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Francisco J. Espinosa-Etxenike presenta así a nuestro clásico gráfico de esta semana en su Viñetas de guerra en el ABC republicano (1936-1939), publicado el pasado año: «Las viñetas de ABC tuvieron un nombre propio, Aníbal Tejada. El ejemplar del 14 de abril de 1937, sexto aniversario de la Segunda República, recoge en primera plana la lista de componentes de redacción. En ella aparece Aníbal Tejada como dibujante. Tejada nació en 1897 en Argentina y existen pocos datos biográficos acerca de este artista. Por lo que se sabe de él, fue un creador muy prolífico que, ya en la década de los años 20, desenvolvió su actividad como fotógrafo, ilustrador y cartelista. La primera referencia de Tejada en ABC la encontramos el 28 de octubre de 1923 como autor de la ilustración de la portada de ese día, con un trabajo titulado La vendimiadora. (...)
»Con el inicio de la Guerra Civil, Tejada volcó gran parte de su actividad en las páginas del ABC republicano, aunque también colaboró con otros medios como en la publicación humorística No Veas. Fue el primer director de la sección de dibujo y pintura de Altavoz del Frente, creado en agosto de 1936. Como responsable de cultura de la 75 Brigada Mixta de la República, fue el alma mater de Balas Rojas, la publicación de la brigada, cuyo primer número (de un total de 29) vio la luz el 20 de febrero de 1937. A modo de «hombre orquesta», Tejada trabaja en Balas Rojas como redactor, dibujante, fotógrafo y diagramador. Esta actividad de Tejada en el frente da idea de su dimensión como creador de propaganda de guerra, cuyos objetivos primordiales consistían en algunos de los objetivos anteriormente mencionados, como mantener la moral alta en el frente y en la retaguardia (...) Al finalizar la guerra, Tejada fue encarcelado y puesto en libertad poco después. Parece que su condición de argentino le ayudó a resolver el trance, pues Franco pretendía establecer una alianza con el país sudamericano después de la contienda. Posteriormente, Tejada trabajó para la agencia Gisbert. No existen apenas datos acerca de las circunstancias de su muerte en los años 70.
»A partir del 29 de octubre de 1936, Aníbal Tejada comienza a publicar sus viñetas como dibujante de cabecera del rotativo madrileño y, desde el comienzo, lo hace prácticamente a diario, con una publicación de entre 20 a 25 viñetas cada mes durante la mayor parte de la guerra. A partir de enero de 1938, el volumen de trabajo de Tejada decreció lentamente (excepto julio y agosto). En julio de 1938, ABC publicó la última viñeta de otros autores, con lo que Tejada se convirtió en la única referencia en este terreno. El 14 de setiembre de 1938, Tejada también publicó su última viñeta previa a un periodo de total inactividad de cuatro meses en los que ABC no publicó una sola caricatura, probablemente debido a su actividad periodística en Balas Rojas y a su enfermedad posterior. Tejada reapareció con un dibujo publicado el 21 de enero de 1939, ausencia que el propio periódico excusaba por razones de enfermedad. La última viñeta firmada por este autor fue publicada el 5 de marzo de 1939, la misma fecha en la que se produjo el golpe del coronel Casado contra el Gobierno republicano de Negrín. Este último trabajo consistió en una llamada de atención a la retaguardia. Aparecía una mano blandiendo un enorme garrote en el que aparecía inscrito el lema Dignidad Ciudadana. En la parte inferior, la consigna rezaba: Contra el bulista empleemos un solo argumento: ¡Aplastarlo!
»Tejada destacó por su producción como cartelista y este hecho se refleja en sus viñetas. Estas se caracterizan por la presencia constante de elementos de movilización y de denuncia. Sus dibujos de trazo fuerte tienden a la utilización de figuras hercúleas para representar conceptos generales como República, España, Pueblo, Ejército del pueblo, Frente Popular o Madrid. En la otra cara de la moneda, Franco, Mussolini, Hitler o el ejército faccioso aparecen bajo figuras grotescas y ridiculizadas. En el caso de Franco, Tejada lo representa durante toda la guerra protegido con un casco prusiano en el que aparece grabado Von Franko, es decir, con una grafía que lo sitúa como lacayo de los intereses superiores de Alemania. Los mensajes son literales y directos e introduce los propios términos escritos dentro de sus viñetas para una directa identificación de los objetos y personajes que aparecen en ellas. Esta inserción de palabras identificativas dentro de las viñetas se convierte en un elemento importante que, en aquel momento, contribuye al proceso de alfabetización de los soldados en el frente y de los lectores en la retaguardia, ya que es importante entender el elemento textual para comprender el conjunto de la caricatura.»
Balas Rojas, septiembre de 1938. |
Muchas gracias.
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