Pero las restantes cartas seleccionadas son informes rigurosos dirigidos a las autoridades superiores de la Compañía de Jesús, a las que se quiere poner al tanto sobre los conflictos que periódicamente se producen y afectan a la marcha de la misión. Son consecuencia del choque cultural que supone la introducción y difusión del cristianismo y de otros valores occidentales en el seno de la milenaria civilización china. A través de la reproducción de las disposiciones que se publican, podremos observar las reacciones de las élites del Imperio, y las variadas maniobras políticas que se emprenden. Y asimismo, las abundantes gestiones que los misioneros llevan a cabo en su defensa, movilizando simpatizantes, publicando memoriales, aduciendo leyes y pronunciamientos previos, y siempre pretendiendo lograr la protección del emperador. Los resultados de este activismo son parvos, y los misioneros serán proscritos progresivamente de las distintas provincias y deberán trasladarse al Macao portugués. Sólo subsistirá el núcleo establecido en Pekín, por las elevadas funciones culturales que desempeñan en la Corte.
El padre Mailla, matemático y lingüista, destaca sobre todo por su labor como historiador al emprender la traducción de una de las obras cumbres de la historiografía china, de compleja elaboración. El erudito Sima Guang (1019-1086), en tiempos de la dinastía Song, compiló la historia de China desde el siglo V a. C. en su Zizhi Tongjian (Espejo completo en ayuda de la gobernanza), en 294 volúmenes. Un siglo después, los discípulos del confuciano Zhu Xi (1130-1200), basándose en las enseñanzas de su maestro elaboraron el Tongjian Gangmu (1172), extracto del anterior, y al mismo tiempo reinterpretación crítica. Con la dinastía Quing fue traducida al idioma manchú, y es esta la versión que usó el padre Mailla para su traducción al francés. Se publicará póstumamente en París entre 1777 y 1783, al cuidado del abate Grossier, con el título Histoire générale de la Chine, ou Annales de cet Empire, en doce volúmenes. A partir de entonces constituirá la principal fuente para el conocimiento de la historia china en Occidente.
Xu Yang, Vista de Suzhou (siglo XVIII) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario