Páginas

viernes, 21 de agosto de 2020

Tomás de la Peña, Juan Crespí y Francisco Palou, Exploración de las costas de la Alta California (1774-1779)


 |  PDF  |  EPUB  |  MOBI  |

El sevillano Antonio María Bucareli y Urzúa estuvo al frente del virreinato de la Nueva España entre 1771 y 1779. Luis Navarro García, en La Nueva España en los tiempos de Carlos III y Carlos IV escribe: «Bucarelli se había esforzado por consolidar los primeros establecimientos españoles de la Alta California, es decir los presidios de San Diego y Monterrey, con el puñado de misiones que empezaba a sembrar fray Junípero Serra. Con este objeto apoyó el virrey los dos viajes realizados por el capitán del presidio de Tubac, don Juan Bautista de Anza, para abrir el camino por tierra desde Sonora a la Alta California. En 1774, partiendo de Tubac, logró Anza llegar a la misión de San Gabriel, habiendo establecido pacíficas relaciones con los indios yumas, instalados en el curso inferior del río Colorado, paso obligado en esta ruta. En 1775 volvió a partir Anza llevando consigo soldados y pobladores, llegando al año siguiente a Monterrey y, luego, a la bahía de San Francisco, dejando señalado el lugar donde el 17 de septiembre del mismo año se fundó el presidio de este nombre, origen de la actual ciudad.

»Bucarelli se preocupó además, siguiendo las directrices del Gobierno de Madrid, de despachar expediciones navales que, desde San Blas, explorasen y cartografiasen las costas al norte de Monterrey, para tomar posesión de ellas anticipándose a los rusos, ingleses y franceses, de los que se sabía que empezaban a interesarse por aquellas regiones. La primera expedición la llevó a cabo, en 1774, con una sola fragata, el piloto don Juan Pérez, que rebasó los 55° de latitud Norte, alcanzando el archipiélago de la Reina Carlota, descendiendo luego hacia el sur. La segunda expedición partió de San Blas en marzo de 1775 y la componían una fragata y una goleta, mandadas por don Bruno de Hezeta y don Juan Francisco de la Bodega y Cuadra, que también llevaban al piloto Pérez. Fue el teniente de fragata Bodega quien alcanzó la más elevada latitud de casi 58°, sobre el archipiélago del Príncipe de Gales, y en esta ocasión, como en la anterior, se reconocieron las costas e inmediaciones de la isla de Vancouver, que los indios llamaban Nutka.

»La tercera expedición, con dos fragatas mandadas por don Ignacio de Arteaga y don Juan Francisco de la Bodega, zarpó de San Blas en febrero de 1779, esta vez con órdenes de buscar y expulsar a los ingleses que se sabía habían salido de Plymouth en 1776 con igual destino. Arteaga se detuvo algún tiempo en Nutka sin hallar rastro de la estancia de Cook en aquellos parajes pocos meses antes, y llegó a tomar posesión del puerto de Santiago Apóstol en los 61°, ya en Alaska, donde la costa gira hacia el suroeste. Cuando regresó a México, Bucareli había fallecido y don Martín de Mayorga era el nuevo virrey.»

Así como la pasada semana dispusimos con Los Lusíadas de Camoens del relato literaturizado de una expedición naval heroica y decisiva, hoy presentamos su contrapunto: el relato llano y pedestre de la primera exploración de las costas pacíficas de la América boreal. Son los dos diarios de viaje, paralelos y coincidentes, redactados por los capellanes de la expedición, Tomás de la Peña (1743-1806) y Juan Crespí (1721-1782). A ellos añadimos el resumen de dichas exploraciones elaborado por Francisco Palou (1722-1789), y contenido en su Relación histórica de la vida y apostólicas tareas del venerable padre fray Junípero Serra, y de las misiones que fundó en la California Septentrional, y nuevos establecimientos de Monterrey, que publicó en México en 1787.

Arquitectura naval antigua y moderna (1756)

1 comentario: