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lunes, 14 de febrero de 2022

Theodor Mommsen, A los italianos (la guerra y la paz)

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Presentamos esta semana una obra muy menor del gran historiador alemán Theodor Mommsen (1817-1903), autor de muy extensa obra, pero entre la que destaca sin duda el Corpus Inscriptionum Latinarum, proyecto que promovió, desde 1847, para recoger de forma exhaustiva la epigrafía romana (actualmente, unas ciento ochenta mil inscripciones). Sin embargo, quizás su obra más difundida, traducida, reeditada, y todavía hoy de lectura placentera (si no imprescindible) es su gran Römische Geschichte, elaborada con un propósito evidente de divulgar la historia romana entre los lectores cultos, pero no especialistas, de su tiempo. Publicó sus tres volúmenes entre 1854 y 1856, abandonando después el proyecto, por lo que sólo se alcanza hasta Julio César. Sólo más tarde añadió un quinto volumen sobre las provincias, que en realidad constituye una obra independiente. Pero Mommsen, a la par de su ingente obra académica, se implicó activamente en la vida política de su época. Joven, participa en los agitados acontecimientos de 1848, lo que motivará la pérdida de su cátedra en Leipzig. Liberal, nacionalista, y partidario del federalismo, formará parte del parlamento prusiano y después del Reichstag.

Antonio Duplá Ansuategui en su contribución al homenaje en el centenario de nuestro autor, lo caracterizaba así: «En realidad, Mommsen es expresión del nacionalismo alemán de la primera mitad del siglo XIX en su vertiente más liberal, que propugna una línea federativa reformista, a partir de la existencia de una comunidad nacional alemana indudable, pero que no necesariamente juega con la perspectiva de un Estado nacional único y centralizado. Pero el fracaso de 1848 reforzó su desconfianza ante la escasa voluntad reformista de los príncipes alemanes y su esperanza en las posibilidades reformadoras de un Estado nacional alemán centralizado y unificado alrededor de Prusia. Partidario de la “pequeña Alemania”, sin la unificación con Austria, participa del entusiasmo nacionalista ante la unidad alemana, entusiasmo que resulta evidente tanto en sus intervenciones públicas durante la guerra franco-prusiana de 1870, como en la celebración de los logros culturales y materiales derivados de la nueva unidad nacional. Sin embargo, la evolución militarista, radicalmente conservadora y agresiva de cara a la homogeneidad interna del Reich (antisemitismo, represión de las minorías nacionales, etc.) del Estado prusiano en el ultimo cuarto de siglo, provocará su alejamiento de la política activa y claros posicionamientos críticos.»

Y el profesor Duplá recalca «su aparente ambivalencia política: liberal y partícipe activo en 1848, nacionalista y admirador de la tarea nacional de Bismarck y César, pero enemigo del Bismarck más agresivo y de los junkers, así como de los localismos y también del federalismo. Su aspiración a un gobierno nacional fuerte, por encima de los antagonismos de clase, explica sus críticas a los socialistas, pero también a la gran burguesía. De hecho, en un artículo de 1902, al final de su vida, denuncia el autoritarismo y absolutismo prusianos, así como la condena sumaria de los partidos obreros, y aboga por una alianza entre liberales y socialdemócratas frente a la amenaza que representa esa deriva autoritaria. Cabe pensar, en particular a la vista del codicilo de su testamento escrito en 1899, que ante el mundo político circundante el sentimiento final de Mommsen es el de un profundo pesimismo.»

Pues bien, comunicamos el breve folleto de propaganda política que publica en italiano en 1870. Cuando estalla la crisis franco-prusiana, nuestro autor aceptará plenamente la argumentación gubernamental de Berlín: Prusia sólo ha reaccionado ante el injusto ataque del imperio francés. Es por lo tanto una guerra defensiva, en la que la razón está de su parte. Y Mommsen intentará evitar la implicación del reino de Italia en el conflicto, como consecuencia de su relativa dependencia de Napoleón III. Publicará dos artículos en este sentido en la prensa italiana, en los que quiere poner de relieve los opuestos intereses nacionales italianos y franceses. Cuando la derrota del imperio francés es ya evidente, Mommsen, en un nuevo texto más extenso, variará tanto el tono como el propósito. La seguridad de la victoria le lleva ahora a centrarse en el diseño de la paz futura. También aquí se observa su sintonía con los planteamientos oficiales. Prusia no conquista: recupera territorios y poblaciones alemanas, Alsacia y Lorena. Las fronteras futuras que se establezcan, perseguirán exclusivamente la seguridad de Alemania. Europa no debe inquietarse; la federación alemana es esencialmente pacífica, y desea conservar el equilibrio europeo.

La Flaca, 1870

He corregido algunos errores manifiestos en el archivo en pdf.

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