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Soldado desde joven, Pedro Sarmiento de Gamboa (1532-1592) se estableció en las Indias en 1555, brevemente en México y definitivamente en el Perú. Desarrolló una importante carrera como marino, descubridor, geógrafo, cosmógrafo, escritor abundante, e incluso tuvo sus puntas de nigromante, lo que le deparó de joven algunos breves conflictos con la Inquisición. Entre los cargos que desempeñó estuvo el de Cosmógrafo general del Perú, el de Gobernador y Capitán general del Estrecho (de Magallanes), y el de Almirante de la Flota de Indias, poco antes de su muerte.
Tomó parte o dirigió importantes expediciones: descubrimiento de las islas Salomón y Vanuatu en Oceanía (1567-1569), la detallada exploración y estudio de todo el Perú dirigida por el virrey Francisco Álvarez de Toledo (1570-1575), la persecución del corsario inglés Francis Drake (1577), y las destinadas a la ocupación y control de la América austral (1579-1586), de luctuoso final, con episodios como el del Puerto del Hambre, y su propio apresamiento por Walter Raleigh cuando regresaba a España (1586). Liberado por los ingleses, fue capturado por los hugonotes franceses que lo mantuvieron en prisión hasta ser rescatado por Felipe II en 1589.
Como otros de los pioneros descubridores de América, Sarmiento de Gamboa fue un abundante escritor, en muchas ocasiones con fines meramente prácticos: relaciones de sus expediciones, memoriales, cartas, etc. Entre las conservadas destaca la Relación i derrotero del viage i descubrimiento del estrecho de la Madre de Dios, antes llamado de Magallanes, y la Segunda Parte de la Historia General llamada Yndica, la cual por mandado del Excmo. Sr. Don Francisco de Toledo virrey gobernador y capitán general de los reinos del Perú, y mayordomo de la Casa Real de Castilla compuso el capitán Pedro Sarmiento de Gamboa, que hoy comunicamos.
Llevó a cabo esta última con el objetivo de justificar plenamente desde la ética y el derecho de gentes la conquista española, al quedar demostrado (en su opinión y en la del virrey) la injusticia de las conquistas y gobernación de los incas sobre todo el Perú, además de la tiranía y falta de derechos de su último soberano Atahualpa, que ocupó el trono en medio de una cruenta guerra civil. Naturalmente, el resultado venía implícito en el propósito, y Sarmiento muestra una muy limitada simpatía por los incas, a diferencia, por ejemplo de Bernardino de Sahagún respecto a los pueblos de la Nueva España. Pero su método de trabajo fue similar, como indica el propio Sarmiento, con entrevistas a un gran número de informantes:
«Y así examinando de toda condición de estados de los más prudentes y ancianos, de quien se tiene más crédito, saqué y recopilé la presente historia, refiriendo las declaraciones y dichos de unos a sus enemigos, digo del bando contrario, porque se acaudillan por bandos, y pidiendo a cada uno memorial por sí de su linaje y del de su contrario. Y estos memoriales, que todos están en mi poder, refiriéndolos y corrigiéndolos con sus contrarios y últimamente ratificándolos en presencia de todos los bandos en público, con juramento por autoridad de juez, y con lenguas expertas generales, y muy curiosos y fieles intérpretes, también juramentados, se ha afinado lo que aquí va escrito.»
Pero esta obra formaba parte de un plan mucho más ambicioso, dividido en tres partes según Sarmiento, o en cuatro según explica su patrocinador y mandante, el virrey Francisco Álvarez de Toledo en carta a Felipe II, de la que entresacamos lo siguiente:
La primera parte consistiría en «la descripción y sitio de lo que es y está entre estos dos mares del Sur y del Norte, desde el Estrecho de Magallanes hasta el Nombre de Dios por entrambas costas con autoridad de testigos que lo han navegado, y dispuesto ante Juez, y asimismo la descripción de la tierra por provincias distintas que hay en medio... La segunda parte es del estado que tenía esta tierra, ritos, idolatrías y gobierno antes que fuese tiranizada de los doce incas... La otra parte es de la tiranía y gobierno y conquista que tuvieron doce Incas en ochocientos años que duró su poder y sucesión... La cuarta parte es la descripción e historias de los españoles, y la más falta de verdades en lo que estaba escrito y más dificultosa de sacarla en limpio, y que podía ser de más utilidad.»
La segunda parte (muy breve) y la tercera constituyen la obra que presentamos. En 1572 ya estaba lista y se realizó una elegante copia manuscrita que fue remitida al rey, y que por avatares de la historia acabó en la Biblioteca universitaria de Göttingen, en la Baja Sajonia. Allí pasó desapercibida hasta su hallazgo en 1893, al catalogarse los manuscritos de la universidad. El doctor R. Pietschmann la editó en 1906. En su prólogo elogia la preocupación de Sarmiento por documentarse a fondo, y concluye: «Debemos reconocer, si queremos ser justos, que antes de Sarmiento no describió nadie el nacimiento de los Incas y la formación de su imperio de manera más sintética y clara, ni con mayor espíritu crítico.»
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Felipe Guaman Poma de Ayala, Nueva Crónica y buen Gobierno |
Muchas gracias.
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