viernes, 27 de marzo de 2020

Christoph Weiditz, Libro de vestimentas (Trachtenbuch)

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Katherine Louise Bond, en su reciente tesis Costume Albums in Charles V’s Habsburg Empire (2017) estudia con profundidad la obra que hoy presentamos: un manuscrito con cuidadosas ilustraciones que representan las diferentes formas de vestir, según regiones y grupos sociales, que a su autor le fue dado observar durante un viaje por España. Y entre todas ellas, algunos retratos aislados: el de Hernán Cortés (que ya utilizamos en su día en Clásicos de Historia) y el de Andrea Doria, recién incorporado al servicio del Emperador. Traducimos de forma apresurada algunos párrafos de la profesora Bond: «El Trachtenbuch, o álbum de vestimentas, del retratista sobre medallas de Augsburgo Christoph Weiditz (c. 1500-59)... constituye una obra de profunda observación etnográfica en la que se representan costumbres y culturas en gran medida contempladas directamente por el artista cuando viajó a la corte española de Carlos V en 1529.»

«En 1927, Theodor Hampe, director del Germanisches Nationalmuseum en Nuremberg, identificó a Christoph Weiditz como el autor del vívido manuscrito ilustrado de formaba parte de su colección, y que contenía trajes regionales y actividades populares, que había permanecido desapercibido en el departamento de grabados y manuscritos durante casi sesenta años. Contiene 154 folios con ilustraciones en su mayoría situadas en España, aunque también se hallan representados individuos de Portugal, Italia, Francia, los Países Bajos y Alemania, entre otros lugares. Hampe relacionó el álbum con el itinerario que siguió en su viaje Weiditz durante los años 1529-32, concluyendo que la figura ilustrada del álbum de un hombre con ropa de marino y llamado Stoffel weyditz era el propio autor de aquellas pinturas al gouache.

»Georg Habich había identificado en 1913 a Christoph Weiditz como un hábil creador de retratos sobre medallas. Los documentos descubiertos en los archivos y un rastro de medallas producidas para los clientes en toda Europa, llevaron a Habich a determinar que Weiditz hizo un viaje a la corte imperial española alrededor de 1529 para intentar ser recibido por el emperador Carlos V, y así resolver un conflicto con el gremio de orfebres de Augsburgo. Diversos detalles del álbum sugieren que acompañó al famoso armero Kolman Helmschmid (c. 1471-1532), protegido desde hacía tiempo por los Habsburgo, antes de unirse al séquito imperial en Castilla (...) Si bien la relación del álbum con los viajes de Weiditz entre 1529 y 1532 se ha demostrado de manera irrefutable, es importante destacar que el trabajo no es un cuaderno de bocetos de vistas contempladas in situ. Fue realizado posteriormente en el taller del artista, y presenta un dibujo a tinta trazado con esmero, un color cuidadosamente aplicado, y áreas delicadamente superpuestas pan de oro y plata. Pero a pesar de su producción posterior, los bocetos producidos en el campo seguramente determinaron el resultado final reelaborado que ha sobrevivido.

»El debate académico sobre el álbum de Weiditz ha tendido a centrarse en su propósito general y la naturaleza de sus contenidos, lo que lleva a diferentes posturas sobre cómo debe clasificarse. Ha sido muy cuestionado hasta qué punto los vestidos son el objetivo principal del trabajo. El álbum es generalmente conocido como Trachtenbuch de Weiditz (Libro de vestimentas), una denominación que fue utilizada por primera vez por Hampe para llamar la atención del público. Situando la obra en el género de libros de vestimentas, definido por Heinrich Doege en 1903, Hampe afirmó que (...) podría reconocerse como la más antigua de éstos. El álbum comparte con los libros de vestimentas posteriores un interés palpable en la ropa de diversas poblaciones, así como un diseño de composición que aísla las figuras contra un fondo en blanco y las combina con breves descripciones. Sin embargo, existe un consenso en la investigación actual de que esta obra hace algo más que mostrar diferentes formas de vestir, y que mantiene ambiciones más amplias. Se ha convertido, por ejemplo, en una fuente visual utilizada frecuentemente por los académicos para analizar la cultura y la sociedad de la España de principios del siglo XVI. Albrecht Classen y Dennis Conrad han preferido interpretar el álbum de Weiditz en relación con la literatura de viajes.»

Danza morisca

viernes, 20 de marzo de 2020

Isa Gebir, Suma de los principales mandamientos y devedamientos de la ley y sunna


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Pascual de Gayangos (1809-1897) editó en 1853 dos interesantes obras redactadas en el seno de las comunidades musulmanas del reino de Castilla. Las presenta así en su introducción, con ocasionales y característicos tonos elevado de la época: «De los dos tratados que a continuación se imprimen, el primero es copia de un códice del siglo XIV que se conservaba hace algunos años en la biblioteca del Colegio mayor de S. Ildefonso de Alcalá (…) Su contenido se reduce a una de esas compilaciones legales que tan comunes debieron ser entre los mudéjares de Castilla y Aragón sujetos a nuestra dominación, y que habiendo con el tiempo olvidado su propia lengua, hubieron necesariamente de valerse de la castellana en sus escritos, así como en toda clase de contratos civiles. Sabido es que luego que empezó la obra grandiosa de la reconquista, cuando Toledo y toda Castilla la Nueva cayó en manos de Alfonso VI, gran número de moros quedaron para siempre privados de todo roce y comunicación con sus hermanos de allende Sierra Morena, prefiriendo la condición de vasallos al abandono del hogar doméstico. Otro tanto sucedía en Aragón y Valencia, donde D. Jaime el Conquistador extendiendo los límites de sus fronteras, dejaba encerrados dentro de ellas a millares de muslimes. Pero tanto en Castilla como en Aragón los conquistadores otorgaron al vencido el libre ejercicio de su religión, sus leyes, usos y costumbres, como se echa de ver por los fueros y capitulaciones de Toledo, Zaragoza, Tudela, Tortosa y otras ciudades.

»Nada, pues, tiene de extraño que entre los mudéjares de Castilla corriera una compilación autorizada de las leyes que los regían, hecha por algún alfaquí o persona notable de entre ellos, y en castellano por haber olvidado su lengua natal aquellos mismos para quien se escribía. Aun cabe la suposición de que este código civil, si así puede llamarse, recibiera la sanción del soberano que a la sazón reinaba en Castilla, pues habiéndose de juzgar por él súbditos de su corona, aunque moros e infieles, parece razonable tuviera en él algún género de intervención. Como quiera que esto sea, es el más antiguo de cuantos han llegado hasta nosotros, y presenta la singularidad de hallarse omitida en él toda la parte ritual y ceremonias de la ley mahometana, quedando reducido a un mero código civil. Por lo que respecta a sus disposiciones, nada hemos hallado en él que no esté enteramente conforme con los principios consignados en el Corán, con la tradición y la Zunna, con las doctrinas del rito málequi que se siguió en África y en España, y con la letra de otras compilaciones legales del mismo género; sólo sí se advierte de vez en cuando alguna mas minuciosidad en explicar y comentar ciertas leyes relativas al comercio y a todo género de contratos civiles.

»Del segundo (texto, el que aquí comunicamos) que es de época más reciente, puesto que lo escribió en 1462 Ice Gebir, alfaquí mayor y muftí de la aljama de Segovia, se conservan además del códice original y autógrafo que ha servido para esta impresión, dos copias bastante antiguas, de las cuales una, en 4.°, señalada Q. 195, se halla en la Biblioteca Nacional, y parece hecha por algún morisco por los años de 1600, y la otra, en folio con la marca G. 138, fue del doctor Zárate, del tribunal de la Inquisición. Este segundo tratado, que se intitula Suma de los principales mandamientos y devedamientos de la Ley y Çunna, comprende todo lo que el muslim debe creer y está obligado a hacer; los cinco fundamentos en que estriba la religión mahometana, que son: 1.° La confesión de la unidad de Dios. 2.° La azala u oración. 5.° La limosna. 4.° El ayuno del mes de Ramadán. 5.° La hicha o peregrinación a los santos lugares; y por último un resumen de las principales leyes acerca del matrimonio, divorcio, compras y ventas, tutorías, encomiendas, etc. Es, pues, un compendio de la Sunna que abraza a un tiempo la parte religiosa y civil del Corán.»

El prestigio de Isa Gebir debió ser considerable. Se sabe que colaboró en una traducción del Corán que el teólogo Juan de Segovia (1395-1458), asistente al Concilio de Basilea y muy activo por toda Europa en defensa del conciliarismo, utilizó en su refutación del Islam.


Familia morisca de viaje. Christoph Weiditz, Trachtenbuch, c. 1530

viernes, 13 de marzo de 2020

Sebastian Münster, Cosmographiae Universalis. Mapas y vistas urbanas

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El alemán Sebastian Münster (1488-1552) es un acabado ejemplo de humanista. Nacido en la vieja Renania, ingresó en la orden franciscana lo que le llevó a estudiar y después enseñar en numerosas universidades: Heildelberg, Lovaina, Friburgo y otras. Su adhesión a la Reforma le decidió a establecerse en Basilea, donde desarrolló lo más granado de su carrera académica. Aunque sus intereses fueron múltiples (matemáticas, astronomía, gnomónica, cartografía, por supuesto teología), Münster fue ante todo hebraísta: estudios gramaticales, vocabularios, y sobre todo la edición, traducción y comentario de numerosos textos: desde la Biblia hebrea hasta las obras de Maimónides.

Sin embargo, su mayor éxito editorial le vendrá por su Cosmographiae Universalis, editada en alemán en 1544 y pronto traducida al latín, al italiano, al francés y al checo. Con los años fue ampliada y modificada, hasta alcanzar 35 ediciones diferentes en menos de un siglo. Su propósito, dejó escrito, había sido elaborar una «Cosmografía o descripción de todas las tierras, principados y ciudades importantes de toda la tierra, así como sus circunstancias, características, religión, costumbres, historia y sus particularidades.» Buena parte de su éxito procedió de los abundantes grabados en madera que enriquecen la obra, como ya había hecho medio siglo antes Hartmann Schedel con sus Crónicas de Nuremberg (1493). Sin embargo, a partir de 1570 la obra quedará definitivamente superada con el Theatrum orbis terrarum de Abraham Ortelius y las Civitates orbis terrarum, de Braun y Hogenberg.

Presentamos un repertorio bastante completo de los mapas y las vistas de ciudades de la obra de Münster.

viernes, 6 de marzo de 2020

Joaquim Rubió y Ors, Manifiestos catalanistas. Prólogos de Lo gayter del Llobregat


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Continuamos agregando a Clásicos de Historia textos fundamentales sobre el nacimiento y desarrollo del nacionalismo catalán. Presentamos esta semana el que suele ser considerado como el primer manifiesto de la Renaixença, con su característica preocupación por la dignificación del idioma mediante el impulso a su uso en lo literario. Lo publicó el joven Joaquim Rubió y Ors al frente de su colección de poemas en catalán, Lo Gayter del Llobregat (1841). Casi dos décadas después la obra fue ampliada y reeditada, y el nuevo prólogo muestra el cambio de situación al respecto: la literatura en catalán se encuentra ya en pleno desarrollo. Estamos en el reinado de Isabel II, y el renacimiento de la lengua y literatura catalana fue recibido entonces y más tarde con interés por parte de muchos intelectuales del resto de España, como lo muestra el prólogo que Menéndez Pelayo redactará para la edición que conmemora el cincuentenario de la primera de las poesías de Rubió, y que incluimos en este aporte. Y es que este movimiento catalanista, básicamente reducido al ámbito de la cultura, aun tardará en transformarse en movimiento nacionalista, de carácter político. Cuando esto se produzca, años después, nuestro conocido Antonio Rovira escribirá en su El nacionalismo catalán (1917):

«Los hombres de la escuela romántica catalana fueron los iniciadores verdaderos del movimiento catalán. De ellos proviene directamente el renacimiento poético que empezó a mediados del siglo XIX. Entre aquellos hombres hubo uno, uno solo, que tuvo fe plena en la vitalidad y en el porvenir de la lengua catalana. Este hombre fue Rubió y Ors, fundador del catalanismo literario, que más tarde debía producir el catalanismo político y luego el nacionalismo actual. Describiendo el esfuerzo de su ilustre padre, dice Rubió y Lluch que aquel, “solo, con sus débiles fuerzas, luchando con inveteradas preocupaciones y quizá con el ridículo, atrevióse a acometer empresa tan arriesgada. Mi padre fue el único de aquella generación que levantó con valentía la bandera de la independencia literaria de Cataluña, en el prólogo de su Gaiter, que es todo un manifiesto de nuevas orientaciones y una de las páginas más curiosas y vibrantes de la historia de nuestro Renacimiento.” Por nuestra cuenta queremos añadir que el mentado prólogo tiene un fortísimo sentido catalanista, sin mezcla de sentimiento españolista, es decir, sin convencional identificación del amor a Cataluña y el amor a España. A Cataluña le llama Rubió y Ors repetidamente, nación.

»Durante algunos años, quedóse solo Rubió y Ors. Todos sus compañeros escribían en castellano. Mas, aunque un poco tardíos, dio frutos espléndidos el esfuerzo de Rubió. “Él fue —dice Pi y Margall— quien inició el renacimiento de la poesía catalana.” Y agrega: “De él deriva ese catalanismo que tanto hoy acongoja y asusta a nuestros hombres de Estado.” No previo Rubió y Ors, probablemente, todas las consecuencias de su obra literaria. Y como si se hubiese azorado de esas consecuencias, apenas intervino luego en el movimiento. Los eruditos, como Milá y el clérigo Torres Amat, rebuscaban los tesoros de la vieja literatura catalana. Los arqueólogos, como Piferrer, estudiaban los monumentos olvidados. En el decenio de 1850 a 1860, el ejemplo de Rubió y Ors tuvo sus primeros imitadores. En el prólogo de la segunda edición de Lo Gayter del Llobregat (1860), lejos de quejarse Rubió, como en el prólogo de la primera, de encontrarse solo en el cultivo poético del catalán, consignaba satisfecho que eran ya legión los que se habían dedicado a este cultivo.»