viernes, 6 de marzo de 2020

Joaquim Rubió y Ors, Manifiestos catalanistas. Prólogos de Lo gayter del Llobregat


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Continuamos agregando a Clásicos de Historia textos fundamentales sobre el nacimiento y desarrollo del nacionalismo catalán. Presentamos esta semana el que suele ser considerado como el primer manifiesto de la Renaixença, con su característica preocupación por la dignificación del idioma mediante el impulso a su uso en lo literario. Lo publicó el joven Joaquim Rubió y Ors al frente de su colección de poemas en catalán, Lo Gayter del Llobregat (1841). Casi dos décadas después la obra fue ampliada y reeditada, y el nuevo prólogo muestra el cambio de situación al respecto: la literatura en catalán se encuentra ya en pleno desarrollo. Estamos en el reinado de Isabel II, y el renacimiento de la lengua y literatura catalana fue recibido entonces y más tarde con interés por parte de muchos intelectuales del resto de España, como lo muestra el prólogo que Menéndez Pelayo redactará para la edición que conmemora el cincuentenario de la primera de las poesías de Rubió, y que incluimos en este aporte. Y es que este movimiento catalanista, básicamente reducido al ámbito de la cultura, aun tardará en transformarse en movimiento nacionalista, de carácter político. Cuando esto se produzca, años después, nuestro conocido Antonio Rovira escribirá en su El nacionalismo catalán (1917):

«Los hombres de la escuela romántica catalana fueron los iniciadores verdaderos del movimiento catalán. De ellos proviene directamente el renacimiento poético que empezó a mediados del siglo XIX. Entre aquellos hombres hubo uno, uno solo, que tuvo fe plena en la vitalidad y en el porvenir de la lengua catalana. Este hombre fue Rubió y Ors, fundador del catalanismo literario, que más tarde debía producir el catalanismo político y luego el nacionalismo actual. Describiendo el esfuerzo de su ilustre padre, dice Rubió y Lluch que aquel, “solo, con sus débiles fuerzas, luchando con inveteradas preocupaciones y quizá con el ridículo, atrevióse a acometer empresa tan arriesgada. Mi padre fue el único de aquella generación que levantó con valentía la bandera de la independencia literaria de Cataluña, en el prólogo de su Gaiter, que es todo un manifiesto de nuevas orientaciones y una de las páginas más curiosas y vibrantes de la historia de nuestro Renacimiento.” Por nuestra cuenta queremos añadir que el mentado prólogo tiene un fortísimo sentido catalanista, sin mezcla de sentimiento españolista, es decir, sin convencional identificación del amor a Cataluña y el amor a España. A Cataluña le llama Rubió y Ors repetidamente, nación.

»Durante algunos años, quedóse solo Rubió y Ors. Todos sus compañeros escribían en castellano. Mas, aunque un poco tardíos, dio frutos espléndidos el esfuerzo de Rubió. “Él fue —dice Pi y Margall— quien inició el renacimiento de la poesía catalana.” Y agrega: “De él deriva ese catalanismo que tanto hoy acongoja y asusta a nuestros hombres de Estado.” No previo Rubió y Ors, probablemente, todas las consecuencias de su obra literaria. Y como si se hubiese azorado de esas consecuencias, apenas intervino luego en el movimiento. Los eruditos, como Milá y el clérigo Torres Amat, rebuscaban los tesoros de la vieja literatura catalana. Los arqueólogos, como Piferrer, estudiaban los monumentos olvidados. En el decenio de 1850 a 1860, el ejemplo de Rubió y Ors tuvo sus primeros imitadores. En el prólogo de la segunda edición de Lo Gayter del Llobregat (1860), lejos de quejarse Rubió, como en el prólogo de la primera, de encontrarse solo en el cultivo poético del catalán, consignaba satisfecho que eran ya legión los que se habían dedicado a este cultivo.»

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