José de Ribera, Un jesuita. |
Nacido en Sevilla, Alonso de Sandoval (1576-1652) vivió desde los siete años en la América hispana, sobre todo en Lima y en Cartagena de Indias. Jesuita, trabajó especialmente con los esclavos africanos, como indica en la obra que presentamos: «Si es cierto, como lo es, que nuestra principal vocación en las Indias es el empleo de los indios, tan encomendado por nuestras constituciones, no es menos cierto ser empleo muy propio nuestro en ellas, el de los negros que en estas partes nos sirven, porque es sin duda, que los motivos que los de la Compañía acá tenemos de ayudar a los naturales, esa misma, sin diferencia ninguna, tendremos de ayudar a los negros (…) por ser mucho mayor la necesidad de los negros de que tratamos, y mucho más extrema (como claramente hemos visto) que la que padecen los indios.» Fruto de ello fue su obra De instauranda ætiopum salute. Historia de Etiopía, naturaleza, policía sagrada y profana, costumbres, ritos y catecismo evangélico de todos los etíopes conque se restaura la salud de sus almas, publicada en Sevilla en 1627, y vuelta a imprimir en Madrid en 1647, aunque sólo el primero de los dos tomos previstos; eso sí, considerablemente ampliado.
El profesor Jaime José Lacueva en el Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia, resume así el contenido de la obra, dividida en cuatro libros: «El primero de ellos es toda una descripción antropológica de los pueblos africanos de los que procedían los esclavos. El segundo detalla la injusta situación de los negros sin llegar a condenar, no obstante, la esclavitud. El tercero recoge la metodología fruto de su propia experiencia y aborda el problema de los “rebautismos”. El cuarto, finalmente, es una apología del apostolado jesuítico con los negros de Nueva Granada.» Para esta entrega de Clásicos de Historia he seleccionado diversos capítulos, agrupados en tres bloques: El primero es una descripción del mundo negro, que rebasa el África subsahariana, y se prolonga por Asia hasta las Filipinas y Nueva Guinea. Es un trabajo elaborado a partir de los libros y noticias que le llegan al autor. El segundo bloque aunque más breve puede resultar el más interesante, al describir las informaciones que ha recogido de diversos interlocutores y por su propia experiencia, sobre la trata de esclavos y las penosas condiciones de vida y trabajo de la población esclava en las Indias. En un tercer bloque recogemos la valoración extremadamente positiva que tiene de los africanos, y que quiere apoyar en un buen número de autoridades y escritores religiosos.
En su día vimos la admirable actitud radicalmente contraria a la esclavización de poblaciones indias y africanas por parte de Vasco de Quiroga (1472-1565), Julián Garcés (1452-1541), Bernardino de Minaya (1485-1565), Tomás de Mercado (1523-75) y Bartolomé de Albornoz (1524-73). Mucho más ambivalente es la postura de Sandoval. Si por un lado no se puede dudar de su auténtica obsesión por denunciar la trata y las condiciones de vida de los esclavos, de su preocupación por su bienestar material y religioso, nos decepciona su aceptación de la institución de la esclavitud, de las causas lícitas de su existencia, revestida con el oropel de una vasta erudición antigua y moderna. En realidad, y de algún modo, se deja llevar por el espíritu de su tiempo, por los valores dominantes de su época, por lo oportuno y lo políticamente correcto de entonces (de igual modo que tantos lo hacen ahora). A pesar de los cuantiosos y aberrantes datos que proporciona en su obra sobre la procedencia, captura y trato de los africanos, no llega a cuestionarse su licitud y moralidad, como sí hicieron los autores antes citados y unos años después, otros como Francisco José de Jaca (1645-1690) y Epifanio de Moirans (1644-1689).
Portada de la segunda edición (1647) |
Muchas gracias y Felices Navidades.
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