El duque de Berry |
Escribe Ingo F. Walther en su Codices illustres (2005): «Las muy ricas horas del duque de Berry es sin duda el más famoso de los libros de horas y uno de los manuscritos iluminados que mayor admiración despiertan. Constituyen el último libro de horas confeccionado por encargo del duque Jean de Berry [hermano del rey de Francia]. El trabajo en el manuscrito comenzó aproximadamente al mismo tiempo que los hermanos Limburg pasaban a ocupar el puesto vacante de Jacquemart de Hesdin como pintores principales de la corte del duque. Pero la catástrofe acechaba en el año 1416: los tres hermanos Limburg, Jean, Paul y Hermann, fallecieron a consecuencia de una devastadora epidemia, y el propio duque de Berry murió también, a los 76 años. El códice, previsto en sus inicios como una obra de inimaginable suntuosidad, quedaba así inacabado, y apenas se componía de hojas sueltas. En este estado llegó el manuscrito a finales del siglo XV a la casa de Saboya. Fue entonces, hacia 1485, cuando Carlos I de Saboya encargó a Jean Colombe, pintor de renombre de Bourges y último gran miniaturista que diera Francia, la continuación del trabajo de iluminación del libro.» En la ilustración del folio 75 recto retomó la labor, retratando a los nuevos propietarios en adoración del Varón de dolores, que se alza del sepulcro, y que se recorta ante un bello paisaje «de resonancias renacentistas. Con todo, y pese a la innegable calidad de las iluminaciones de Colombre, éstas quedan muy lejos de la incomparable labor de los hermanos Limburg.»
Y entre todas sus ilustraciones destaca especialmente el Calendario. «Sobre la base de de anteriores representaciones de las estaciones del año y de las distintas labores propias de cada mes, por lo general muy esquemáticas, los hermanos construyen imágenes de página entera en las que las labores tradicionales se suceden frente a magníficos paisajes. En cada uno de éstos aparece uno de los famosos castillos propiedad del duque de Berry o del rey francés: centros de defensa y señales de dominio absoluto que albergaban rebosantes cámaras del tesoro y opulentas colecciones de arte. En la media luna que corona las esquinas superiores de las ilustraciones puede verse a la deidad planetaria que gobierna cada mes, así como el correspondiente signo del zodíaco. Tanto el fondo azul de estos lunetos de implicaciones astronómicas y astrológicas, como el azul de las ilustraciones, se obtuvo mediante el empleo del costosísimo lapislázuli. El estilizado ideal palaciego, caracterizado por un gusto muy refinado, impregna incluso las imágenes que representan las tareas del campo. Las gentes se entregan a sus duras labores cotidianas como en un grácil ballet, y los estilizados cuerpos se mueven por espacios de aceptable perspectiva. Todo ha sido atentamente observado y cada detalle reflejado, y aun así el idealismo de un sobrenatural espíritu festivo envuelve la escena.»
El archivo cbz puede visionarse cómodamente con aplicaciones gratuitas como GonVisor o Mcomix, o simplemente extraer las imágenes.
Muchas gracias.
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