viernes, 6 de septiembre de 2019

Conrad Cichorius, Los relieves de la Columna Trajana. Láminas

Trajano
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La llamada Columna Trajana de Roma fue construida en piedra y mármol por Apolodoro de Damasco en 113. Estaba situada en el foro de Trajano, en un patio limitado por las Bibliotecas griega y latina, frente al templo dedicado a este emperador. Mide 39,81 m. de alto por 3,83 m. de diámetro. El alto podio cúbico sobre el que se levanta, decorado con relieves de trofeos militares, acoge una cella que contuvo las cenizas del emperador. Desde allí, una escalera de caracol de 185 escalones conduce a lo más alto de la columna. La basa es un gran toro esculpido como corona de laurel, y el fuste culmina en un gran capitel dórico que sostenía una estatua en bronce del emperador (sustituida siglos después por un San Pedro).

Pero lo que nos interesa es el fuste. Está cubierto por un friso helicoidal de más de 200 metros lineales por un metro de alto, y narra dos campañas dirigidas contra los dacios (región del Danubio) por el propio emperador entre los años 101 y 106. Es una narración continuada: los episodios se suceden uno tras otro pero no se confunden, aunque no hay un marco de separación entre ellas. Destaca el realismo y detallismo de sus 2.500 figuras (los setenta retratos de Trajano con diferentes indumentarias, los soldados romanos, los bárbaros) y de sus escenarios naturales y arquitectónicos.

Asistimos a escenas muy variadas: marchas de los romanos y de los bárbaros, fortificaciones, combates, arengas, construcción de puentes o fortificaciones, etc., desde los aspectos más crudos (un legionario avanza atenazando con los dientes los cabellos de un enemigo al que acaba de decapitar), hasta los más benévolos (el emperador acoge generosamente a los enemigos derrotados). En cualquier caso, el elemento que unifica toda la acción es Trajano, que acude en los momentos difíciles, toma las decisiones, e interviene en la batalla como un simple soldado. La glorificación del emperador queda realzada, además, con la presencia de elementos simbólicos y míticos (augurios, genios) que, por contraste, hacen más real la narración.

El historiador alemán Conrad Cichorius (1863-1932) publicó en 1896 un completo estudio sobre los relieves de la Columna Trajana, del que proceden las láminas que aquí reproducimos.

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