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viernes, 21 de septiembre de 2018

Miguel Serviá, Relación de los sucesos del armada de la Santa Liga, y entre ellos el de la Batalla de Lepanto, desde 1571 hasta 1574

Jacopo Bassano, Un franciscano

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Miguel Serviá, natural de Mallorca y franciscano, fue uno de los capellanes de Don Juan de Austria que le acompañaron durante las campañas mediterráneas que encabezó contra los turcos, a raíz de la formación de la Santa Liga, compuesta por Venecia, la Santa Sede, y la Monarquía Hispánica. Fue anotando brevemente los principales recursos, mandos, operaciones y acontecimientos, con ocasionales referencias a los lugares que recorre, de los que gusta añadir pequeñas pinceladas repletas de referencias a la Antigüedad, típicamente renacentistas. El relato se trunca con la muerte del autor en Palermo en 1574.

Rafael Altamira, en su Historia de España y la civilización española, nos valora los acontecimientos del siguiente modo, a partir de la exitosa defensa de la isla de Malta: «Esta victoria libró, indudablemente, al Mediterráneo occidental, de convertirse en un mar turco; pero no quebrantaba por completo el poderío del imperio de Constantinopla, el cual siguió extendiendo sus conquistas y desembarcos por el archipiélago griego y el Adriático, atacando principalmente las posesiones venecianas. Al amenazar seriamente la isla de Chipre (1569), que pertenecía a Venecia, esta república pidió auxilio al Papa (Pío V), quien a su vez excitó el celo del rey español para que apoyara una acción decisiva contra los turcos. Felipe (II) contestó afirmativamente, viendo en esto una ocasión de aniquilar el poder turco. Se concertó una liga entre el Papa, España y Venecia, y, predicada la cruzada contra los turcos, formóse una escuadra poderosa, de 264 naves mayores y menores con 79.000 marineros y combatientes, cuyo mando tomó un hijo bastardo de Carlos I, Don Juan de Austria, de quien volveremos a hablar más adelante. La escuadra zarpó de Mesina y se dirigió hacia Grecia, encontrando a la turca en el golfo de Lepanto, donde se dio una terrible batalla (7 de Octubre de 1571) completamente favorable a los cristianos, merced al ardimiento que a sus tropas comunicó Don Juan, y a la serenidad y táctica de Don Álvaro de Bazán. En esta batalla luchó y quedó manco a consecuencia de una herida, Miguel de Cervantes.

»Por segunda vez, España libraba del peligro turco a Europa: pero, como a menudo ocurre en casos semejantes, de la victoria de Lepanto no se sacaron todas las consecuencias políticas que naturalmente pudo producir. En vez de proseguir la campaña, el Rey dio orden a Don Juan para que se retirase hacia Túnez. Contribuyeron a esta decisión varias causas: la muerte de Pío V, que quebrantó la liga; el acomodamiento buscado por Venecia con el Sultán turco; los graves sucesos de Holanda, que preocupaban mucho a Felipe y distraían las fuerzas, y el recelo que el monarca tenía por los planes ambiciosos de su hermano. Don Juan, en efecto, soñaba con reconquistar a Constantinopla, restaurando el antiguo imperio bizantino, y para esto hallaba apoyo entre los personajes de la curia romana, y el clero en general. Pero Felipe no envió los socorros pedidos, y Don Juan tuvo que desistir, dirigiéndose a Túnez (octubre de 1575), cuya capital tomó, trocando su primer sueño por el de un imperio en el norte de África. Tampoco le alentó en esto su hermano. Le ordenó que arrasase las fortificaciones de Túnez, y Don Juan desobedeció la orden, dejando en la plaza una guarnición de 8.000 españoles. El monarca suprimió de raíz todo auxilio, y Don Juan tuvo que renunciar al desarrollo de sus planes. Un año después, Túnez y la Goleta caían nuevamente en poder de los turcos.»

Contemporáneo a los acontecimientos, Juan de Mariana, en su Historia General de España, refleja el entusiasmo que se generaliza a partir de la Batalla de Lepanto: «En conclusión, esta victoria fue la más ilustre y señalada que muchos siglos antes se había ganado, de gran provecho y contento, con que los nuestros ganaron renombre no menor que el que los antiguos y grandes caudillos en su tiempo ganaron. Grandes fiestas y regocijos, llegada la nueva, se hicieron por todas partes, dudo que a los herejes no les fue nada agradable. Diose esta batalla a 7 de octubre; en Toledo se hace fiesta y se celebra la memoria de esta victoria cada un año el mismo día.»


1 comentario:

  1. Estimado Sr.: Todos cuantos documentos ha puesto en Dropbox no se pueden descargar. La respuesta es ésta:
    "Too many requests.Sorry, this link has been automatically turned off for now."
    ¿Qué solución ha pensado?
    Gracias anticipadas.Juan

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