En Washington, ante el Comité de actividades antiamericanas, en la sesión del 6 de octubre de 1938, prestó testimonio Arnold Gringrich, de Chicago, fundador de la revista Ken: «La revista Ken se opone por igual a las amenazas de dictadura, tanto desde la izquierda como desde la derecha, independientemente de su etiqueta. Se llamen comunismo o fascismo, nos oponemos por igual, sin importar si esta presión viene de la izquierda o de la derecha. (Y tras señalar que en la revista se ocupan por igual de la actuación de los dos movimientos en los Estados Unidos, añade:) Todos los que investigan ambos, son inevitablemente acusados por cada uno de dichos extremos como representantes del punto de vista opuesto. En otras palabras, están tratando de imponernos aquí en Estados Unidos una elección tramposa. Si no eres comunista, eres fascista; si no eres fascista, eres comunista. La situación se puede comparar a una carretera ancha con dos senderos angostos, uno a cada lado; y hay un esfuerzo para sacarnos a todos de la calzada principal por la que queremos seguir, y obligarnos a tomar uno u otro sendero.»
La revista, sin embargo, mostraba una consecuente orientación izquierdista. Contribuyeron a ello destacados escritores como George Seldes (1890-1995), periodista de investigación y corresponsal, y Ernest Hemingway (1899-1961); ambos cubrieron la guerra civil española, y desde un punto de vista en buena parte coincidente. Trató a fondo temas sociales y laborales propios de la Depresión, sin dejar de lado otros tan populares como el cine y el deporte. También prestó especial atención a las cuestiones internacionales y, desde sus propios planteamientos ideológicos, a la progresión en el mundo de los fascismos, dejando un poco en segundo plano el comunismo. Y este aspecto, en su vertiente gráfica, es del que nos ocupamos en la entrega de esta semana. Gringrich y Seldes dispusieron de un nutrido grupo de colaboradores, y a través de sus realizaciones observaremos el aumento de tensión en el mundo y el temor al porvenir, consecuencia de los cada vez más numerosos conflictos bélicos: la guerra de Abisinia, la conquista del norte de China por parte del Japón, la guerra civil española, y sobre todo la expansión alemana en Austria, Checoslovaquia…
De Sam Berman (1907-1995) hemos escogido unos cuantos retratos inmisericordes de los protagonistas de la época: Goering, Mussolini, Chamberlain, Stalin, Goebbels, Halifax, Hirohito y Franco. El británico de origen neozelandés David Low (1891-1963) adquirió una gran prestigio con sus dibujos políticos. Creó personajes inolvidables, como el coronel Blimp, caricatura del militarismo inglés. En los chistes seleccionados criticaba sobre todo la política de apaciguamiento de los países occidentales. Emery Kelen (1896-1978) y Alois Derso (1888-1964), los dos judíos húngaros, y que trabajaban juntos desde 1922, acababan de establecerse en Estados Unidos tras una exitosa carrera en Europa. John Groth (1908-1988) fue corresponsal de guerra e ilustrador… Y otros más: Corsair, W. Cotton, Robert Malone, Grosz… Todos ellos nos permiten acercarnos al modo como percibían, asimilaban y condenaban, hace más de ochenta años, la catástrofe que se aproximaba rápidamente, y que llegó apenas un mes después del cierre definitivo de la revista en agosto de 1939.
No hay comentarios:
Publicar un comentario