Benjamín Franklin (1706-1790) fue uno de los más influyentes ilustrados de las trece colonias británicas de América, y luego de los Estados Unidos. En su día José Luis Comellas lo caracterizó como «científico, revolucionario y patriota norteamericano. Activo miembro de las logias masónicas, recibido triunfalmente en París poco antes de la Revolución, es uno de los símbolos de la llamada Revolución Atlántica, o vinculación existente entre los procesos de transición al Nuevo Régimen en América y Europa. Con su aire pueblerino y sus gustos sencillos, Franklin causó sensación en la Francia de fines del XVIII, y fue considerado como el prototipo del hombre natural roussoniano.»
A diferencia de otros famosos ilustrados, Franklin no se limitó al terreno intelectual: su vida presenta una poderosa vertiente práctica con la que toma parte activa de los acontecimientos, tanto en su faceta de exitoso editor y periodista, como mediante el desempeño de diversos cargos: concejal, juez de paz, miembro de la asamblea de Pensilvania, director de correos, representante de las colonias ante la corte de Londres a lo largo de veinte años, embajador en Francia tras la independencia durante casi diez años, gobernador de Pensilvania… Su fama internacional fue enorme, y se tradujeron a los principales idiomas europeos muchas de sus obras; pero en los Estados Unidos su reconocimiento público adquirió un nivel extraordinario, prácticamente al nivel de George Washington. Su firma aparece tanto en la Declaración de Independencia, en la Paz con Inglaterra y en la definitiva Constitución.
Pero en esta entrega de Clásicos de Historia nos limitaremos a recoger unos pocos pero representativos textos sobre la abolición de la esclavitud. Aunque Franklin fue propietario de esclavos a lo largo de su vida, y sus periódicos publicitaron anuncios de ventas de negros y avisos de fugas de esclavos, su actitud en este aspecto evolucionó progresivamente, y se interesó por iniciativas para la educación de los esclavos y de los negros libres, y por la mejora de sus condiciones. En sus últimos años se posicionó radicalmente en contra de la esclavitud y fue elegido presidente de la Pennsylvania Society for Promoting the Abolition of Slavery and for the Relief of Free Negroes Unlawfully Held in Bondage.
El primer texto que comunicamos es de 1751 y se titula Observaciones sobre el crecimiento de la humanidad y el poblamiento de los países. Tuvo una gran difusión y sus planteamientos influyeron en Adam Smith, en Malthus, y a través de éste en Darwin. Podemos observar la valoración negativa de la esclavitud pero principalmente por considerarla poco rentable, ya que comporta un coste superior al de los trabajadores libres. Y asimismo, se pueden observar en el documento las ideas de Franklin sobre las razas.
Otros textos posteriores hacen referencia a las tareas y manifiestos de la sociedad abolicionista antes mencionada. Resulta interesante el Proyecto para mejorar la condición de los negros libres, con admirables propósitos filantrópicos… pero con un talante que en el mejor de los casos podemos considerar paternalista.
El último artículo que publicó Franklin, a menos de un mes de su muerte resulta especialmente atractivo. Habiéndose presentado una petición en la Cámara de Representantes del Congreso en contra del tráfico de esclavos, intervinieron en los correspondientes debates diversos defensores de la esclavitud y de la trata. Franklin los parodia fingiendo el discurso de un gobernante argelino a favor de la piratería y la esclavitud ejercidas en perjuicio de los europeos, con los mismos argumentos con los que se justificaba en el Congreso la realizada contra la población africana.
Hemos incluido también unas Observaciones sobre los salvajes de la América del Norte, en las que se critica algunas de las condiciones a las que se somete a la población india.
Emblema de la Pennsylvania Society for Promoting the Abolition of Slavery, hacia 1789, con el llamativo lema "Trabaja y sé feliz". |
Muchas gracias.
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