sábado, 4 de enero de 2014

Juan de Mariana, Historia General de España

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Tomo II  |  PDF  |  EPUB  |  MOBI  |
Tomo III  |  PDF  |  EPUB  |  MOBI  |

En el prefacio de su De rege et regis institutione, publicada en 1599 cuando ya tenía más de sesenta años, Juan de Mariana nos narra un delicioso “veraneo” en un paraje ameno situado en las cercanías de su Talavera natal. Allí, junto con algún amigo necesitado de reposo, pasó varias semanas «entretenidos ambos en conversaciones instructivas y amistosas, en lo que encontrábamos no poco placer y esparcimiento». Una noche, «habiendo concluido nuestra tarea más temprano aquel día, contemplábamos bajo una añosa encina, hendida en su tronco, de frondoso ramaje y gigantesca, cuya copa nos interceptaba los rayos de la luna, los árboles derribados por la fuerza a mano de los vientos, como sucede con muchos en los bosques.» Este panorama, junto con las cartas recibidas de otros amigos, será el acicate para un diálogo reflexivo sobre el papel, condiciones y formación de los gobernantes de las repúblicas bien ordenadas.

El locus amoenus, el debate intelectual de altura, el análisis crítico de la sociedad, el mismo elitismo cultural... Nos encontramos ante un típico ambiente renacentista. Reconocemos el parentesco espiritual con Tomás Moro, Alfonso de Valdés, el mismo Cervantes... Y es que el jesuita Mariana, que se consideraba profesionalmente teólogo, es ante todo un humanista, un intelectual preocupado por muy variados campos del saber. Su independencia de criterio a la hora de enfocarlos no deja de sorprendernos todavía hoy: descaradamente monárquico, defiende la legitimidad moral del tiranicidio; condena tajantemente las corridas de toros, pero al mismo tiempo reprueba todas las representaciones teatrales; defensor de la monarquía autoritaria, exige la participación de la población en el establecimiento de impuestos; católico convencido, deplora los excesos homicidas que so capa de religión se producen periódicamente en las sociedades...

En el prefacio que citábamos señala Mariana: «Habiendo vuelto hace años de mi viaje a Francia e Italia, y fijado mi residencia en Toledo, trabajé en algunos años una historia en latín de los sucesos de España, cuya historia carecía de unidad y concierto.» Su Historia General de España es la obra que le aseguró la fama. La publicó inicialmente en latín (Historiae de rebus Hispaniae libri XX) a partir de 1592. En los años siguientes la amplió hasta los treinta libros y la tradujo al español. Fue un éxito editorial: se publicaron ediciones en 1601, 1608, 1616, hasta la definitiva de 1623, un año antes de la muerte de su autor. Su difusión e influencia se mantendrán durante más de dos siglos. En el prólogo de la Historia, Mariana se había dirigido al rey Felipe III con estas palabras: «Lo que me movió a escribir la historia latina fue la falta que de ella tenía nuestra España (mengua sin duda notable), más abundante en hazañas que en escritores, en especial de este jaez. Juntamente me convidó a tomar la pluma el deseo que conocí los años que peregriné fuera de España, en las naciones extrañas, de entender las cosas de la nuestra: los principios y medios por donde se encaminó a la grandeza que hoy tiene.»

Y ¿qué interés tiene hoy su lectura? Es evidente que hoy la ciencia histórica posee una gran masa de datos y observaciones que quedaban fuera del alcance de Mariana, y que su discurso es en buena medida obsoleto, y que depende de los parámetros ideológicos de su época (como por otra parte también ocurre con los discursos actuales). Sin embargo su lectura (su disfrute) es necesario para todo el que se interese por la historia de España. La Historia de Mariana es un clásico, elemento constitutivo de las tan diferentes interpretaciones actuales, que siempre tienen que contar con ella: de modo consciente o inconsciente se encuentra en ellas, en un plano subterráneo si queremos. Lo mismo ocurre con las visiones románticas, liberales, nacionalistas de otros autores posteriores, aunque también sean por lo general recusadas en nuestro tiempos.

Por otra parte el talante independiente y crítico de Mariana resulta siempre de agradecer. Podrá aceptar en ocasiones mitos y leyendas (como también se aceptan otros distintos en nuestra época), pero con más frecuencia, tras relacionar un hecho dudoso, o distintas versiones de otro, añade expresiones de este tipo: «La antigüedad de estas cosas y de otras semejantes, junto con la falta de libros, hace que no nos podamos allegar con seguridad a ninguna de estas opiniones, ni averiguar con certidumbre la verdad. Quedará al lector libre el juicio en esta parte.» Me parece que hoy en día muchos historiadores están mucho más seguros de su verdad...

Pero es que además la Historia de Mariana está muy bien escrita. Realizó una ardua tarea (él mismo lo dice) para conjuntar crónicas y todo tipo de fuentes. Pero mereció la pena: el resultado es una voz única, la del autor, que nos narra, que juzga, que nos impetra, que nos divierte..., especialmente cuando finge las voces de los grandes personajes en los más variados discursos o arengas (siguiendo sus tan admirados modelos clásicos). Su expresividad, su colorido, brilla hasta cuando nos aburre un poco (que también) tanto barullo (la vida misma) de reyes, nobles y batallas.

Sobre esta edición. La he realizado a partir de la excelente de 1780, que se basa en la de 1623. He actualizado la ortografía, los signos de puntuación, y de modo no exhaustivo, los nombres propios, sustituyéndolos por los comunes actualmente (Leuvigildo-Leovigildo). También en ocasiones he modernizado la forma de algunas palabras. Como justificación podemos citar al propio Mariana, aunque sea para discrepar de él: «Algunos vocablos antiguos se pegaron de las Crónicas de España de que usamos, por ser más significativos y propios, por variar el lenguaje, y por lo que en razón de estilo escriben Cicerón y Quintiliano.» Pienso que mantener los recebidos (por recibidos) y guardalle (por guardarle) tiene el mismo valor para el lector común que el mantener la diferenciación entre ſ y s, usual en la edición que manejo.


Tomo I: Libros I a X. Desde los orígenes hasta el siglo XII, con la llegada de los almorávides.
    Tomo II: Libros XI a XX. Desde 1150 hasta 1429, con Juan II de Castillo y Alonso V de Aragón.
      Tomo III: Libros XXI a XXX. Desde 1429 hasta 1515, con la muerte de Fernando el Católico. Le sigue un apéndice con los sucesos anuales más destacados hasta 1621.

      6 comentarios:

      1. Hola, el tomo III no se puede bajar en epub.
        Muchas gracias!

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      2. Buenos días: El enlace al tomo III, está roto.
        Gracias.

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        Respuestas
        1. Funcionan los enlaces de descarga de los tres formatos.

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        2. Buenas, a día de hoy, a mi tampoco me permite descargar el tercer tomo en formato epub.

          Mil gracias por tu labor de divulgación.

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      3. hola, gracias por subir esta edición. me puede dar la referencia bibliográfica, por favor?

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