una misma raza, la unidad mental abarca todas las disciplinas, y está presente en cada una de sus obras. Una vez establecida la mentalidad, es inalterable.»</p><p>Pero existen unas calamidades que destruyen la supuesta feliz coexistencia separada de las razas: el <i>imperialismo</i>, auténtico motor de la historia, que supone la conquista de unas razas por otras, la existencia de razas dominadoras y razas dominadas. Pero mucho peor es el <i>mestizaje</i>, la mezcla de razas: «Los elementos extraños que se reproducen dentro de una raza, con la consiguiente mezcla de características, causan alteraciones profundas que tardan en desaparecer por lo menos cuatro generaciones. Las consecuencias se agravan cuando la reproducción se practica entre individuos ya mezclados: entonces el estado de desorden somático puede prolongarse indefinidamente, si los sujetos mezclados reciben nuevas aportaciones de elementos perturbadores.»</p><p>Pero esta llamativa construcción que se quiere científica a veces hace sospechar al lector de la existencia de un curioso trampantojo: las características de las razas son aquellas que el autor puede aplicar a la raza catalana; son calamidades las que puede percibir en la raza catalana; las razas decaen al modo de la decadencia catalana, y se recuperan, naturalmente, como en la <i>Renaixença</i>… La enorme estructura <i>raciológica </i>que ha levantado parece tener un objetivo mucho más concreto y práctico que finalmente se desvela: justificar el nacionalismo catalán. Veamos algunos párrafos de la obra.</p><p>«El área geográfica de la raza catalana ocupa el Limousin, parte de Guyena y Gascuña, el condado de Foix, el Languedoc, Auvernia, Provenza, Condado de Venaissin, Condado de Niza, Rosellón, el Principado o Cataluña estricta, Andorra, zona pirenaica y parte del Bajo Aragón, Valencia, una parte de Murcia y las Baleares. Llamar al conjunto de todos estos pueblos con el nombre genérico de raza catalana se debe al hecho de que entre todos sus componentes la región del Principado es la que se ha diferenciado más persistentemente, la que presenta más homogeneidad entre todos, la más irreductible a las influencias exóticas, y por último, la que ha creado una cultura propia en los últimos períodos ya muy evolucionados de la prehistoria, lo que se repite en la edad media; además, modernamente ha sido la primera en renacer.»</p><p>«El núcleo racial catalán, y con él la mayoría de las otras fracciones de la raza, se pueden considerar establecidos en el solutrense. La mentalidad surgiría y se fijaría entre el final del musteriense y las últimas etapas del solutrense, período que habría durado aproximadamente 50.000 años.» «Las razas vecinas de la catalana son la cantábrica, la francesa, la ligúrica, la almeriense o andaluza y la española. Las diferencias culturales entre estas razas a lo largo de la prehistoria y de la historia son grandes y persistentes. (…) Y así la mentalidad específica de la raza catalana se explica únicamente por haber existido en el paleolítico superior una raza cuya mentalidad ya estaba definitivamente formada, y suficientemente fuerte para así neutralizar y absorber a los que les invadían.»</p><p>La aplicación de sus estrictos principios raciales llevan a Rossell a reivindicar la catalanidad de Frédéric Mistral, Joaquín Costa, y Ramón y Cajal, aunque ninguno haya nacido en Cataluña, y en cambio negársela a Albéniz y a Granados, nacidos en Cataluña pero españoles, y a Manolo Hugué por mestizo. Más curioso es el caso de Fortuny, hijo y nieto de catalanes, pero en el que percibe la presencia de un atavismo salido a flote desde un lejano antepasado, que le hace español. «No sabemos qué gloria puede proporcionar a una raza la producción de sujetos cuyas obras, extrañas a la mentalidad autóctona, sean al contrario en espíritu, plasmación y técnica, propias de otra raza. La raza catalana en este caso ha hecho simplemente el papel de nodriza, y toda su gloria sería la que corresponde a la nodriza de un gran hombre. El caso de Fortuny enseña que un mínimo de sangre extranjera que se infiltre en una raza, puede ser una perturbación o una servidumbre que a la larga se paga.»</p><p>¿Y merece la pena leer este libro, con frecuencia farragoso y repetitivo, y otras veces contradictorio? ¿Este descabellado monumento encaminado a sumergir a las personas reales en unas supuestas razas, meras construcciones imaginarias e irreales, pero que dictan con talante totalitario la conducta del individuo, cuáles son las costumbres, las acciones, las preferencias, los sentimientos, las creencias, las diversiones propias de su raza? En último término, quién es un buen catalán y quien es un mal catalán (o español, o francés...) Pienso que sí, ya que conviene tomar como aviso los monstruos que produce el sueño de la razón.</p><p style="text-align: left;">Buena parte de los planteamientos de este<i> racismo científico</i> siguen hoy plenamente activos, por ejemplo, la preocupación por determinar quién es catalán <a href="https://www.racocatala.cat/forums/fil/247845/ets-catala-si">en este foro</a>, al que también corresponde <a href="https://www.racocatala.cat/forums/fil/245273/les-races-existeixen">este otro hilo</a>. Y del mismo modo está hoy bien vigente el uso de argumentos cientifistas que revisten con una apariencia de rigor epistemológico lo que con frecuencia no son más que elucubraciones y consejos de calendario. Para muchos hoy, como en <i>La Raza</i>, no todos merecen la misma valoración y respeto, sino que ambas dependen de la pertenencia o proximidad a ciertos grupos o creencias. Rossell reinterpretó el mundo y su historia a partir de sus fantasías zoológicas y nacionalistas. Creó una humanidad ficticia regida con mano de hierro por la ley de las razas. Muchos ideólogos han creado y crean humanidades paralelas regidas por principios tan vaporosos como el de nuestro autor: la clase, el género, el progreso... El problema es que detrás de ellos marchan políticos voluntaristas dispuestos a tender a la sociedad en el lecho de Procusto.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-1_yyJ69SNyBAq4JUGjz2-T_7nSk4OP5wcTI6gLigVlscEG7coeVslvl1Di-uIYGHZiRxNSvDIKb2_W4h7_ZRpTj8BVHeucrQdSReQfYlgdn1kUVzM8oEJ42YFjLmik3afE72q-8GpePqmAXrL_9mT_wpE0Yd1nxfbxNnAGUVFsJOa6PqV0-bBEBQHFCl/s1280/0508_Francesc_MacinO__Llun_s_Companys_r.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="629" data-original-width="1280" height="314" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-1_yyJ69SNyBAq4JUGjz2-T_7nSk4OP5wcTI6gLigVlscEG7coeVslvl1Di-uIYGHZiRxNSvDIKb2_W4h7_ZRpTj8BVHeucrQdSReQfYlgdn1kUVzM8oEJ42YFjLmik3afE72q-8GpePqmAXrL_9mT_wpE0Yd1nxfbxNnAGUVFsJOa6PqV0-bBEBQHFCl/w640-h314/0508_Francesc_MacinO__Llun_s_Companys_r.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Macià y Companys en las elecciones al Parlamento de Cataluña en 1932.</i></td></tr></tbody></table>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-61028675412372283522023-11-13T08:00:00.001+01:002023-11-13T08:00:00.133+01:00Haeckel, Ripley, Vacher de Lapouge, Deniker y Grant: Las razas europeas en la Antropología racista. Textos, mapas y gráficos<p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQV8UJGXZwWcJlTarceA26d6wVgQFlVR0WAAPnxEUsMncaQyVWsjGK9o22W-y0n-VPZ9tVGPBDAGbL91TUTaJuC42g0-1FTIscpD0BJJz8yKzMeDmN6ULyAEqI8UBudDSRPpHsRDgTnxCbw9Lsna0W-XFfwvi6jQKels0U57g4GRDGnUmCJNEeBRcAYIPy/s918/Ernst_Haeckel_1860.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="918" data-original-width="689" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQV8UJGXZwWcJlTarceA26d6wVgQFlVR0WAAPnxEUsMncaQyVWsjGK9o22W-y0n-VPZ9tVGPBDAGbL91TUTaJuC42g0-1FTIscpD0BJJz8yKzMeDmN6ULyAEqI8UBudDSRPpHsRDgTnxCbw9Lsna0W-XFfwvi6jQKels0U57g4GRDGnUmCJNEeBRcAYIPy/w150-h200/Ernst_Haeckel_1860.jpg" width="150" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Ernst Haeckel<br /></i></td></tr></tbody></table><p></p><p style="text-align: right;"><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1V06q9PYxKWWIfBf9CrVO6npUQdL-8LMu/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1LyFl4os8QyCSEqIokb0D0txRNRbtq8m1/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1IpucE0xQ-SH4cXU0H360_SkwaOe2e8pL/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span> <br /></p><p><span style="font-size: small;">El norteamericano <b>Luther L. Bernard</b> escribía en 1926 en su <i>An introduction to social psychology</i>: «La raza es principalmente un concepto sintético abstracto, una manera de clasificar, utilizado para simbolizar una síntesis conceptual de muchas características que, más o menos arbitrariamente, acordamos denominar colectivamente con algún nombre específico de raza. Su unidad es simplemente una abstracción que existe como media estadística o promedio en nuestras propias mentes, sin una realidad objetiva concreta. No hay ninguna persona en una de las llamadas razas que sea totalmente típica de nuestro concepto abstracto y sintético de esa raza. Tampoco encontramos ninguna unidad o identidad concluyente de rasgos en los diversos miembros de una llamada raza. Siempre los rasgos extremos en una raza muestran mayores diferencias entre ellos, que los de las medias de dos razas cualesquiera. También hay un gran número de pueblos a los que es imposible clasificar de manera definitiva y científica dentro de una raza frente a otra, excepto sobre bases arbitrarias. Así, en este país clasificamos como negro a cualquier persona que se sepa que tiene rastros de <i>sangre</i> negra, aunque sólo una pequeña proporción de su herencia pueda haber provenido de ascendencia negra.</span></p><p><span style="font-size: small;">»Por lo tanto, la raza es principalmente un concepto estadístico abstracto, basado en promedios de ciertos rasgos aislados, y no un hecho biológico y psicológico concreto. Es un concepto colectivo o social. Pero no está totalmente divorciada de rasgos biológicos concretos. De hecho, el promedio estadístico se construye en torno a una síntesis de rasgos biológicos concretos. Estos constituyen la base de las distinciones raciales. Reconocida como tal, la raza es un símbolo social eficaz mediante el cual se controlan las relaciones humanas y se imponen ajustes colectivos a gran escala. Como fenómeno social abstracto o conceptual, la raza es muy real. También lo es el prejuicio racial, que es un fenómeno psico-social que surge de nuestro concepto sintético abstracto de raza y se ve reforzado por él. No todas las realidades son biológicas y concretas. Algunas son abstractas y sociales. Y este último puede ser tan poderoso a efectos de control como el primero. Pero no debemos confundir en nuestro pensamiento un hecho social conceptual abstracto con uno biológico concreto.»</span></p><p><span style="font-size: small;">En contra de lo sensatamente sostenido en el texto anterior, el llamado <i>racismo científico</i> asevera la división concluyente de la humanidad en especies o razas diversas tanto en el plano físico como en el psíquico y espiritual, y por tanto también en sus capacidades y en su valoración. Constituyó en su origen un consciente esfuerzo ideológico para justificar, expandir y generalizar el patente <i>racismo práctico</i> existente en diferente medida desde la Antigüedad. Podemos situar el origen del racismo científico en algunos pensadores de la Ilustración, que en su esfuerzo por mejorar la humanidad a la luz de la razón, quisieron debelar todo aquello que percibían como pretérito y oscurantista. Y entre ello la consideración de la unidad del género humano, cuya paternidad se atribuye a prejuicios religiosos... La conjunción de ciencia positivista, darwinismo social, progresismos políticos, e imperialismos nacionalistas, hará que durante los siglos XIX y XX el racismo científico se popularice en los países europeos y europeizados, y sirva para justificar el atroz reparto del mundo entre un puñado de potencias. Sin embargo, no faltarán tampoco los intelectuales, instituciones y amplios sectores sociales que se posicionen radicalmente en su contra. En <i>Clásicos de Historia</i> hemos comunicado <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/search/label/Racismo">abundantes obras</a> en uno y otro sentido.</span></p><p><span style="font-size: small;">Pero aquí nos vamos a circunscribir a la <i>Antropología física</i> y, más en concreto, a la orientación racista que revistió en buena parte durante el siglo XIX y primera mitad del XX, consecuencia en gran medida del darwinismo social que convertía en dogmas la selección natural y la supervivencia del más apto. Se centró en el estudio, no de los seres humanos en su individualidad, sino en función de los supuestos grupos a los que pertenecían; y estos grupos (especies, razas, sub-razas…) pasaron a constituir el objeto de la ciencia: se les estaba concediendo a las razas un mayor grado de consistencia, de realidad, que a las personas. Con todo un aparatoso mecanismo metodológico que pesaba, medía, clasificaba, comparaba y, lógicamente, al final valoraba la distinta calidad de cada grupo, esta pseudociencia gozó de un inmerecido prestigio académico y social, que nos recuerda el caso tan anterior de la <i>astrología judiciaria</i>. Hoy aparentemente ambas están repudiadas en su totalidad.</span></p><p><span style="font-size: small;">Pero el caso de la Antropología física no constituía un hecho excepcional, ya que algo semejante se daba en otros muy diversos campos: por aquel tiempo se consideraba más existente la <i>Nación</i>, el <i>Pueblo</i>, la <i>Clase</i>, que los meros individuos, que parecían interesar solamente en función de su inclusión en una de las categorías anteriores. Y en buena medida este planteamiento ha sobrevivido hasta nuestros días, popularizado por políticos, educadores e intelectuales. Y aun se han agregado nuevas categorías <i>totalizantes</i>, como el <i>Género</i>. El antiguo microcosmos que era antiguamente una persona, parejo en todos sentidos al universo completo, pasa a constituirse como mera fracción de los grupos con los que se identifica (o con los que se le identifica), recibiendo de ellos todo su valor, su mérito o su demérito. Lógicamente la libertad individual ya no es «uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos», la voluntaria búsqueda de lo verdadero, lo bueno y lo hermoso, sino la mera satisfacción de deseos y pasiones.</span></p><div style="text-align: left;"><span style="font-size: small;">Pero volvamos a estos nuestros oscuros <i>clásicos</i> de esta entrega. Naturalmente, las distintas razas se valoraban en función de aquella con la que cada autor se identificaba. De ahí la importancia que revisten las razas consideradas superiores, las europeas; nos centraremos en ellas. Y en este sentido hemos seleccionado algunos textos, mapas y esquemas, obra de algunos de los antropólogos físicos más destacados y representativos de los tiempos de la <i>Belle Époque</i>, antes y después del antepasado cambio de siglo. Son los siguientes: el naturalista y pensador alemán <b>Ernst Haeckel</b> (1834-1919); el economista y antropólogo norteamericano <b>William Z. Ripley</b> (1867-1941); el magistrado, antropólogo y político socialista, además de conde, <b>Georges Vacher de Lapouge</b> (1854-1936); el naturalista y antropólogo francés <b>Joseph Deniker</b> (1852-1918); y el abogado antropólogo y eugenista norteamericano <b>Madison Grant</b> (1865-1937).</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-size: small;"> </span></div><p><span style="font-size: small;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKuYWueTGW0anbWYNkzwwXcDG_QrpztFHhiZvonTwVfAHwUR_DVyTvny3F7EG-z8wunFvTfZ8YYuZnOJ_9mkfsMd-mNBlihX7bWTWad5WF_Ku9RhR69FlAXTIQyGqCnMtLZXGOm9i8m_LV1kdaQbhZWMsqYRRVZMBlJZQ3X-JEB6G-gAsS5NOLyQG37Cml/s2192/Madison%20Grant.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1533" data-original-width="2192" height="448" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKuYWueTGW0anbWYNkzwwXcDG_QrpztFHhiZvonTwVfAHwUR_DVyTvny3F7EG-z8wunFvTfZ8YYuZnOJ_9mkfsMd-mNBlihX7bWTWad5WF_Ku9RhR69FlAXTIQyGqCnMtLZXGOm9i8m_LV1kdaQbhZWMsqYRRVZMBlJZQ3X-JEB6G-gAsS5NOLyQG37Cml/w640-h448/Madison%20Grant.jpg" width="640" /></a></span></div><br /><p></p>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-8443640621733281382023-10-30T08:00:00.008+01:002023-10-30T08:00:00.204+01:00Marco Aurelio, Soliloquios<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2jY0E6kbTlrnm6mBuiUMUbNF9HeteeW0qUYc9H1kMpxvjT7_68TkvoVnmc0_Nr-C73g5fM5vbCdNiYloe7XSjXLMWlOrB8cVefyPGB6gMJY6w6_XPD8pgtDIt2L4h3ZQ3NEB5o8-1uJHDpEz25VuHmB5QVYwj8OMDUJZp9NZJ7jOBAOBkVTbTRzwFlDuP/s590/Retrato.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="590" data-original-width="548" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2jY0E6kbTlrnm6mBuiUMUbNF9HeteeW0qUYc9H1kMpxvjT7_68TkvoVnmc0_Nr-C73g5fM5vbCdNiYloe7XSjXLMWlOrB8cVefyPGB6gMJY6w6_XPD8pgtDIt2L4h3ZQ3NEB5o8-1uJHDpEz25VuHmB5QVYwj8OMDUJZp9NZJ7jOBAOBkVTbTRzwFlDuP/w186-h200/Retrato.jpg" width="186" /></a></div><div style="text-align: right;"><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1WoXN7QokC6lowRdV735PFKktT4qVxR-f/view?usp=share_link">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1jvLBOw_FZbdTJj5kKO5_7yAdpoWlHuLD/view?usp=share_link">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1Z0wtol8UQ59c4ELADhf68XQx_HUB6uy0/view?usp=share_link">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span> </div><p></p><p>«¿Quién dice locura semejante? —preguntó MacIan desdeñosamente—. ¿Supone usted que la Iglesia Católica ha sostenido jamás que los cristianos sean los únicos que siguen la moral? ¡Cómo! Los católicos de la católica Edad Media aburrieron a la Humanidad hablando de las virtudes de todos los paganos virtuosos.» Lo cuenta <b>Gilbert Keith Chesterton</b> en <i><a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2017/12/gilbert-keith-chesterton-la-esfera-y-la.html">La esfera y la cruz</a></i>. Y confío en que no nos ocurra lo mismo que a nosotros con la entrega de esta semana. El emperador Marco Aurelio (121-180) quedó para la posteridad como ejemplo del gobernante sabio, filósofo y moralista, preocupado por seguir una conducta recta y por buscar el bien común. Y también por la obra que presentamos, escrita originalmente en griego. Aunque actualmente quizás sea más conocido, personificado en Richard Harris, por la desgraciada suerte que le depara Joaquin Phoenix en <i>Gladiator</i>...</p><p><b>Guillermo Fraile</b> en el primer tomo de su <i>Historia de la Filosofía</i> se refirió así a nuestro autor y a su obra: «Marco Aurelio... Originario de una noble familia española. Su nombre primitivo era Catilio Severo. Adoptado a los nueve años por su abuelo Marco Aurelio Vero, quien le proporcionó una excelente educación, tomó después el nombre de éste. Tuvo por maestros al retórico Frontón, al estoico Junio Rústico y Apolonio. Fue adoptado por Antonino Pío, por indicación de Trajano, y le sucedió en el imperio a su muerte (161). Tuvo que hacer frente a enormes dificultades: peste y hambre en Roma, revueltas en Egipto y Siria, guerras contra los partos, quados y marcomanos. En la campaña contra éstos escribió sus <i>Soliloquios</i> (τὰ εὶς ἑαυτόν) y murió, junto a Viena, víctima de la peste. Fue un buen emperador de carácter bondadoso. Pero empaña la memoria de su nombre la persecución que ordenó contra los cristianos en 177. Es apócrifa la Constitución en que se habla del milagro realizado por los cristianos de la legión Fulminante.</p><p>»En sus <i>Soliloquios</i>, o reflexiones, aparecen todos los temas estoicos, revelando la influencia de Epicteto. Por una parte, un profundo sentimiento de la impermanencia de las cosas, a la manera de Heráclito, y un fondo de pesimismo sobre la realidad. Todo pasa, se destruye, y nada permanece. La vida no es más que un camino hacia la muerte. Nada hay en el mundo que sea digno de fijar la atención ni el afecto del hombre. Pero por encima de la caducidad e impermanencia de las cosas existe una realidad divina, permanente, inmutable, una ley que está en todas las cosas y las gobierna con su providencia, siendo la causa de una armonía interior que existe en el fondo del Universo. Esto basta para convertir el pesimismo en optimismo, aceptando esa ley con confianza y amor. Lo único importante es ponerse y vivir en contacto con los dioses. Incluso la muerte aparece como un misterio sagrado de la naturaleza. De esa realidad universal son solidarias todas las cosas y todos los hombres , y todos son, por lo tanto, hermanos y dignos de nuestro amor.»</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihIVKFEsGA7AFKd4FP2co7Rz5EYRHb-7SA7grGfrpKJXDCyMOc5Nst1N9lp-bPJUgUrKPogDbWpwzjlwneSeS420tVt08TdvYEG95h1obeo9pVEUqiH5q-EOgSku1REjRrJM8M6YNH29lY8QMrD6HfaJ-AIz-TEWYDalTb8_rt8WOkqMADCkyMi2IbwOJh/s1662/Antiguo.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1662" data-original-width="950" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihIVKFEsGA7AFKd4FP2co7Rz5EYRHb-7SA7grGfrpKJXDCyMOc5Nst1N9lp-bPJUgUrKPogDbWpwzjlwneSeS420tVt08TdvYEG95h1obeo9pVEUqiH5q-EOgSku1REjRrJM8M6YNH29lY8QMrD6HfaJ-AIz-TEWYDalTb8_rt8WOkqMADCkyMi2IbwOJh/w366-h640/Antiguo.jpeg" width="366" /></a></div>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-81771836497888740022023-10-16T08:00:00.039+02:002023-10-17T22:51:30.646+02:00Cayetano Barraquer, Quema de conventos y matanza de frailes en la Barcelona de 1835<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMLvmC4eLmxzr-pAjF_seL6lrgCHpIul1k98MigGXcQ2SEWCO36gJLgDgNqWksy5T4XksxdxIy6-SI-Oi65Bs07ff3Yx_Srv8Ff-SALBaUolRmZI2vFvZMFlxV8zRRtBGGFJhIMs8ivFV-DhO84fXXK2CJj48xNvmN-rik2xixzyXOnn_uvHY4518obcgG/s207/Retrato.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="207" data-original-width="152" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMLvmC4eLmxzr-pAjF_seL6lrgCHpIul1k98MigGXcQ2SEWCO36gJLgDgNqWksy5T4XksxdxIy6-SI-Oi65Bs07ff3Yx_Srv8Ff-SALBaUolRmZI2vFvZMFlxV8zRRtBGGFJhIMs8ivFV-DhO84fXXK2CJj48xNvmN-rik2xixzyXOnn_uvHY4518obcgG/s16000/Retrato.jpg" /></a></div><div style="text-align: right;"><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1uQdqNYD_i9SQpJJiUQ8LmH1RtCf0G1pJ/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1yN377oty6DyAnyBV_UWHVXCDhYMAbU4y/view?usp=drive_link">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1oVDf4P3-Yjt6LdWDziPPl9xF7WQa36fs/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span> </div><p></p><p style="clear: both;">Volvemos otra vez a la premonitoria <i>noche de los cristales rotos</i> barcelonesa del 25 de julio de 1835, en la que son asesinados dieciséis monjes (y un par de víctimas colaterales), heridos un número indeterminado (varios morirán en las siguientes semanas), expulsados todos los regulares de sus conventos, encerrados para su seguridad en los fuertes de Atarazanas, Ciudadela y Montjuich. Los conventos son atacados y saqueados, varios son incendiados, y todos ellos son incautados por el gobierno nacional, que procederá a darles un nuevo uso o los venderá entre sus simpatizantes. El fenómeno se reproduce de forma más o menos violenta en toda España, y muchos frailes marcharán al extranjero para poder continuar su forma de vida, como hizo <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2023/04/rosendo-salvado-memorias-historicas.html">Rosendo Salvado</a>, del que en su día reproducimos el meritorio libro en el que recoge su experiencia en Australia. Otros se incorporarán al clero secular, y otros, en fin, quedarán reducidos a la patética figura que pinta Antonio Gil de Zárate en <i><a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2021/09/los-espanoles-pintados-por-si-mismos.html">Los españoles pintados por sí mismos</a></i>.</p><p style="clear: both;">En esta ocasión reproducimos la parte que dedicó a este suceso el clérigo, abogado e historiador Cayetano Barraquer (1839-1922) en su exhaustiva obra <i>Los religiosos en Cataluña durante la primera mitad del siglo XIX</i>, publicada en 1915. Su trabajo resulta innovador y en cierto sentido revolucionario, ya que es un excelente ejemplo, <i>avant la lettre</i>, de lo que después se llamará <b>historia oral</b> y <b>memoria histórica</b>. Y lo es con sus virtudes y sus defectos. El autor entrevista desde 1880 a varios centenares de testigos de los hechos, gente común y corriente: exclaustrados y sus vecinos, milicianos y militares, artesanos y comerciantes… víctimas, victimarios y espectadores. Con este ingente testimonio busca reconstruir al detalle los acontecimientos de esa tremenda noche, y las múltiples y diversas reacciones a que dan lugar. El resultado se confronta con la documentación oficial que generó, tanto la hecha pública con inmediatez como la que permaneció inédita en los archivos del Ayuntamiento, la provincia, el gobierno civil y militar, etc. Asimismo, con el eco que produjeron en los periódicos, y con la interpretación que se hizo de ellos a través de libros y folletos, mayoritariamente en favor de los revolucionarios. De estos últimos hemos comunicado recientemente, entre otros, los de <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2023/08/joaquin-del-castillo-y-mayone-las.html">Castillo y Mayone</a>, y <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2023/09/francisco-raull-historia-de-la.html">Francisco Raull</a>.</p><p style="clear: both;">El resultado es atractivo y detallista, por más que a veces se nos muestre excesivamente premioso y reiterativo. A pesar del innegable tinte que el paso de los años extiende sobre los recuerdos ―les afectan los acontecimientos posteriores―, se nos muestran suficientemente diversos y expresan autenticidad. La obra pone de relieve el carácter premeditado de esta bullanga, preparada y llevada a cabo con carácter de maniobra política entre los diferentes grupos liberales que compiten por el poder a nivel local y nacional. Subraya el escaso número de incendiarios y asesinos, organizados y hasta cierto punto dirigidos por políticos, la tolerancia casi absoluta de las autoridades durante la noche, y una indiferencia que más bien parece apoyo de un amplio sector de los ciudadanos. Y en paralelo las meritorias acciones de otro sector que protege y esconde a los perseguidos, entre los que paradójicamente, encontramos a algunos de los incitadores y apologistas de la quema, como <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2023/09/ramon-xaudaro-bases-de-una-constitucion.html">Xaudaró</a> y Raull. Especialmente significativa es la ausencia de cualquier tipo de persecución a los autores de los asesinatos, de los incendios y del saqueo.</p><p style="clear: both;">Resultan muy expresivos los argumentos del auditor de guerra <b>José Bertrán y Ros</b> encargado de informar al respecto: «personas de recomendable conducta, amantes del buen orden y respetuosas de las leyes permanecieron tranquilas espectadoras del incendio de los conventos y del abandono de ellos por los religiosos que los ocupaban, y aunque detestaron el medio anárquico y espantoso con que esto se verificó, a par de los excesos a que un corto número se lanzaron con oprobio de la civilización y cultura de esta capital, no vieron sin embargo en semejantes hechos aislados, otra cosa que un efecto necesario de la exaltación de las pasiones imprescindibles en tales actos... No menos ha dimanado de la misma causa el que los habitantes pacíficos y honrados, a pesar de haber concebido la más alta indignación por la ofensa hecha a las leyes y por los excesos cometidos contra el orden público y la humanidad, hayan acogido favorablemente sus resultados, y desearan que se corriese un velo impenetrable que ocultare para siempre el modo con que llegaron a realizarse. Bajo estos datos se comprende esta evidencia que la ordenada formación de causa produciría un descontento general en este numeroso vecindario…»</p><p style="clear: both;">Hubo, por tanto, una determinación clara para eliminar no ya cualquier tipo de responsabilidad por los crímenes cometidos, sino el previo conocimiento oficial de los hechos cometidos. Es como si no hubieran ocurrido, aunque su resultado se mantiene: la disolución de las órdenes religiosas, y la incautación de todas sus propiedades y derechos por parte del Estado. Naturalmente, lejos de pacificar los espíritus, esta actitud condescendiente con el delincuente y sus promotores llevó a que los diferentes grupos liberales que competían duramente por el poder, acudieran repetidamente a medios similares: son las sucesivas <i>bullangas</i> que alteran largamente el día a día de Barcelona durante varios años con una penosa sucesión de alborotos, muertes y destrucciones. Y algaradas semejantes se dan por toda España durante mucho tiempo. Todo esto ocurrió hace casi doscientos años; ¿hay ciertas semejanzas con fenómenos actuales?</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB3ktEAyJYaclrnWRPVFGe-XDAx3lP40yNeXarq0XO-9JCeDIz0OPfF9gmF_hlESI8ZI-a8Z9bWRH4suyl7cMFo728pnNIiYNqHtqIM9_YtwFZPhtMcbgMYdmp_U3qqjzftIbvn5h9iffE3JjcMyzioGeh9OHcAlfey40bHbX6aHVQot1wj674kpnMrIRn/s2871/MAPA%20DEF.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2014" data-original-width="2871" height="448" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB3ktEAyJYaclrnWRPVFGe-XDAx3lP40yNeXarq0XO-9JCeDIz0OPfF9gmF_hlESI8ZI-a8Z9bWRH4suyl7cMFo728pnNIiYNqHtqIM9_YtwFZPhtMcbgMYdmp_U3qqjzftIbvn5h9iffE3JjcMyzioGeh9OHcAlfey40bHbX6aHVQot1wj674kpnMrIRn/w640-h448/MAPA%20DEF.png" width="640" /></a></div>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-21277441353183854072023-09-25T08:00:00.031+02:002023-09-27T18:24:58.292+02:00Francisco Raull, Historia de la conmoción de Barcelona en la noche del 25 al 26 de julio de 1835: causas que la produjeron y sus efectos hasta el día de esta publicación<p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcQFbMkQkPLrmFSsGeWjsQTQ2AQuwGsszn6qnqdlA6NQzUltp2zO235u4N8q03oLhooHpbQeHKlNphmr9EXYMU_jms4PzdLSgyuL5aRuBaGHPt5VBiTWNAmKSpfrJ-OEVq8N2lZwI7B8wWQE5kpaR9u0i0UV6OrENX6qevWBQfQRPOQlE3yagjnOyucT8F/s320/Bartolom%C3%A9%20Dom%C3%ADnguez,%20Retrato%20de%20desconocido.JPG" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="304" data-original-width="320" height="190" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcQFbMkQkPLrmFSsGeWjsQTQ2AQuwGsszn6qnqdlA6NQzUltp2zO235u4N8q03oLhooHpbQeHKlNphmr9EXYMU_jms4PzdLSgyuL5aRuBaGHPt5VBiTWNAmKSpfrJ-OEVq8N2lZwI7B8wWQE5kpaR9u0i0UV6OrENX6qevWBQfQRPOQlE3yagjnOyucT8F/w200-h190/Bartolom%C3%A9%20Dom%C3%ADnguez,%20Retrato%20de%20desconocido.JPG" width="200" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Bartolomé Domínguez, Un desconocido</i></td></tr></tbody></table><p></p><div style="text-align: right;"><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1OvHIn7OcS5gIfbRcEB4CgL15TV0uHZ7O/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/13AAdlPQGNixxYhyz03CrRavElR_UmBtE/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1sDi4Pnu3Rrd1nYftBKhEGBInsXH8plUW/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span> </div><p></p><p>Continuamos una semana más con las <i>bullangas</i> de Barcelona que caracterizan, junto con las de otras ciudades, la guerra civil y las maniobras de la Corte y los políticos, el establecimiento definitivo del régimen liberal en España. Pero nos vamos a centrar en esta ocasión en la primera, la de la quema de conventos y matanza de frailes, que le da un característico tono anticlerical (o anticatólico), de larga persistencia en la historia posterior. Acudimos a la obra que publicó en el mismo año de 1835 Francisco Raull, que había sido alcalde constitucional durante el Trienio liberal, exiliado posteriormente, y a la sazón principal responsable del periódico <i>El propagador de la libertad.</i> Naturalmente, es una obra sesgada, que enfoca los acontecimiento desde un riguroso planteamiento progresista, y atendiendo a los intereses coyunturales de su <i>cuerda</i> política.</p><p>Así, explica los acontecimientos de la noche del 25 al 26 de julio por la falta de talante revolucionario de los gobernantes de Madrid y Barcelona, por la persistencia del dominio de las clases privilegiadas, y por la diversidad territorial de jurisdicciones y administraciones, «cuando la España no debe formar más que un solo estado, un solo territorio, un solo <i>Todo</i>, gobernado por los mismos principios y las mismas leyes.» Luego, describe los ataques e incendios a los conventos y la muerte de religiosos como hechos fortuitos e inevitables: «el odio había pasado de raya y más se embraveciera cuanto mayor fuera el esfuerzo para contenerle.»</p><p>Procura asimismo <i>enjalbegar</i> a los mismos incendiarios: no hubo pillaje, fueron diligentes y prudentes, puesto que desistieron de quemar algunos conventos por el peligro de que el fuego se extendiera a las casas colindantes, y «ningún convento de monjas sufrió el menor ataque, ningún clérigo un insulto, ni ninguna fea maldad, que ordinariamente acompañan a semejantes conmociones nocturnas, se cometió en aquella espantosa noche.» En cambio, en el seminario «defendiéronse los frailes haciendo fuego, e hiriendo a algunos hicieron volver las espaldas a los demás.» ¡Qué desfachatez! Respecto a los frailes muertos, lo fueron no se sabe cómo, parece que por accidente: todo lo que dice es: «pereciendo unos cuantos en medio de la confusión y del trastorno.»</p><p>Raull justifica la inacción de las autoridades por las circunstancias, critica las medidas de autoridad posteriores, y responsabiliza del linchamiento del general Bassa a la imprudencia de la propia víctima. Naturalmente, se subleva ante el incendio de la fábrica de Bonaplata, y considera de justicia que se indemnice a su propietario… Y concluye la obra felicitándose por el establecimiento de la Junta de Autoridades (de la que forma parte nuestro conocido Xaudaró), y la elección indirecta de la Junta Auxiliar, y recomendando «que el Pueblo adquiera la convicción de que la Junta vela sin cesar sobre los altos destinos de la Patria.»</p><p>El talante anticlerical del autor es patente: por aquellos días escribió en <i>El propagador</i>: «De varios puntos del Principado recibimos semanalmente avisos de la perniciosa influencia de parte del clero sobre la clase proletaria, a la que seduce con sus sermones para que vaya a engrosar las filas de los facciosos, suponiendo que la religión está perdida si todos los cristianos no toman las armas para defenderla (…) Esto era consecuente atendida la poca instrucción de los pueblos de la montaña, su fanatismo inveterado, la falta de trabajo, el no haber experimentado los labradores ningún beneficio material desde que se proclamó el Estatuto; y sobre todo nos convencimos de que sucedería lo que está pasando luego que tuvimos conocimiento de la medida imprudente, antipolítica e inconcebible de permitir que los frailes a quienes se había echado a hierro y fuego de los conventos se diseminasen por todo el Principado irritados como debían estarlo y a pesar del proverbio bien sabido de que <i>el fraile no perdona</i>.» (Cuaderno VII, julio de 1835).</p><p>El abogado Francisco Raull (1788-1861) fue uno de los personajes destacados de la Barcelona isabelina. Con motivo de la campaña en su contra que se llevó a cabo en <i>El Republicano</i>, acusándole de aceptar sobornos, de imponer honorarios excesivos y otras corrupciones, su hijo Carlos publicó <i>Calumnia y vindicación</i> (Barcelona 1842), en la que sintetiza y ensalza la trayectoria de su padre: «Desde el momento en que mi padre abrazó la causa de la libertad, ha sido uno de sus más constantes defensores. Innumerables testigos de ello existen en todos los países a que la contra-revolución y las reacciones le han conducido: ni un momento de vacilación en sus ideas ha experimentado en toda su vida política: y nadie será capaz de presentarle un documento legítimo que pruebe lo contrario; pero como la calumnia en los artículos transcritos ha llegado a un grado a que no era creíble pudiese alcanzar la perversidad humana (…)</p><p>»Otro comprobante hay aun: desde que mi padre vino de emigrado se le ha honrado en esta ciudad con los destinos de capitán de la 5.ª compañía del batallón 15.° de M. N.; con el de primer comandante del de Artillería; con el de Síndico procurador del Común; con el de vocal auxiliar de la Junta de gobierno de esta provincia en 1840 y actualmente es vocal secretario de la Junta protectora de la escuela de ciegos: verdad es que el haber sido alcalde constitucional en 1823 le valió diez años de emigración en Francia y los demás honores después de su regreso, un año de destierro en Canarias y dos de ausencia por estar perseguido por el Barón de Meer; pero mi padre lo sufrió todo con resignación por ser en defensa de la patria y de la libertad; ¿y qué padecimientos habrá sufrido por ella el detractor de mi padre? ¿y qué empleos de elección popular ha obtenido nunca él que se complace en desacreditarle? Hace bien en ocultar su nombre para evitar la comparación.»</p><p>A esta edición de la <i>Historia de conmoción de Barcelona</i> hemos agregado en <i>Anexo</i> algunos documentos oficiales (como la estadística que elaboró el gobernador civil), algunos testimonios de particulares (jóvenes o niños cuando se produjo la revuelta) que fueron testigos presenciales, a los que se añade el pasaje correspondiente de las <i>Memorias</i> del general Llauder, y tres análisis históricos cercanos a los acontecimientos: la de la importante obra <i>Panorama español, crónica contemporánea</i> (1845, la más <i>imparcial</i>), la de Víctor Balaguer (1851, la más <i>literaturizada</i> y a la vez la más dependiente de Raull), y la de Vicente de la Fuente (1871, la más <i>crítica</i>).</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBFy66zxYtvhX8Q7bKIi3fW5jNfSIPLmyuOD8FA30F_LECydKc0-yCbkgIufGzvkJvpEnO2kGWUDNNNcaAI0EIN7QtllG-x4wYsf1ndhcxhvjfBRKGeGFJwqKyqlSTLCaznPKBt3-zrIFGf38G8nfbMUh1hj1RhLhY3j6ptu-71II5Z850-ZAnou--Bala/s915/La%20ciudad%20se%20convierte%20en%20un%20mar%20de%20llamas.png" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="590" data-original-width="915" height="412" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBFy66zxYtvhX8Q7bKIi3fW5jNfSIPLmyuOD8FA30F_LECydKc0-yCbkgIufGzvkJvpEnO2kGWUDNNNcaAI0EIN7QtllG-x4wYsf1ndhcxhvjfBRKGeGFJwqKyqlSTLCaznPKBt3-zrIFGf38G8nfbMUh1hj1RhLhY3j6ptu-71II5Z850-ZAnou--Bala/w640-h412/La%20ciudad%20se%20convierte%20en%20un%20mar%20de%20llamas.png" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>La ciudad se convierte en un mar de llamas (Patxot)</i></td></tr></tbody></table>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-11958787972716011712023-09-11T08:00:00.001+02:002023-09-11T08:00:00.161+02:00Eugenio de Aviraneta y Tomás Bertrán Soler, Mina y los proscriptos deportados en Canarias por abuso de autoridad de los Procónsules de Cataluña<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhE9B-hwu94ug4i-2Sq3TZXV0fg3YzqHSmUDcrOrcXMWKs2r6T2Fx9zK0CNu5BMtX-J-dPbSnWPimz9SSLsxLX7h_eVp0fprjTsHlPDFrZzbHO7dVbH8Vurqts4KwHrEKTzPZFDEKz6GGk2Y8Ny-3sKAQokOnLbwEiS3db2-IgDCqpeJAWPROr937Pmf77K/s404/Retrato.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="404" data-original-width="349" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhE9B-hwu94ug4i-2Sq3TZXV0fg3YzqHSmUDcrOrcXMWKs2r6T2Fx9zK0CNu5BMtX-J-dPbSnWPimz9SSLsxLX7h_eVp0fprjTsHlPDFrZzbHO7dVbH8Vurqts4KwHrEKTzPZFDEKz6GGk2Y8Ny-3sKAQokOnLbwEiS3db2-IgDCqpeJAWPROr937Pmf77K/w173-h200/Retrato.jpg" width="173" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Aviraneta</i></td></tr></tbody></table></p><div style="text-align: right;"><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1Cm1P9_tQYyDRRLppKbGfxxR8w8KUn_KM/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/15piVX3ZYTivM4qaK1F_OLI-UCl28U4ZU/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/14lrA9BEBro7-coFFUsmveAdv321c8zsm/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span> </div><p></p><p>Continuamos una semana más con los testimonios de revolucionarios que participaron en distintos grados en los motines de la Barcelona entre 1835 y 1838. Ya hemos visto el de <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2023/08/joaquin-del-castillo-y-mayone-las.html">Castillo y Mayone</a> y el de <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2023/09/ramon-xaudaro-bases-de-una-constitucion.html">Xaudaró</a>, y hoy agregamos los del todavía famoso (gracias sobre todo al talento literario de su lejano pariente Pío Baroja) conspirador Eugenio de Aviraneta (1792-1872), aunque éste sólo tomó parte en los sucesos de enero de 1836, de forma limitada en las matanzas generalizadas de prisioneros carlistas, y con mayor protagonismo en el subsiguiente pronunciamiento fallido por la Constitución de 1812. De hecho sus escritos se centran más bien en las consecuencias de esta <i>bullanga</i>: su deportación a Canarias y su rompimiento con sus anteriormente socios políticos: Mendizábal, Espoz y Mina… También disponemos ya de voces críticas sobre los motines de Barcelona, como la de <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2021/08/jaime-balmes-de-cataluna-y-la-modernidad.html">Balmes</a>, <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/search/label/Pirala">Pirala</a> o <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2021/10/vicente-de-la-fuente-historia-de-las.html">De la Fuente</a>.</p><p><b>Aviraneta</b> se autorretrata así en su <i>Vindicación</i>: «Se me ha echado en cara de que he sido conspirador. Lejos de negarlo, lo he confesado de palabra y por escrito, pues no tenía de qué avergonzarme. Yo conspiré antes y después de la muerte del rey a favor de la libertad y contra Cea Bermúdez, que sólo quería despotismo ilustrado. En aquella época trabajé con pocos, porque a muchos que ocupan hoy altos puestos y que cacarean valor y patriotismo, se les hubiera arrugado el ombligo al solo nombre de conspiración. Conspiré en julio de 1834 contra el Estatuto porque nunca entraron en mis principios los que encerraba aquel documento: he sido y soy consecuente. Conspiré en agosto de 1835 en la cárcel de corte porque estaba preso, el preso desea su libertad, y era sabedor del destino que me preparaban aquellos mismos hombres, que si durmieron tranquilos en sus camas, lo debieron a mi silencio. Yo fui el autor del plan… El año pasado después de los acontecimientos de Málaga, contribuí en Andalucía al restablecimiento del código de 1812 y para que se convocasen las cortes constituyentes. Reunidas, y decretada la constitución vigente, acabó mi carrera de conspirador o de sempiterno revolucionario como se me ha apellidado.» Esto lo escribía en 1837, y aun le quedaba por delante una larga y controvertida carrera...</p><p>Ahora bien, las opiniones de sus contemporáneos son variadas, aunque quizás predominan las negativas, independientemente del posicionamiento político de su autor: así el esparterista <b>Flores</b>: «Aviraneta, a quien da la fama, y él más que la fama, donosa celebridad en el arte de conspirar...» En el <i>Suplemento a las Memorias del general Espoz y Mina</i>, a cargo de su viuda <b>Juana María de Vega</b>, se le alude patentemente aunque sin nombrarlo: «Instigados por hombres pertenecientes a sociedades secretas, que unos existían ya en la ciudad, y otros aparecieron en ella en los momentos en que vieron ausente al General en jefe… pero que llegados a ellos el momento de operar, no tuvieron espíritu para presentarse al frente de su obra, como había ya sucedido en otras semejantes y en distintas épocas. Hay cierta clase de hombres de intriga que, si bien tienen ardid para comprometer a incautos, nunca han mostrado capacidad, o sea valor, para arrostrar personalmente los peligros que es preciso correr en los grandes compromisos.»</p><p>En la <i><a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2014/08/valera-borrego-y-pirala-continuacion-de.html">Continuación de la Historia general de España de Lafuente</a></i>, <b>Valera</b>, <b>Pirala</b> y <b>Borrego</b> escriben: «El otro inspirador de la sociedad Isabelina era un personaje digno de estudio: don Eugenio Aviraneta hallábase dotado de una organización que hacía de su inteligencia una máquina siempre dispuesta a conspirar, hombre cuya inventiva y cuyos recursos no conocían límites en cuanto a organizar trabajos colectivos, salvar dificultades y encontrar salida a los más comprometidos lances; y para completar el cuadro de tan singular figura, debe añadirse que, al mismo tiempo que perpetuo fautor de intrigas, Aviraneta era un hombre de convicciones y además probo.» «Aviraneta reunía todas las cualidades propias de un amaestrado profesor en el arte de las conspiraciones. Fecundo inventor de combinaciones dirigidas a envolver en el misterio los manejos de las sociedades secretas… Aunque revolucionario de oficio, no era Aviraneta partidario de la anarquía, y sólo apelaba a sus efectos como medio de dividir a los adversarios que se proponía desorientar primero para arruinarlos después.» «Consumado maestro en el arte de las conspiraciones… aquel infatigable agente de combinaciones de índole revolucionaria, pero que sabía adaptar al servicio de contrarias ideas e intereses...»</p><p><b>De la Fuente</b>, más ácido, que suele repartir mandobles a tirios y a troyanos, valora su prisión en Barcelona señalando que «Al pobre D. Eugenio le sucedían chascos pesados en sus conspiraciones, y semejante a D. Quijote, siempre salía apaleado de sus empresas de caballería, concluyendo estas con un folleto de <i>sic vos non vobis</i>, en que declaraba parte de sus proezas mal comprendidas y peor pagadas; y el público se reía de ver a un encantador mordido por su culebra.» «Como dice nuestro célebre dramático Alarcón, <i>en boca del embustero la verdad es sospechosa</i>. Líbreme Dios de calificar de tal a D. Eugenio Aviraneta, que no me gusta usar de semejante calificaciones; pero es lo cierto que los progresistas le han negado toda importancia, que los moderados la rebajan mucho, y los carlistas, admirados de ver cuán sobornable era su gente, cuán tontos sus jefes, y cuánto pícaro sin Dios ni religión había entre los defensores del Altar y el Trono, tampoco se han mostrado dispuestos a creer las revelaciones de Aviraneta.»</p><p>En su folleto <i>Vindicación de D. Eugenio Aviraneta de los calumniosos cargos que se le hicieron por la prensa, con motivo de su viaje a Francia en junio de 1837 en comisión del gobierno, y observaciones sobre la guerra civil de España y otros sucesos contemporáneos</i> (Madrid 1838), el autor se refiere fundamentalmente a su actuación de espionaje o conspiración, contra o con los carlistas, en el norte de España y en Francia. Sin embargo alude repetidamente al motín de Barcelona de enero de 1836, y las consecuencias que tuvo para él. Entresacamos estos pasajes para así completar lo que escribió en el folleto <i>Mina y los proscriptos</i>. Resulta interesante comparar ambos, y descubrir diferencias de tono, juicios y valoraciones entre uno y otro.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNfMHZ8XUqaScQtwiT4dSNWmirsfIlPz8LB6paOQgRJzYH770CnyEJdC2c8GMYYgvY6avMLeufRntKve3b15fNHldsnjMkTBwdEWrT2Mw1bXM1O-Im4B4FQfKiw0zT4WplVAcw8rjRE6avz876dy84K0wJGAPBUKCAGVgFiJoo2zbiSyE8o1sx9wyd2VH0/s854/Mazzini%20y%20la%20Joven%20Italia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="854" data-original-width="663" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNfMHZ8XUqaScQtwiT4dSNWmirsfIlPz8LB6paOQgRJzYH770CnyEJdC2c8GMYYgvY6avMLeufRntKve3b15fNHldsnjMkTBwdEWrT2Mw1bXM1O-Im4B4FQfKiw0zT4WplVAcw8rjRE6avz876dy84K0wJGAPBUKCAGVgFiJoo2zbiSyE8o1sx9wyd2VH0/w496-h640/Mazzini%20y%20la%20Joven%20Italia.jpg" width="496" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Mazzini y la Joven Italia</i></td></tr></tbody></table>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-40393751681809064092023-09-04T08:00:00.057+02:002023-09-04T08:00:00.158+02:00Ramón Xaudaró, Bases de una constitución política o Principios fundamentales de un sistema republicano, y otros textos<p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzW1wuj8zwLHxG7S18L5kELQHRIobBNmtZ-6glRv8gQt0rtd9uKxHQZhdNujlhpbpzdXC8xV3oLZrcFF18nMZ3gW9jig2yKFpmVB_tsOOJRRFxotDPVxY3dK5OIPpUdwI1rTJv-DaUpeFSZpavVzPpIOf-6IPDNdrcBLpVjSu8ZgCy6OkHM5oSbX3vsSiB/s716/Leopoldo%20Casi%C3%B1ol%20Faute,%20Retrato%20desconocido,%201845.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="716" data-original-width="575" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzW1wuj8zwLHxG7S18L5kELQHRIobBNmtZ-6glRv8gQt0rtd9uKxHQZhdNujlhpbpzdXC8xV3oLZrcFF18nMZ3gW9jig2yKFpmVB_tsOOJRRFxotDPVxY3dK5OIPpUdwI1rTJv-DaUpeFSZpavVzPpIOf-6IPDNdrcBLpVjSu8ZgCy6OkHM5oSbX3vsSiB/w161-h200/Leopoldo%20Casi%C3%B1ol%20Faute,%20Retrato%20desconocido,%201845.jpg" width="161" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Casiñol, Retrato de desconocido, 1845</i></td></tr></tbody></table><p></p><div style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: right;"> <span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1y2FJU1cB0PJbCjHkw99xbk05yy3o-BgH/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1TKict0Nsx9gdwVsne34uOYbhUljI9s4b/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1chflDP6G4QkfT8iY-sH4M07It7bWgY1_/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span></div><div style="text-align: right;"><p style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: start;"></p></div><p><b>Anna María García Rovira</b>, en su <i>Ramón Xaudaró, el Marat barcelonés</i>, resume así la trayectoria vital de nuestro protagonista de esta semana: «Aunque posiblemente aspiró a ser un estadista reconocido, la vida de Ramón Xaudaró, republicano confeso<i> avant la lettre</i>, conspirador y revolucionario impenitente, discurrió casi siempre en los márgenes, entre el exilio y la deportación, huyendo precipitada y repetidamente de la persecución policial, hasta que un gesto quijotesco, un exceso de ingenuidad, de ambición, de convicción, o una mezcla de todo ello, le hizo encabezar, a comienzos de mayo de 1837, una <i>bullanga</i>, un levantamiento de jornaleros, de descamisados, que permitió a las autoridades barcelonesas llevarle ante un pelotón de fusilamiento con treinta y cinco años recién cumplidos.»</p><p>Sólo en los últimos cinco años de su vida ejerció Ramón Xaudaró y Fábregas (1802-1837) un apreciable protagonismo entre los liberales exaltados, aunque como en tantas ocasiones de extrema agitación política, los revolucionario se devoraron entre sí. Exiliado en Francia, fue brevemente detenido por la policía, pero la revolución de julio lo libertará, y le dará ocasión de redactar y publicar en francés sus <i>Bases de una constitución política o Principios fundamentales de un sistema republicano </i>(1832). Vuelto a España tras la muerte de Fernando VII y el inicio de la guerra civil, se convertirá en una de las cabezas del rechazo tajante a los moderados desde el republicanismo, por un lado con sus colaboraciones en el diario <i>El Catalán</i> de Barcelona, que acabará dirigiendo, y por otro con su activismo en las sucesivas bullangas, de las que deplora sus consecuencias sanguinarias, aunque parece justificarlas por la conducta de sus oponentes políticos.</p><p>De resultas de la de enero de 1836, será arrestado y deportado en Cuba, aunque prontamente trasladado a La Coruña. La <i>sargentada</i> de La Granja le devolverá la libertad, y se establecerá en Madrid, ya que Barcelona continúa bajo el estado de sitio. En contacto con los grupos radicales barceloneses y madrileños, articulados en sociedades secretas, Xaudaró continuará su actividad propagandística. Por un lado con la publicación de su <i>Manifiesto de las injustas vejaciones sufridas por D. Ramón Xaudaró</i>, y por otro con la redacción del periódico <i>El Corsario</i> que, en sus tres meses de existencia, agudizará su enfrentamiento con los liberales progresistas del gobierno, presidido por José María Calatrava. En diciembre, quizás a consecuencia de las denuncias en las Cortes de la actuación de las sociedades secretas radicales, Xaudaró suspende la publicación del diario, y regresa a Barcelona. Allí continúa su activismo: su participación en el pronunciamiento fallido del 4 de mayo le conducirá al paredón, posiblemente con propósitos ejemplarizantes.</p><p>En su breve carrera revolucionaria Xaudaró fue un personaje odiado por sus contrarios, tanto carlistas como liberados moderados y progresistas. Pero asimismo fue controvertido entre los suyos, los revolucionarios extremados (al igual que otros conspiradores, como el famoso Aviraneta). Así, el también radical <b>Joaquín del Castillo</b> escribe en <i><a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2023/08/joaquin-del-castillo-y-mayone-las.html">Las bullangas de Barcelona</a></i>: «Xaudaró carecía de prestigio: al verlo al frente muchos de los reaccionarios* se contaron perdidos; los que deseaban coadyuvar, también se resfriaron, porque imaginaban que aquel hombre puesto al frente iba a perderlos en fin, lo tenían por sujeto sin opinión de principios, por un aventurero en toda la extensión de la palabra. Estos dicterios había merecido el desgraciado a sus rivales, quienes hicieron cundir semejantes voces.» Y <b>Eugenio de Aviraneta</b>: «el infame Xaudaró..., el turbulento e inmoral Xaudaró..., un verdadero traidor a la patria, un espía del absolutismo vendido a los doctrinarios de Francia, un confidente de Llauder y antes del sanguinario y pérfido Oñate...»</p><p>* Este autor utiliza la expresión <i>reaccionarios</i> para referirse a los que <i>reaccionan</i> contra el poder que ejercían los liberales moderados en Barcelona. Esto es, como sinónimo de auténticos <i>revolucionarios</i>.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEind5bWVYQ2Rxa6HvgkbJqF1MgYjtBTMOUZ-mxuulGsJtbW0s8kff61rxNqqZO-u8eRI2g7BcUhplFjz8Gy5Izic6RdoIKCMqPcIZtu8oEQ5-LcnQSLaaVBY8B-3QwvcFpcwtwoaN2lG2b6XmuNxY9x1nqU-6cWHi4uoPMQZbsdXFbDXHnjQjdGAGN1Z2tf/s983/Fusilamiento%20de%20Xaudar%C3%B3.png" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="703" data-original-width="983" height="458" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEind5bWVYQ2Rxa6HvgkbJqF1MgYjtBTMOUZ-mxuulGsJtbW0s8kff61rxNqqZO-u8eRI2g7BcUhplFjz8Gy5Izic6RdoIKCMqPcIZtu8oEQ5-LcnQSLaaVBY8B-3QwvcFpcwtwoaN2lG2b6XmuNxY9x1nqU-6cWHi4uoPMQZbsdXFbDXHnjQjdGAGN1Z2tf/w640-h458/Fusilamiento%20de%20Xaudar%C3%B3.png" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Fusilamiento de Xaudaró.</i></td></tr></tbody></table>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-85336029375774705442023-08-28T08:00:00.001+02:002023-08-28T08:00:00.142+02:00Joaquín del Castillo y Mayone, Las bullangas de Barcelona o sacudimientos de un pueblo oprimido por el despotismo ilustrado<p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvXycDpWqALJUTMoHXBNIrrAQAd5j0QgHIFVPLb55M_BANOFeARNai9aGJnReKoIv1-fLHO_VSP-BSmvf0eDr9eKlAJWzbYpd2mDj8NRtB7SbW2-znl3chWcnmddQBejbo2qPMjIh7dIYtEjQmNR4gRb51ySjVWSHTnensaUGDm-p7CGYSPdSoBEQmu1nY/s507/Gall%C3%A9s,%20Retrato%20de%20desconocido,%201842.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><i><img border="0" data-original-height="507" data-original-width="447" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvXycDpWqALJUTMoHXBNIrrAQAd5j0QgHIFVPLb55M_BANOFeARNai9aGJnReKoIv1-fLHO_VSP-BSmvf0eDr9eKlAJWzbYpd2mDj8NRtB7SbW2-znl3chWcnmddQBejbo2qPMjIh7dIYtEjQmNR4gRb51ySjVWSHTnensaUGDm-p7CGYSPdSoBEQmu1nY/w176-h200/Gall%C3%A9s,%20Retrato%20de%20desconocido,%201842.jpg" width="176" /></i></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Gallés, Retrato de desconocido, 1842</i></td></tr></tbody></table><p></p><div style="text-align: right;"> <span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1NsYix1eiN1yAD17Tf0GklsP_UBePkbza/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1rlplWUPkmra1gCW-i7PsFUgSfrGm4YJ7/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1UHsfCXwe-i94ZHFUKfo8z2unewWArJB4/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span></div><p></p><p><b>Joaquín del Castillo y Mayone</b> fue un maestro de primeras letras barcelonés que vivió en la primera mitad del siglo XIX. Extremado liberal y acérrimo anticlerical, fue un prolífico autor de muy diversas obras que se pueden agrupar en tres campos diferenciados: la ficción, con novelas sentimentales un tanto al viejo gusto dieciochesco, como <i>La prostitución o Consecuencias de un mal ejemplo</i> (1833), <i>Viage somniaéreo a la Luna o Zulema y Lambert</i> (1832); la didáctica, como <i>Arte metódico de enseñar a leer el español en 41 lecciones </i>(1847), <i>Ortografía de la lengua castellana para uso de toda clase de personas, con reglas particulares para los catalanes, valencianos y mallorquines, deducidas de su propio idioma, y observaciones sobre los escollos en que peligran y pueden evitar</i> (1831); y la política, como<i> Los exterminadores o planes combinados por los enemigos de la libertad</i> (1835), <i>Frailismonia o Grande Historia de los Frailes</i> (1836, en tres tomos), la obra que presentamos y muchas más. Ana Rueda analizó una de las novelas sentimentales de Castillo en un interesante <a href="https://rodin.uca.es/bitstream/handle/10498/8640/33336842.pdf">artículo</a>.</p><p>En <i>Las bullangas de Barcelona</i> (1837) el autor nos narra los siete graves motines que habían tenido lugar en la capital catalana a partir del verano de 1835: la matanza de frailes y quema de conventos, el asesinato del general Bassa, el incendio de la fábrica de Bonaplata (que naturalmente condena con firmeza), el linchamiento de los presos carlistas de la Ciudadela y otras cárceles, la sublevación de las milicias nacionales… Asistimos al conflictivo pero definitivo tránsito del viejo al nuevo régimen, con la lucha sin cuartel entre moderados y progresistas, enfrentamiento que se prolongará durante toda una generación, y que sólo se solventará con la Restauración. Del Castillo es, naturalmente, liberal exaltado, moteja de aristocráticos a los moderados, considera a los suyos como los auténticos representantes del pueblo, justifica siempre intenciones y acciones de los propios, y condena siempre las de los ajenos.</p><p>Poco después, y desde una postura contrapuesta, <b>Jaime Balmes</b> afirmaría en 1844: «Durante la revolución que nos aflige desde 1833 ha representado Barcelona un papel muy diverso del de las otras ciudades, ya sea entrando de lleno en las ideas revolucionarias, ya sea contrariándolas con más energía que en otros puntos: esto no carece de causas que conviene examinar.» Posteriormente en el artículo de ese mismo año titulado <i><a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2021/08/jaime-balmes-de-cataluna-y-la-modernidad.html">Rápida ojeada sobre las revueltas de Barcelona desde 1833 y examen de sus causas</a> </i>señaló lo siguiente: «La reforma, o sea la revolución, era en aquella época popular en Barcelona; no era sólo la hez del pueblo la que tomaba parte en el bullicio, eran también las clases acomodadas, eran las personas más ricas, así de la clase de propietarios como pertenecientes a la industria y al comercio. Los literatos y todas las profesiones científicas participaban generalmente del movimiento; por manera que, si bien en la ciudad había no pocos que miraban con desconfianza el giro que iban tomando las cosas y auguraban desgracias para el porvenir, no obstante se veían precisados a ocultar sus temores en el fondo de su pecho, y no se atrevían a manifestar su opinión sino en las expansiones de la amistad y de la confianza.</p><p>»Cuando sobrevinieron los desastres de 1835, el incendio de los conventos, el asesinato del general Bassa, el furor contra el general Llauder, poco antes objeto de tan solemne ovación, y el desbordamiento universal de las ideas y pasiones revolucionarias, todavía era mucha la popularidad que disfrutaban en Barcelona las medidas extremadas; y no son pocos los que actualmente se avergüenzan de haberse complacido en el fondo de su corazón en los horribles crímenes de aquellos días de infausta memoria, ya que de una manera más o menos directa no contribuyeran a consumarlos. Sin embargo, preciso es confesar que el horror de aquellos días aterró a los tímidos, desengañó a los sencillos e incautos e inspiró serias reflexiones a cuantos, no teniendo bastante valor para retroceder en el camino del mal, conservaban, empero, la honradez necesaria para no poder constituirse en defensores de atentados que escandalizaban a la culta Europa y lastimaban todos los sentimientos de humanidad.»</p><div style="text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgma_hSOXKUASCM7D22aNVp8A2XsWM6z1LEwHa3W51O5xuxmJsYb60xigIoDy04imgo3mD-Pf6K0O2Dju9HeJlIDmDdWv_Pxu7Cmemte7_XUuDUJ50ZBLIkwKaGAbVeKhYYwkCV_bJ3a9xGpzHGPbSL474R1VZ4BRDbFd3R6ZlZDK6WTmblpgA9UyBoAxQg/s1314/l%C3%A1mina.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="839" data-original-width="1314" height="408" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgma_hSOXKUASCM7D22aNVp8A2XsWM6z1LEwHa3W51O5xuxmJsYb60xigIoDy04imgo3mD-Pf6K0O2Dju9HeJlIDmDdWv_Pxu7Cmemte7_XUuDUJ50ZBLIkwKaGAbVeKhYYwkCV_bJ3a9xGpzHGPbSL474R1VZ4BRDbFd3R6ZlZDK6WTmblpgA9UyBoAxQg/w640-h408/l%C3%A1mina.jpeg" width="640" /></a></div><br /><div style="text-align: left;"><div><span style="color: #660000;">Para dar una idea mas exacta del lastimoso término a donde nos han conducido las escisiones políticas entre partidarios de un mismo trono, hemos resuelto adornar esta obrita con una lámina que representa la escena mas horrorosa de nuestros anales modernos con su correspondiente explicación:</span></div><div><span style="color: #660000; font-size: xx-small;"><br /></span></div></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #660000;">1. Atarazanas.<br />2. Cuartel de Atarazanas.<br />3. Parroquia de Santa Mónica.<br />4. Café de la Noria, primer batallón nacional y muchos individuos de otros, con la bandera.<br />5. Casa Teatro.<br />6. Lanceros nacionales.<br />7. Plana Mayor<br />8. Cañones.<br />9. Mozos de Escuadra.<br />10. Batallón 10 de nacionales.<br />11. Fuente del Viejo.<br />12. Pueblo que huye.<br />13. Caballero Gobernador.</span></div><div style="text-align: right;">(De la obra original)</div>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-19747055712785837292023-08-21T08:00:00.002+02:002023-08-21T08:00:00.164+02:00John Tanner, Narración de su cautiverio y aventuras con los indios de Norteamérica durante treinta años<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6vZ2fq1mdbqGWtMq6iWU5qPjBOJd3Z7BUpjROAMoz06R1PRXUaMjooqu7vK5h49b92xT_Jp69AMXL3nSaRlHtA2phdXdQhYgaw9lui-j_Lc6HisQ4Kw-0tNofpBEnAaewLwCFTYYFuGTHI8BPUbiT_Bsvn6bUzNCyfeSLVJYt3cVq0qDjHqZjip4U_b_K/s404/Retrato%20de%20John%20Tanner.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="404" data-original-width="369" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6vZ2fq1mdbqGWtMq6iWU5qPjBOJd3Z7BUpjROAMoz06R1PRXUaMjooqu7vK5h49b92xT_Jp69AMXL3nSaRlHtA2phdXdQhYgaw9lui-j_Lc6HisQ4Kw-0tNofpBEnAaewLwCFTYYFuGTHI8BPUbiT_Bsvn6bUzNCyfeSLVJYt3cVq0qDjHqZjip4U_b_K/w183-h200/Retrato%20de%20John%20Tanner.png" width="183" /></a></div><p></p><div style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: right;"><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/16ahEVfgIAVLT1ikgCfrnqzkdtyzuyJUP/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1z0Lyojix1ezkWdj4Nd5GNQu-2QH381Aj/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1g3WE9Tu3FqZgX0Z7ttCuB28HXY7zhbkO/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span><span style="background-color: transparent;"> </span></div><p>En una nota de su capital <i><a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2014/04/alexis-de-tocqueville-sobre-la.html">Sobre la democracia en América</a></i> (1835-1840), <b>Alexis de Tocqueville</b> se refiere así al protagonista de la obra que presentamos esta semana: «Hay en la vida aventurera de los pueblos cazadores, no sé qué atractivo irresistible que se apodera del corazón del hombre y lo arrastra a despecho de su razón y de la experiencia. Puede uno convencerse de esta verdad leyendo las Memorias de Tanner.</p><p>»Tanner es un europeo que fue arrebatado a la edad de seis [nueve] años por los indios, y que permaneció treinta en los bosques con ellos. Es imposible que haya nada más espantoso que las miserias que describe. Nos muestra tribus sin jefes, familias sin naciones, hombres aislados, restos mutilados de tribus poderosas, errando al azar en medio de los hielos y entre las soledades desoladas del Canadá. El hambre y el frío los persiguen; cada día la vida parece pronta a escapárseles. Entre ellos las costumbres han perdido su imperio y las tradiciones carecen de fuerza. Los hombres se vuelven cada vez más bárbaros. Tanner comparte todos esos males; conoce su origen europeo; no se ve retenido a la fuerza lejos de los blancos; viene al contrario cada año a traficar con ellos, recorre sus moradas, ve su bienestar económico; sabe que el día que él quiera volver al seno de la vida civilizada, podrá fácilmente disfrutarla, y permanece treinta años en los desiertos. Cuando regresa al fin en medio de una sociedad civilizada, confiesa que la existencia cuyas miserias ha descrito, tienen para él encantos secretos que no sabría definir. Regresa a ella después de haberla dejado y no se separa de tantos males sino con mil nostalgias; y, cuando al fin ha fijado su habitación en medio de los blancos, varios de sus hijos rehúsan ir a compartir con él su tranquilidad y bienestar.</p><p>»Yo mismo encontré a Tanner a la entrada del lago Superior. Me pareció semejarse mucho más todavía a un salvaje que a un hombre civilizado.</p><p>»No se encuentra en la obra de Tanner ni orden ni buen gusto; pero el autor hace en ella, sin darse cuenta, una pintura vivida de los prejuicios, de las pasiones, de los vicios y sobre todo de las miserias de aquellos entre los cuales ha vivido.»</p><p>La narración de la vida de John Tanner (1780-1846) fue recogida y publicada por el naturalista <b>Edwin James</b> (1797-1861), que la publicó en 1830 con el título <i>A narrative of the captivity and aventures of John Tanner (U.S. interpreter at the Saul de Ste. Marie) during thirty years residence among the indians in the interior of North America. Prepared by Edwin James, M. D. Editor of an Account of Major Long’s Expedition from Pittsburgh to the Rocky Mountains.</i></p><p>Presentamos la versión abreviada (especialmente de los extensos anexos agregados por James) que publicó <b>Nemesio Fernández Cuesta</b> (1818-1893) en el tomo tercero de su monumental <i>Nuevo Viajero Universal. Enciclopedia de viajes modernos. Recopilación de las obras más notables sobre descubrimientos, exploraciones y aventuras, publicadas por los más célebres viajeros del siglo XIX</i> (Madrid 1861). Hemos <i>repulido</i> ligeramente esta traducción.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjc8d1EkXIeqFeYw9tH9LetkkJ_LNxhsJKHiPnKWxYClMmVHsde-RCnc7GjRu5K2XlSzQ0G2rrxetBTZbPTHRrnbK5OKkQiLEEnYC97_gQvabVqRdFj3NECqj2xTSGv-PRCfsxHiD0oxcg6KRyWOe22iNT6odcD_oBM6j1UTFJ7pxYewQcbAHLmgZ4B7r7x/s1867/Eastman%20Johnson,%20Campamento%20ojibwa,%201857.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="1867" height="274" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjc8d1EkXIeqFeYw9tH9LetkkJ_LNxhsJKHiPnKWxYClMmVHsde-RCnc7GjRu5K2XlSzQ0G2rrxetBTZbPTHRrnbK5OKkQiLEEnYC97_gQvabVqRdFj3NECqj2xTSGv-PRCfsxHiD0oxcg6KRyWOe22iNT6odcD_oBM6j1UTFJ7pxYewQcbAHLmgZ4B7r7x/w640-h274/Eastman%20Johnson,%20Campamento%20ojibwa,%201857.png" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Eastman Johnson, Campamento ojibwa, 1857</i></td></tr></tbody></table>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-56749960612245073552023-08-14T08:00:00.002+02:002023-08-14T11:49:18.690+02:00Alphonse Daudet, Tartarín de Tarascón<p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTAfFRffCl71gYeo-N7-cawijLloP8_zXdjjWQmT7fdHetC0KxZLHsdVwtpwBqBgdSNS7ig9ym7M1P06LbZ3DM6bf8BlSP8rtF8Jt2juFj7WvO_HnzcljX2AAMFD1kBkBDmGSDPPbMB8IO25WcOBD7g_gm_pakyw_hATlnJw_0Q2m8VG6kqx8iDKb6bLdl/s882/LEclipse-1876_Andr%C3%A9%20Gill-Alphonse_Daudet.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="882" data-original-width="800" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTAfFRffCl71gYeo-N7-cawijLloP8_zXdjjWQmT7fdHetC0KxZLHsdVwtpwBqBgdSNS7ig9ym7M1P06LbZ3DM6bf8BlSP8rtF8Jt2juFj7WvO_HnzcljX2AAMFD1kBkBDmGSDPPbMB8IO25WcOBD7g_gm_pakyw_hATlnJw_0Q2m8VG6kqx8iDKb6bLdl/w181-h200/LEclipse-1876_Andr%C3%A9%20Gill-Alphonse_Daudet.jpg" width="181" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>André Gill, en L'Eclipse (1876)</i></td></tr></tbody></table><p></p><div style="text-align: right;"><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1H2_Got4j0a1OdaUk6GedxVUZKfc7iHh0/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1vxzH_BKmmR3ct0pdYn5afUBHPpyvpwry/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1fUVjgRl1cMkR8dPaA4x3lap8G1J9ogYS/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span> </div><p></p><p>Hace unas semanas revisitamos a <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2023/07/miguel-de-cervantes-el-ingenioso.html">Don Quijote</a>, y vamos a aprovechar el asueto veraniego para acercarnos a una de las más exitosas secuelas, réplicas, homenajes e imitaciones de la genial obra de Cervantes. Alphonse Daudet (1840-1897) hizo una primera aproximación en este sentido con su <i>Chapatin le tueur de lions</i>, que publicó en <i>Le Figaro</i> en 1863, que completó en 1870, en el mismo diario, aunque con el nombre de su protagonista distinto: ahora es <i>Barbarín de Tarascón</i>; la publicación en un volumen ya con su título definitivo habrá de esperar hasta 1872. El momento histórico en que se forja pudo ser determinante: el declive del segundo imperio francés, la catástrofe de la derrota ante los prusianos y el conflictivo arranque de la tercera república francesa.</p><p>Resulta tentador constatar los mimbres de la época en una novela que tiene mucho de mero divertimento, apropiado para olvidar el complicado presente: los característicos burgueses <i>aburguesados</i> que marcan el tono en la sociedad tarasconiana, el arraigado localismo que no hace sombra al nacionalismo francés, la percepción de la Argelia colonial como una prolongación de la propia Francia, en la que el color oriental que busca el protagonista parece destinado a asimilarse a algo semejante al localismo provenzal de Tarascón; los ambiciosos proyectos que basta con enunciarlos y autoconvencerse de que ya se han cumplido…</p><p><b>Jesús Cantera Ortiz de Urbina</b> publicó en 1993 un <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=613619">interesante artículo</a> en el que estudia los paralelos y las diferencias entre Don Quijote y Tartarín. Estas son sus conclusiones:</p><p>«Al crear Daudet la figura de Tartarín pretende hacer de este personaje una simbiosis de Don Quijote y Sancho Panza. Su intención es unir en un solo personaje el idealismo caballeresco de Don Quijote y el apego a la vida tranquila que caracteriza a Sancho Panza. En los primeros años del siglo XVII el genio de Cervantes había acertado con la creación de sus dos personajes, símbolo cada uno de una manera muy distinta, si no opuesta, de concebir la vida, dos personajes que, a pesar de su antagonismo, aciertan a convivir en sana y buena armonía. Dos siglos y medio más tarde, en la segunda mitad del siglo XIX el escritor provenzal afincado en París Alfonso Daudet, entusiasmado con el legado de nuestro escritor hispano y pensando en su Provenza (y de manera especial en la ciudad de Tarascón) pretende recrear las figuras de Don Quijote y Sancho, pero fundiéndolas en un solo personaje que además, en lugar de ser manchego, ha de ser provenzal. Así nace Tartarín, simbiosis pretendida de Don Quijote y Sancho.</p><p>»En este simpático y curioso personaje pretende aunar Daudet dos concepciones de la vida muy distintas, por no decir antagónicas. En lugar de dos personajes en cierto modo antagónicos, el uno idealista en grado sumo y el otro realista y práctico hasta la médula, un solo y único personaje en el que repetidas veces se entablará una lucha interior entre unas inclinaciones a hacer concesiones a la fantasía y a la vanagloria y unas ganas muy grandes de llevar una vida cómoda y tranquila sin mayores preocupaciones ni problemas.</p><p>»Pretende Daudet que en Tartarín coexistan a un tiempo Don Quijote y Sancho Panza. Pero lo cierto es que en Tartarín, que apenas coincide con Sancho, hay muy poco, por no decir nada de Don Quijote. Entre el espíritu idealista y caballeresco de Don Quijote y la fantasía fanfarrona de Tartarín hay un abismo. Tartarín no actúa por idealismo y menos aún por altruismo, sino por vanagloria y empujado por sus conciudadanos. Su fantasía, que dista mucho del idealismo, parece debida en buena medida a una especie de espejismo producido por el sol ardiente de Provenza, espejismo no exclusivo de Tartarín, sino de todo un pueblo. Tartarín no es Don Quijote, ni tampoco es Sancho Panza. Ni siquiera, a nuestro entender, es una simbiosis de esos dos personajes cervantinos. Tartarín es simplemente Tartarín. Una creación muy lograda de Daudet. Pretendiendo unir en una sola persona las dos creaciones de Cervantes, consiguió un éxito que seguramente no pretendía: crear su propio personaje: Tartarín.»</p><p>Años después, Daudet volverá a ocuparse de su personaje con <i>Tartarín en los Alpes</i> (1885) y <i>Port-Tarascón</i> (1890). También nos acercan gratamente a las preocupaciones de la época. En la primera Tartarín deberá enfrentarse a una peligrosa organización nihilista, y en la segunda pretenderá establecer una modélica colonia en los mares del Sur.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpASjLIMeCRXnwgLenI_2ZzbKEL9La9n0rwfh4j6wbxSN1sqMEEbjTOm42QCYMMIomswkzBowfJwJ6DxgPvco2D8m_R7VrOMr6fL6H4CZ5aoJHyk_Zj3KcyvucyyPQ0-3L2XHtoNDsTK52GCNazxhqf5A7lTmLjPJVMkHbLnuhz7VAvcrclcP44jUgEa42/s692/Tartarin_(%C3%A9d._populaire_Fayard_-_couverture).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="692" data-original-width="452" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpASjLIMeCRXnwgLenI_2ZzbKEL9La9n0rwfh4j6wbxSN1sqMEEbjTOm42QCYMMIomswkzBowfJwJ6DxgPvco2D8m_R7VrOMr6fL6H4CZ5aoJHyk_Zj3KcyvucyyPQ0-3L2XHtoNDsTK52GCNazxhqf5A7lTmLjPJVMkHbLnuhz7VAvcrclcP44jUgEa42/w261-h400/Tartarin_(%C3%A9d._populaire_Fayard_-_couverture).jpg" width="261" /></a></div>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-71015753261334051182023-08-07T08:00:00.015+02:002023-08-07T08:00:00.149+02:00Gustave de Beaumont, Estados Unidos en 1831: esclavitud, racismo, religión, tribus indias y otros aspectos<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxVVRwuEH0lS3CVRbC-pJHYf6kbq76mph0IWFltkN345MVO4KWoVZjydRQPKXDQaZFf5J5OS8KsixqM247ciMxTDjlv9eENlm3E08zxg3uT4meeilAzsA-1XI3M0BQTd72pA5gp7JpPmJ0fSgjULw3JZqvFvI2MsoQ4IcURiwOjxwfppWyuSxfPNCdxC4u/s372/Retrato.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="372" data-original-width="298" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxVVRwuEH0lS3CVRbC-pJHYf6kbq76mph0IWFltkN345MVO4KWoVZjydRQPKXDQaZFf5J5OS8KsixqM247ciMxTDjlv9eENlm3E08zxg3uT4meeilAzsA-1XI3M0BQTd72pA5gp7JpPmJ0fSgjULw3JZqvFvI2MsoQ4IcURiwOjxwfppWyuSxfPNCdxC4u/w160-h200/Retrato.jpg" width="160" /></a></div><div style="text-align: right;"><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1X2AGq9IWFcWZsdp_5XyGMwifaGUDjAWa/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1Lt80blyCzT9GCVBaCnQHA9jdKSdEvWrr/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1x4ZdiHC-iujYJnv-4vtB_Zsy45F7VnFL/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span> </div><p></p><p>Poco después de la Revolución de Julio, dos jóvenes amigos parten de Francia hacia los Estados Unidos. Ambos son noveles magistrados, y llevan el encargo oficial de estudiar el sistema penitenciario norteamericano, que se considera adelantado en cuanto a la rehabilitación del delincuente. A su regreso publicarán en dos tomos su <i>Du système pénitentiaire aux États-Unis et son application en France</i>, París 1833. Sin embargo Alexis de Tocqueville (1805-1859) y Gustave de Beaumont (1802-1866), los dos viajeros, han tenido unos propósitos mucho más amplios: estudiar una sociedad democrática que no ha requerido de la Convención y la guillotina que caracterizaron la propia de la revolución francesa.</p><p><b>François Furet</b>, en su artículo <i>Toqueville: el descubrimiento de América</i> (1986), lo explica así: «En el origen del viaje americano está pues la separación, operada por Tocqueville, entre la idea de democracia y la idea de revolución: separación que marca su profunda originalidad en la filosofía política liberal de la época, si se piensa por ejemplo que Guizot no llegará jamás a concebirla. La superioridad de Tocqueville es una superioridad de abstracción: consigue disociar el concepto de democracia de su referencia empírica, la Revolución francesa, de manera tal que puede interpretar a través de él una democracia no revolucionaria, América, y una democracia revolucionaria, Francia. El mismo pensamiento que lo libera de la obsesión de la Revolución francesa, característica de toda su generación, le da la idea del viaje a América. Se trata de poder elaborar una teoría de la sociedad democrática con la cual relacionar el caso francés.»</p><p>Y ambos jóvenes se apresurarán a comunicar las experiencias que han recabado en Estados Unidos y las conclusiones a las que han llegado. En 1835 <b>Tocqueville</b> publicará el primer tomo de <i><a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2014/04/alexis-de-tocqueville-sobre-la.html">La democracia en América</a></i>, que resultará ser una obra clave en la evolución del pensamiento político occidental. En ella se referirá así a la obra paralela, aunque con objetivos distintos, de su amigo y compañero de viaje: «En la época en que publiqué la primera edición de esta obra, M. Gustave de Beaumont, mi compañero de viaje por Norteamérica, trabajaba aún en su libro intitulado<i> María, o la esclavitud en los Estados Unidos</i>, que apareció después. El fin principal de M. de Beaumont ha sido poner de relieve y dar a conocer la situación de los negros en medio de la sociedad angloamericana. Su obra arrojará una viva y nueva luz sobre el problema de la esclavitud, de vital importancia para las Repúblicas. No sé si me engaño; pero me parece que el libro de M. de Beaumont, después de haber interesado vivamente a quienes deseen buscar en él emociones y cuadros, debe obtener un éxito más sólido y durable entre los lectores que, ante todo, desean encontrar puntos de vista sinceros y verdades profundas.»</p><p><b>Beaumont</b> le devolverá los elogios en su obra, aunque también subrayará las diferencias: «Mr. de Tocqueville y yo publicamos casi al mismo tiempo, cada uno, un libro sobre asuntos tan diferentes, cuanto pueden serlo el gobierno de un pueblo y sus costumbres. El que lea estas dos obras puede ser que reciba impresiones diferentes sobre la América, y se imagine que no hemos juzgado de un mismo modo el país que hemos recorrido juntos. Ésta, no obstante, no es la causa de la disidencia aparente que se ha de notar; la verdadera razón es ésta: Mr. de Tocqueville ha descrito las instituciones; yo he tratado de bosquejar las costumbres. Ahora, la vida política en los Estados Unidos es más bella y mejor aprovechada que la vida civil: mientras que el hombre encuentra allí pocos goces en el seno de su familia, muy pocos placeres en la sociedad, el ciudadano goza en la esfera política cuantos derechos pudiera apetecer. Examinando la sociedad americana bajo puntos de vista tan diferentes, claro está que no hemos podido, al pintarla, servirnos de los mismos colores.»</p><p>El título completo de su obra es <i>María o La esclavitud en los Estados Unidos. Pintura de costumbres en la América del Norte</i>. Y decide darle la forma de novela, pero en la que la ficción se documenta y acompaña con extensos apéndices, en los que analiza, y con frecuencia denuncia, distintos aspectos de la sociedad norteamericana: la condición de los negros esclavos y libres, los variadísimos e influyentes movimientos religiosos, y el estado antiguo y actual de las tribus indias. Y aun añade en múltiples notas breves análisis de otros aspectos: la condición de las mujeres, el ejército, la prensa, la igualdad dominante entre la sociedad blanca… Y concluye con la narración del motín racista que tuvo lugar en Nueva York en 1834. Esta parte <i>ensayística</i> es la que incluimos en esta entrega de <i>Clásicos de Historia</i>.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwaySxSvY3fiReOfQQ_a9YvhCuVUNz_MAbf56iez-CpyHpiel9xb5ZPobF1QeWjvSWVtk1QyNrwd4jY4nTreFzqVhRWb9PaUp15J0GNdVX6riqfwA4a-MEISWWLwL8eb5iLePrhL7WlKOwcbSw-RLDFZRB4Wypnr-3dZ-8HwPsrwf2OvtamOfWEfvkuDW6/s2892/Mapa%20de%20Finley%201827.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2892" data-original-width="2232" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwaySxSvY3fiReOfQQ_a9YvhCuVUNz_MAbf56iez-CpyHpiel9xb5ZPobF1QeWjvSWVtk1QyNrwd4jY4nTreFzqVhRWb9PaUp15J0GNdVX6riqfwA4a-MEISWWLwL8eb5iLePrhL7WlKOwcbSw-RLDFZRB4Wypnr-3dZ-8HwPsrwf2OvtamOfWEfvkuDW6/w494-h640/Mapa%20de%20Finley%201827.jpg" width="494" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Finley, Mapa de Estados Unidos, 1827</i></td></tr></tbody></table>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-12872427748505682712023-07-31T08:00:00.002+02:002023-07-31T12:35:49.205+02:00William Jay, Causas y consecuencias de la guerra de 1847 entre Estados Unidos y Méjico<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjURmnNe0gRG-32iste37eGsGBld6KC_jLHUMpPnFAmgwfRcuBPHXTq0FX4sI4A-XGdu8zFNuIX1jxnprN2hY9KzeDkHU2WQVT_6YtSLQ4-qgja4-OGb-xFr0CVVOKRRp35RXo4i3FXAjtG7MCHl0Iv877NfcLa5jdARXXOJTvxb_sFeUogB_2IQm67uAtF/s318/Retrato2.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="318" data-original-width="229" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjURmnNe0gRG-32iste37eGsGBld6KC_jLHUMpPnFAmgwfRcuBPHXTq0FX4sI4A-XGdu8zFNuIX1jxnprN2hY9KzeDkHU2WQVT_6YtSLQ4-qgja4-OGb-xFr0CVVOKRRp35RXo4i3FXAjtG7MCHl0Iv877NfcLa5jdARXXOJTvxb_sFeUogB_2IQm67uAtF/w144-h200/Retrato2.png" width="144" /></a></div><div style="text-align: right;"><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1uh_OWH2zkGaLmTSGcVZrSFpx5z5fL6Ex/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1QGbfpyvrWnxWh5butbFmMgFc-Rnc_ayu/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/15GlKvEVuiMDQWkdd--Wacab8kZLsB9L7/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span> </div><p></p><p><b>Alexis de Tocqueville</b> en <i><a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2014/04/alexis-de-tocqueville-sobre-la.html">Sobre la democracia en América</a></i>, fruto de su viaje a Estados Unidos en 1831 y que comenzó a publicar cuatro años después, puso de relieve el expansionismo norteamericano:</p><p>«En el sudoeste, México se presenta ante los pasos de los angloamericanos como una barrera. Así, pues, no hay ya, a decir verdad, sino dos razas rivales que se reparten actualmente el Nuevo Mundo: los españoles y los ingleses. Los límites que deben separar a esas dos razas han sido fijados por un tratado. Pero por favorable que sea este tratado para los angloamericanos, no dudo que lleguen bien pronto a infringirlo. Más allá de las fronteras de la Unión se extienden, del lado de México, vastas provincias que carecen todavía de habitantes. Los hombres de los Estados Unidos penetrarán en esas soledades antes de aquellos mismos que tienen derecho a ocuparlas. Se apropiarán el suelo, se establecerán en sociedad y, cuando el legítimo propietario se presente al fin, encontrará el desierto fertilizado y a extranjeros tranquilamente asentados en su heredad. La tierra del Nuevo Mundo pertenece al primer ocupante, y el imperio es allí el premio de la carrera. Los países ya poblados tendrán dificultades, a su vez, para preservarse de la invasión.</p><p>»He hablado ya... de lo que ocurre en la provincia de Texas. Cada día los habitantes de los Estados Unidos se introducen poco a poco en Texas, adquieren tierras y, en tanto que se someten a las leyes del país, fundan en él el imperio de su lengua y de sus costumbres. La provincia de Texas está todavía bajo la dominación de México; pero bien pronto no se encontrarán en ella, por decirlo así, más mexicanos. Semejante cosa sucede en todos los puntos donde los angloamericanos entran en contacto con las poblaciones de otro origen.</p><p>»No se puede disimular que la raza inglesa haya adquirido una inmensa preponderancia sobre todas las demás razas europeas del Nuevo Mundo. Es muy superior en civilización, en industria y en poder. En tanto que no tenga delante de ella sino regiones desiertas o poco habitadas; en tanto que no encuentre en su camino poblaciones aglomeradas, a través de las cuales le sea imposible abrirse paso, se la verá extenderse sin cesar. No se detendrá en las líneas trazadas en los tratados, sino que se desbordará por todas partes por encima de esos diques imaginarios.»</p><p>Y la <i>profecía</i> se cumplió. En 1836 se sublevan los colonos anglosajones de Texas, restablecen la esclavitud abolida por Méjico, y proclaman su independencia, que será reconocida por Estados Unidos. El conflicto se prolongará hasta la guerra definitiva que arranca en 1846. Y de ella va a hablarnos el hijo de nuestro conocido <a href="https://clasicoshistoria.blogspot.com/2017/04/alexander-hamilton-james-madison-y-john.html">John Jay</a>. <b>William Jay</b> (1789-1858) fue un prestigioso juez del estado de Nueva York, que desarrolló numerosas acciones filantrópicas a favor de la abolición de la esclavitud. De tendencia conservadora, rechazó asimismo el militarismo y el recurso a la guerra como solución de los conflictos, y defendió en su lugar el arbitraje internacional. Apenas finalizada la invasión norteamericana de Méjico y firmado el Tratado de Guadalupe Hidalgo, publicó en 1849 su rigurosa condena de lo sucedido con el título <i>A Review of the Causes and Consequences of The Mexican War</i>. Con esta obra, dice, «hemos tratado de dar a los lectores una idea de la enorme suma de crímenes y calamidades que resultan de nuestra guerra con México.»</p><p>Jay atribuyó el origen de la guerra únicamente al interés de los estados esclavistas en expandirse territorialmente y lograr un mayor peso político en la Unión, a costa de los estados del norte. Sostiene que aquellos prevén desarrollar en los territorios adquiridos nuevas plantaciones, que incrementarían los beneficios de sus propietarios y de los criadores y comerciantes de esclavos. El autor considera que por meros intereses partidistas una parte considerable de la clase política del norte, en principio abolicionista, les habría apoyado. Y rechaza la justificación oficial de la guerra: cuando el gobierno mejicano denegó con toda justicia la anexión de Texas a Estados Unidos, el presidente James K. Polk promovió la que denomina guerra defensiva con falsos argumentos: los supuestos agravios mejicanos no tenían consistencia alguna y nunca se produjo el imaginado ataque mejicano a territorios norteamericanos. En conclusión, Jay condena la guerra como totalmente injusta, además de señalar el enorme coste en vidas y valores humanos; por otra parte ha sido económicamente ruinosa, como toda guerra.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiINubOFFS9-YkhWAau_sfALEm1PG1e95r71lqeCUQqrSaN_pnN5lOWUw_W8xIridAZ5Xtk2m8cEZdb5mzYBh5bZ72AIFzWeyTbOiZmuikJeYqm2ncL9N2A76nz0ctPNe8-IuAyy6Sd8o2Q85CDNhF3ZVp15PVxsz_kbyskzVPIGK8kC8nfftcuwMUg9_X/s3706/1826%20Finley%20Am%C3%A9rica%20del%20Norte.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3706" data-original-width="3000" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiINubOFFS9-YkhWAau_sfALEm1PG1e95r71lqeCUQqrSaN_pnN5lOWUw_W8xIridAZ5Xtk2m8cEZdb5mzYBh5bZ72AIFzWeyTbOiZmuikJeYqm2ncL9N2A76nz0ctPNe8-IuAyy6Sd8o2Q85CDNhF3ZVp15PVxsz_kbyskzVPIGK8kC8nfftcuwMUg9_X/w518-h640/1826%20Finley%20Am%C3%A9rica%20del%20Norte.jpg" width="518" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Finley, Mapa de América del Norte, 1826.</i></td></tr></tbody></table>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-29835318970471236522023-07-24T08:00:00.009+02:002023-07-24T08:00:00.158+02:00Manuel Gil Maestre, El anarquismo: hechos e ideas<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguEf4qYh3714OpetVBtMMg9KpPMilAQXvz8fTpuUE57RFWnnKRHvh_lGJZFDop1RNDC2NAJ47qcx4nDDuU-GT1Xn4sJ2woGrmzitRlALkWruyLhG1z1DJLFj5-V5BmSS56-5Yqx68Ubib7Tn4KIPsM_8TFkYcOnHbfpVy53YXODf_P61SUdVtSiBg5JLVN/s455/Retrato%202.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="455" data-original-width="364" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguEf4qYh3714OpetVBtMMg9KpPMilAQXvz8fTpuUE57RFWnnKRHvh_lGJZFDop1RNDC2NAJ47qcx4nDDuU-GT1Xn4sJ2woGrmzitRlALkWruyLhG1z1DJLFj5-V5BmSS56-5Yqx68Ubib7Tn4KIPsM_8TFkYcOnHbfpVy53YXODf_P61SUdVtSiBg5JLVN/w160-h200/Retrato%202.jpg" width="160" /></a></div><div style="text-align: right;"><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1QxGoquVvPHqWG-YvwHFy-F_rPlBA5fmt/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1xByDQZn5iQyV9sTD3wmHocSlLOrZKCNq/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1jiYwf2wU1Pqbi2zzIMSrwsUMAop79UVA/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #660000; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"> </span> </div><p></p><p><b>Julián Casanova</b>, en <i>La cara oscura del anarquismo</i>, que forma parte de la obra colectiva <i>Violencia política en la España del siglo XX</i> dirigida por Santos Juliá (Madrid 2000) se refiere a «...la doble cara del anarquismo español, la que le acompañó en sus ochenta años de historia, desde que Giuseppe Fanelli llegó a España en noviembre de 1868 hasta el exilio de miles de militantes en los primeros meses de 1939. Ochenta años cargados, por un lado, de una frenética actividad propagandística, cultural, educativa y, por otro, de terrorismo y de violencia; de huelgas y sueños igualitarios; de insurrecciones y terrores justicieros. Desde Fanelli al exilio republicano, el anarquismo arrastró tras su bandera roja y negra a sectores populares diversos y muy amplios. Sin ellos, nunca hubiera llegado a ser un movimiento de masas, se hubiera quedado en una ideología útil para individualidades rebeldes, muy revolucionaria pero frágil, arrinconada por el crecimiento socialista y relegada a la violencia verbal. Pero su historia quedó también asociada a la bomba y al revólver, a la siniestra figura del hombre de capa negra con el cartucho de dinamita y al pistolero, al comecuras y al justiciero de la Federación Anarquista Ibérica.»</p><p>En realidad su gran crecimiento estuvo relacionado con su mayoritaria conversión al anarcosindicalismo, con la fundación de la CNT en 1910, y es por tanto posterior a la obra que presentamos esta semana. Publicada por entregas en la <i>Revista Contemporánea</i> de Madrid en los años 1897 y 1898 por <b>Manuel Gil Maestre</b> (1844-1912), magistrado, liberal reformista, interesado en las cuestiones sociales con abundantes publicaciones al respecto, y que había sido recientemente gobernador civil de Barcelona. Ante «los numerosos y cada día más horribles atentados que los anarquistas de acción, practicando la inconcebible <i>propaganda por el hecho</i>, han llevado a efecto desde hace algunos años en varias naciones de América y Europa, y, por desgracia, con bastante frecuencia en España», pretende «dar a conocer el verdadero carácter del anarquismo español, las ideas que en él más han influido, su origen, desarrollo e importancia que hoy alcanza, sus publicaciones periódicas y demás escritos, su táctica especial, sus agrupaciones, sus reuniones más señaladas, sus principales adeptos, sus relaciones, sus hechos más notables y su decaimiento, todo con las reservas que la prudencia y otras consideraciones imponen, tomando como base sus manifestaciones en Cataluña, por ser la comarca en que arraigó más profundamente.»</p><p>Es éste su objetivo principal, por lo que tituló sus colaboraciones como <i>El anarquismo en España y el especial de Cataluña</i>. Tras concluirlas, prosiguió con <i>El anarquismo: su filiación, sus causas, su desenvolvimiento y sus doctrinas</i>. Aunque esta segunda parte quedó reducida en buena medida al análisis de los autores a los que considera el origen intelectual de este movimiento: Proudhon, Herzen, Chernishevski y el nihilismo ruso. Concluyó refiriéndose a <i>El ideal y las doctrinas anarquistas según varios escritores</i>: Lenz, Lombroso, Serpa Pimentel, Malato, Reclus, Merlino, Baucel… A lo largo de su estudio, el autor contrapone el <i>ideal</i> anarquista, en el que encuentra aspectos positivos hacia los que considera evoluciona la humanidad, con la propaganda por el hecho, la táctica terrorista de numerosos anarquistas. Y por la misma razón, alaba repetidas veces el talante constructivo de sus rivales socialistas.</p><p>Y concluye así Gil Maestre: «hoy en día trabajan al anarquismo dos tendencias distintas, de las que indudablemente resultará su más o menos completa trasformación, que será o no de aplaudir, según que dominen los conciliadores o los intransigentes, los que aleccionados por la experiencia, y ante los resultados a su causa adversos de repetidos actos que han merecido reprobación universal y que a nada bueno conducían, no quieren imponer una revolución social que lleve al régimen anárquico, valiéndose al efecto de medios que lejos de aumentar sus fuerzas las disminuyen, que en vez de atraer a la población obrera la separan, que en lugar de hacer simpática su causa la hacen odiosa, que aumentan la cohesión de la llamada burguesía, fortalecen al capitalismo y al industrialismo, aumentan el malestar y prolongan la existencia de instituciones y organismos ya condenados por la conciencia política, o los que, fanáticos y obcecados, o con fines de cierta índole, consideran, ya que no dañosos, inútiles a los teóricos, a los meramente doctrinarios. Que predominen aquéllos, que el verdadero <i>ideal</i> se imponga a la <i>propaganda por el hecho</i>, que es su negación, será un bien; que dominen los últimos, y la humanidad tendrá que llorar nuevos desastres.»</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsS55234gFI0vVa8Hps0OPC_XPqUDcsWuygueei8shBrulGdTsHVGjgEfUtjiZ_U30AiOPAC6vDX3u2ocaqZyMsBYL1ZeS0cWQL7fLi6E2C-DPoPi4vdqtOM4g_iyuvMMpIYXfFa1SZ2960rwaZCl6wVzj1BM3L_uzf8sWKAu7tYAYWBq6wFSjAmlgYMA6/s1024/Eduardo%20Chicharro%20Ag%C3%BCera:%20La%20familia%20del%20anarquista%20el%20d%C3%ADa%20de%20la%20ejecuci%C3%B3n%201897.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="786" data-original-width="1024" height="492" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsS55234gFI0vVa8Hps0OPC_XPqUDcsWuygueei8shBrulGdTsHVGjgEfUtjiZ_U30AiOPAC6vDX3u2ocaqZyMsBYL1ZeS0cWQL7fLi6E2C-DPoPi4vdqtOM4g_iyuvMMpIYXfFa1SZ2960rwaZCl6wVzj1BM3L_uzf8sWKAu7tYAYWBq6wFSjAmlgYMA6/w640-h492/Eduardo%20Chicharro%20Ag%C3%BCera:%20La%20familia%20del%20anarquista%20el%20d%C3%ADa%20de%20la%20ejecuci%C3%B3n%201897.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Eduardo Chicharro Agüera: </i>La familia del anarquista el día de la ejecución<i>, 1897</i></td></tr></tbody></table>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-9648154507713394062023-07-17T08:00:00.002+02:002023-07-17T13:14:59.083+02:00Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha<p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6OO5hA2K_EJUHRlT9H57IZegywqAjkMZcp4CblsDLtXDppWhb1Umniy9JhSSs1JupqZ5vFYjRXDMBSO6kJEDCqlykD2BG9BK26CUHnRLKY7iFhVRbB3GiIVLq7JAgBkK1Dms_eyMWYJ9f2FWCLfijaTrlRPgYm9QMzNE5JFtwaxxvEpblyrc_bURF5GE_/s1288/An%C3%B3nimo,%20ca.%201870.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1288" data-original-width="1017" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6OO5hA2K_EJUHRlT9H57IZegywqAjkMZcp4CblsDLtXDppWhb1Umniy9JhSSs1JupqZ5vFYjRXDMBSO6kJEDCqlykD2BG9BK26CUHnRLKY7iFhVRbB3GiIVLq7JAgBkK1Dms_eyMWYJ9f2FWCLfijaTrlRPgYm9QMzNE5JFtwaxxvEpblyrc_bURF5GE_/w253-h320/An%C3%B3nimo,%20ca.%201870.jpg" width="253" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Retrato imaginario, hacia 1870</i></td></tr></tbody></table><p></p><div style="text-align: right;"><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1e3Uge-Flq1Oy1Jn1RWPqOgUQPZF7eS4_/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1uHyTmzp0127ewFZVjg8rH9y9rAvd-1Z0/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/14PSYS13_39-6VQGUE6ELF6Fh_qYwaVOR/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #222222; font-size: 13.2px;"> </span> </div><p></p><p><b>Julián Marías</b> en su <i>Cervantes clave española</i>: «No hace mucho tiempo hice un experimento curioso: releer el Quijote íntegro, sus dos partes, sin notas ni pausas, en poco más de una semana, como se lee usualmente una novela ―que es precisamente lo que es el <i>Quijote</i>―. Así lo leían sus contemporáneos; primero, claro es, el <i>Quijote</i> originario, el de 1605; luego, desde 1615, la segunda parte y después probablemente las dos juntas. Creo que esta lectura rápida y continua es insustituible y completa la más usual, fragmentaria, demorada, con reflexiones y comentarios. Se descubre así la estructura del <i>Quijote</i>, el peso de sus diferentes porciones y elementos, su verdadero ritmo interno, su significación como una empresa unitaria, articulada en dos etapas.»</p><p>«Me interesa un Cervantes para lectores. Los libros son para leerlos. La tendencia dominante hoy entre los estudiosos es analizar los libros, hacer papeletas de ellos (mejor, perforadas y destinadas a un computador) y, si es posible, no leerlos.» «La fragmentación erudita y estudiosa del <i>Quijote</i> lo atomiza, porque lo reduce a sus elementos, y no podemos irnos a vivir a ellos, como no podemos beber el oxígeno y el hidrógeno que componen el agua, ni ver con las vibraciones electromagnéticas a que puede reducirse la luz»</p><p>«Conviene, pues leer este libro como una novela, seguir su corriente, habitar vicariamente en ese mundo que era el de Cervantes. Pero se preguntará cómo puede hacerse esto. ¿No son las circunstancias enteramente distintas? ¿Cómo puedo irme a vivir al mundo de un hombre que murió en 1616 y a quien no he tenido la suerte de conocer, con quien nunca he podido hablar? La posibilidad estriba en que Cervantes hizo ese mundo inteligible, lo hizo comunicable mediante esa extraña transparencia que introduce eso que llamamos literatura. Aunque no siempre se vea con claridad, la literatura consiste en dar transparencia a la vida y al mundo y hacer así posible la transmigración imaginaria a mundos ajenos.</p><p>»Por eso es una fabulosa dilatación de la circunstancia. Gracias a ella puede salir el hombre de su circunstancia real, del mundo en que efectivamente vive, con todas sus limitaciones , y puede alcanzar en principio otras formas de vida, otras épocas, vivencias que nunca ha tenido y que son inteligibles gracias a la recreación literaria. El que nunca se ha enamorado entiende lo que es amor, el que nunca ha tenido celos entiende el <i>Otelo</i>, el que no ha estado desesperado entiende la desesperación, el que no ha dudado entiende la duda de Hamlet. El <i>Quijote</i> es acaso el mayor ejemplo de esa posibilidad de dar transparencia, coherencia y comunicabilidad al mundo.»</p><p>Pero volvamos a ras de tierra. Es el mismo <b>Miguel de Cervantes</b> (1547-1616) el que nos ¿anima? a la lectura del <i>Quijote</i>: «Desocupado lector: sin juramento me podrás creer que quisiera que este libro, como hijo del entendimiento, fuera el más hermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera imaginarse. Pero no he podido yo contravenir al orden de naturaleza; que en ella cada cosa engendra su semejante. Y así, ¿qué podrá engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación? El sosiego, el lugar apacible, la amenidad de los campos, la serenidad de los cielos, el murmurar de las fuentes, la quietud del espíritu son grande parte para que las musas más estériles se muestren fecundas y ofrezcan partos al mundo que le colmen de maravilla y de contento.</p><p>»Acontece tener un padre un hijo feo y sin gracia alguna, y el amor que le tiene le pone una venda en los ojos para que no vea sus faltas, antes las juzga por discreciones y lindezas y las cuenta a sus amigos por agudezas y donaires. Pero yo, que, aunque parezco padre, soy padrastro de Don Quijote, no quiero irme con la corriente del uso, ni suplicarte, casi con las lágrimas en los ojos, como otros hacen, lector carísimo, que perdones o disimules las faltas que en este mi hijo vieres; y ni eres su pariente ni su amigo, y tienes tu alma en tu cuerpo y tu libre albedrío como el más pintado, y estás en tu casa, donde eres señor de ella, como el rey de sus alcabalas, y sabes lo que comúnmente se dice: que debajo de mi manto, al rey mato. Todo lo cual te exenta y hace libre de todo respecto y obligación; y así, puedes decir de la historia todo aquello que te pareciere, sin temor que te calumnien por el mal ni te premien por el bien que dijeres de ella.»</p><p>He utilizado el <i>Quijote</i> publicado por Ediciones de La Lectura, Madrid 1911-1913. Por mi parte, he actualizado ligeramente el lenguaje, cuya conveniencia sostenía <b>Julián Marías </b>en la obra que he citado más arriba. He eliminado ciertas fórmulas usuales en tiempo de Cervantes (<i>sostenello</i> por <i>sostenerlo</i>, etc.), pero he respetado los abundantes arcaísmos en la forma de hablar de Don Quijote y otros personajes, cuando imitan a las novelas de caballería.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNJb3vYmf4vmEhyuKVsRGsN0Ne_1D1cgBvd-blTUu6m-L7qYp2SwajpDgU58mam8uXY42bPu3kx1djZ5WQeCY9XHS0JqdDc3gValq90oRRZjLEgixCDzesYdz_BRgdwBDsyuqsaC2S9vgbk2jgIB1dUF6d4PgyNVKR3Z-ejwePQ497f_uxMM3QYqT7AV9P/s5001/Daumier,%20Don%20Quijote%20y%20Sancho.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="5001" data-original-width="4003" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNJb3vYmf4vmEhyuKVsRGsN0Ne_1D1cgBvd-blTUu6m-L7qYp2SwajpDgU58mam8uXY42bPu3kx1djZ5WQeCY9XHS0JqdDc3gValq90oRRZjLEgixCDzesYdz_BRgdwBDsyuqsaC2S9vgbk2jgIB1dUF6d4PgyNVKR3Z-ejwePQ497f_uxMM3QYqT7AV9P/w512-h640/Daumier,%20Don%20Quijote%20y%20Sancho.jpg" width="512" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Daumier, Don Quijote y Sancho</i></td></tr></tbody></table>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-82821935076358529552023-07-07T12:31:00.010+02:002023-07-29T10:38:04.455+02:00De nuevo, el blog bloqueado<p>Aunque sólo la entrada correspondiente a la <i>Historia de Roma</i> de Tito Livio. El resto funciona correctamente.</p><p>He recibido el siguiente correo:</p><p><br /></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhublr0mBcZ_lNB57-IkzuUestjOHtk2UZabU8Ms1Hx2w5S_IDwAw4jjaI-CSu7G6T5oipwz9VDQPSnmBsGrWaF-o2KPl3CJt3MUyiOvjDA6s_r4xduoSHKzOfb9Q5vd0UxfUU9QGUsmE911ArUHv4uM0NP04yfk59yxmAxyvl0dNRYVZFTwckyf7I0KB5m/s803/0%20AVISO.png" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="803" data-original-width="762" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhublr0mBcZ_lNB57-IkzuUestjOHtk2UZabU8Ms1Hx2w5S_IDwAw4jjaI-CSu7G6T5oipwz9VDQPSnmBsGrWaF-o2KPl3CJt3MUyiOvjDA6s_r4xduoSHKzOfb9Q5vd0UxfUU9QGUsmE911ArUHv4uM0NP04yfk59yxmAxyvl0dNRYVZFTwckyf7I0KB5m/w607-h640/0%20AVISO.png" width="607" /></a></div><br /><p></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p>El notificador de la infracción parece ser <b>tienda.rbacoleccionables.com</b>, según indica LUMEN. En una tacada denunciaron cinco blogs. Esta es la captura de pantalla:</p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsld4uPf6NTb8toaAnlCfebufdFmbjrv7LrQibnBhyy4XWHlOdsA7tXS1I7nyym4xuzbtodiKeiOnbHpLRgJNyl4_b6CvCWoGUmIval22Y37lBBm9_OhRBPRnNW5MmqKL0g1fG-LyOicYOtBHkm5VQbyTdwUoDbnY3bBky6xmFYYl-kRwaJSfMYz1V7Li0/s1098/2%20AVISO%20LUMEN.png" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="856" data-original-width="1098" height="499" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsld4uPf6NTb8toaAnlCfebufdFmbjrv7LrQibnBhyy4XWHlOdsA7tXS1I7nyym4xuzbtodiKeiOnbHpLRgJNyl4_b6CvCWoGUmIval22Y37lBBm9_OhRBPRnNW5MmqKL0g1fG-LyOicYOtBHkm5VQbyTdwUoDbnY3bBky6xmFYYl-kRwaJSfMYz1V7Li0/w640-h499/2%20AVISO%20LUMEN.png" width="640" /></a></div><br /><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p>No he recibido información sobre los contenidos concretos que reclaman: La traducción de Livio es de <b>Antonio Diego Duarte Sánchez</b> que autorizaba su reproducción en https://sites.google.com/site/adduartes/tito-livio (consultado el 21 de abril de 2014). Estos datos figuran, por supuesto, en la obra. Aprovecho para expresarle mi agradecimiento por su generosidad. Las dos ilustraciones proceden, sin identificaciones, de la red, y la presentación es mía.</p><p>He llamado hoy por teléfono a <b>RBA</b>, pero no me han proporcionado ninguna información. Les he rogado que cuando dispongan de ella me lo notifiquen aquí en el blog o en mi teléfono particular. Hasta que solucione permanecerá en borrador la entrada comprometida y sin acceso la <i>Historia de Roma</i>.</p><p><br /></p><p><span style="color: #990000; font-size: large;"><b>Una hora más tarde</b></span></p><p>Parece sencillo el error de <b>RBA</b>. Comercializan una parte de la utilísima <b>Biblioteca Clásica Gredos</b>, por entregas. Entre ellas la excelente edición y traducción de la <i>Historia de Roma desde su fundación</i>, a cargo del profesor <b>José Antonio Villar Vidal</b>. Pues bien, no han sido capaces de realizar un simple cotejo con la versión de <b>Antonio Diego Duarte Sánchez </b>que incluí en su día, como someramente acabo de realizar, antes de presentar su denuncia. Las diferencias son patentes.</p><p>Pero aun hay más. En su catálogo incluyen numerosas obras que he comunicado en<i> Clásicos de Historia</i> a partir de viejas ediciones libres de derechos de autor, como consta en ellas. Confío por tanto en que no se vuelva a repetir este desagradable incidente.</p><p>Todavía no he recibido contestación de <b>RBA</b>.</p><p><br /></p><p><b><span style="color: #990000; font-size: large;">Martes 11 de julio</span></b></p><p>El pasado día 8 envié un correo electrónico a <b>coleccionables@rba.es</b> exponiendo otra vez el problema. Por ahora no me han contestado.</p><p>Por otra parte, he presentado a Google la correspondiente <b>contranotificación</b> basada en la DMCA. Hoy me han solicitado más detalles, que les he remitido, y he quedado a la espera del resultado.</p><p><br /></p><p><b><span style="color: #990000; font-size: large;">Lunes 17 de julio</span></b></p><p>La semana pasada, a solicitud de Google, hube de ampliar con detalles adicionales mi contranotificación. Hoy he recibido hoy un correo de Google acusando recibo de mi contranotificación, cuya traducción es la siguiente:</p><p><span style="color: #990000;">Hemos recibido su contranotificación. Se lo reenviaremos al usuario que solicitó la eliminación de su contenido. Si no recibimos pruebas de que han presentado una acción legal contra usted dentro de los 10 días hábiles, restableceremos el material en cuestión. Una acción legal puede ser una demanda en su contra o un reclamo con un proveedor alternativo calificado de resolución de disputas que nombra las URL en cuestión y busca una orden judicial para restringir su supuesta infracción.</span></p><p>RBA sigue sin comunicarse conmigo.</p><p><br /></p><p><b><span style="color: #990000; font-size: large;">Sábado 28 de julio</span></b></p><p>Ayer recibí una atenta comunicación de Google cuya traducción es la siguiente:</p><div style="text-align: left;"><span style="color: #990000;">Hola.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #990000;">Gracias por ponerte en contacto con nosotros.<br /></span><span style="color: #990000;">De acuerdo con su contranotificación, hemos restablecido las siguientes URL: http://clasicoshistoria.blogspot.com/2014/04/tito-livio-historia-de-roma-desde-su.html<br /></span><span style="color: #990000;">Saludos,</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #990000;">El equipo de Google</span></div><p>La entrada y los enlaces correspondientes ya están accesibles.</p><p>RBA sigue sin comunicarse conmigo.</p>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-6339880815032315143.post-7695391121292878262023-07-03T08:00:00.001+02:002023-07-03T08:00:00.150+02:00Richard F. Burton, Peregrinación a La Meca y Medina<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOicTjL-8bsfsMVBahP4LhiVnaB39c-VOBNLMWihv2pyCOLQUuXG5aaS8gstsYrPI1ax2Xfq45wAWLpCzq-CJFUWz35kZyjGyW7grwXPJJ6Ftu9wI-7oZD6hc_2S5oEgY9kFHCcz5krhDhR0IjupfpYElluJd5wM8SnyAQvnD3Nf79E6RKj53Y6VhsqznX/s242/Retrato.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="242" data-original-width="174" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOicTjL-8bsfsMVBahP4LhiVnaB39c-VOBNLMWihv2pyCOLQUuXG5aaS8gstsYrPI1ax2Xfq45wAWLpCzq-CJFUWz35kZyjGyW7grwXPJJ6Ftu9wI-7oZD6hc_2S5oEgY9kFHCcz5krhDhR0IjupfpYElluJd5wM8SnyAQvnD3Nf79E6RKj53Y6VhsqznX/w144-h200/Retrato.jpg" width="144" /></a></div><p></p><div style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: right;"><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1BRAhZterQZbC0-m3Ofu677_G_kSND-ZT/view?usp=sharing">PDF</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1a88qq8A2ioxKZyGAM1aYJmRdl-6cpKf9/view?usp=sharing">EPUB</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b>|</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><a href="https://drive.google.com/file/d/1pxHj_ZRteDXQKctH1dTmMCB7XOQry0Q3/view?usp=sharing">MOBI</a><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="color: #660000; font-size: 13.2px;"><b> |</b></span><span face="Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif" style="font-size: 13.2px;"> </span><span style="background-color: transparent;"> </span></div><p>En <i>Los grandes imperios coloniales</i>, <b>José Luis Comellas</b> caracteriza así al explorador del siglo XIX: «Curioso, intrépido, incansable, con una capacidad casi sobrehumana para superar todas las dificultades, individualista, hasta el punto de que casi siempre, cuando es encargado de una misión, va más allá de las instrucciones recibidas; tenaz y hábil al mismo tiempo, generoso casi siempre con sus compañeros o con los indígenas, a quienes conoce y con los que se compenetra mucho mejor que los colonizadores, sin otra ambición, muchas veces, que la de llegar a los países más lejanos y más desconocidos, resulta por lo general un personaje simpático y hasta con frecuencia ejemplar. No es extraño que durante mucho tiempo los libros de lectura escolar se hayan explayado con tanta frecuencia en la vida y obra de los exploradores.»</p><p>Y más adelante: «Es asombrosa la capacidad del pionero por adaptarse al medio humano, vivir como los indígenas, adoptar sus costumbres, o hasta hacerse pasar por uno de ellos. De aquí esa facilidad para la metamorfosis que a veces resulta difícilmente imaginable», como veremos en el autor de esta semana. Y también: «El ansia de actividad, y en ocasiones la incapacidad para readaptarse a la vida europea hicieron que los exploradores repitieran una y otra vez sus hazañas… El explorador sólo descansa tranquilo de regreso en su tierra natal cuando puede permitirse el lujo de escribir sus memorias o relatar sus aventuras: es una forma de vivirlas de nuevo. Se conservan infinidad de relatos, de calidad literaria muy diversa, pero todos vívidos y en ocasiones emocionantes.»</p><p>El capitán Richard F. Burton (1821-1890) fue explorador, antropólogo, políglota, fecundo escritor y traductor, y diplomático. En su juvenil estancia en la India durante siete años, en el ejército colonial, desarrollará una prodigiosa capacidad para adaptarse a las más variadas culturas, que será clave para sus constantes viajes posteriores por Asia, África y América. La primera de sus grandes expediciones tuvo lugar en 1853: se propuso realizar la peregrinación a los lugares más sagrados del Islam, La Meca y Medina. Se hará pasar por un médico persa primero, y luego por afgano de la India. A su regreso, la publicación en 1855 de <i>Personal narrative of a pilgrimage to Al-Madinah & Meccah</i>, le proporcionará una gran fama que le facilitará sus empresas posteriores, entre las que destacan sus exploraciones con John H. Speke y en solitario, en la región de los Grandes Lagos, a la búsqueda de las fuentes del Nilo.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQzcF_6BgLqWKqAWpDHxca_cm22Urp_kGSWMwTUPjNnbdECoRbQsEpylfeDP_XMf1JSABj-qRs8-d8xpoBBaW4Pe2_SUL_QkEOCmREANzJZM-nxP6OL_tBqvDIiI57atm8qWt259PbpU8L9HmlRv5KEKLJbkMzoogCDekt6h-KjGxQGH9N2eoBTl0-o61D/s3549/mwgdwiojy4w41.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3549" data-original-width="2800" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQzcF_6BgLqWKqAWpDHxca_cm22Urp_kGSWMwTUPjNnbdECoRbQsEpylfeDP_XMf1JSABj-qRs8-d8xpoBBaW4Pe2_SUL_QkEOCmREANzJZM-nxP6OL_tBqvDIiI57atm8qWt259PbpU8L9HmlRv5KEKLJbkMzoogCDekt6h-KjGxQGH9N2eoBTl0-o61D/w505-h640/mwgdwiojy4w41.jpg" width="505" /></a></div>José Javier Martínezhttp://www.blogger.com/profile/11549353615297464418noreply@blogger.com1