Cuando en 1982 Diego Catalán presenta una nueva edición de Los españoles en la Historia, el prólogo de Menéndez Pidal al tomo I (1947) de la Historia de España que dirigió, originalmente con el expresivo subtítulo Cimas y depresiones en la curva de su vida política, subraya su carácter liberal, su pertenencia a la nacionalista generación del 98, y su relación con los trágicos enfrentamientos de los años anteriores, en España y en el mundo. Y concluye: «Pero en 1947 le pareció a Menéndez Pidal perentorio proponer unas bases para la reconciliación entre esas semi-Españas que, en el decenio anterior, habían intentado desembarazarse la una de la otra. Con un optimismo que pocos compartían por entonces, creyó posible superar “el siniestro empeño de suprimir al adversario” y pretendió convencer a las dos mitades de España de la necesidad de huir de extremosidades y reducir su lucha a la pugna natural de las fuerzas necesarias a la vida de todo pueblo: tradición e innovación. Esta “España total”, “sin amputar su brazo izquierdo ni su brazo derecho”, que Menéndez Pidal proponía en 1947 (reafirmando su vieja fe en un concepto progresista de la “tradición”, sonaba en aquel entonces como una visión utópica, sospechosamente teñida de nacionalismo para la España del exilio, subversiva para la España sin problema».
Presentamos esta semana una pequeña colección extraída de la ingente y capital obra de nuestro autor: principalmente artículos de prensa con los que quiere informar, puntualizar e influir en la sociedad, respecto al problema que cada vez resulta más conflictivo, de la convivencia de las lenguas españolas y la emergencia de los nacionalismos particularistas. Considera el bilingüismo un fenómeno natural y predominante por todo el mundo, y procura aunar la defensa del español con el conocimiento y defensa de las lenguas regionales. Sus títulos son suficientemente expresivos: El catalán y los catalanistas. Cataluña bilingüe (1902), La expansión del castellano. Lo que fue y lo que será en Cataluña (1916), La lengua española (1918), Federarnos es algo parecido a divorciarnos, Personalidad de las regiones. Sobre la supresión de la frase “nación española”, Más sobre la nación española (los tres de 1931).
Y con ellos, su discurso en el Homenatge als intel·lectuals castellans (1930) en Barcelona, el momento en el que, tras la dictadura del general Primo de Rivera, más próximos (afectiva, aunque por los resultados no efectivamente) se mostraron los intelectuales catalanes y los del resto de España. Pero junto con la toma de postura y los ocasionales aplausos, la polémica. Menéndez Pidal será contestado con artículos y cartas privadas por parte de numerosos publicistas, en tonos muy variados: Arturo Masriera, Jaume Massó Torrents, Antoni Rovira y Virgil, Francesc Pujol… Incluimos algunos textos, y las respuestas y argumentos de Menéndez Pidal. Concluimos con un pequeño fragmento del ensayo antes citado, Los españoles en la historia.
Muchas gracias.
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