Escribe Pedro Carlos González Cuevas en su Historia de las derechas españolas. De la Ilustración a nuestros días (Madrid 2000): «Víctor Pradera Larrumbe (fue) el discípulo por antonomasia de Vázquez de Mella. Nacido en Pamplona el 19 de abril de 1873, Pradera procedía de una acaudalada familia de la burguesía. Militante desde muy joven en el carlismo, consiguió un acta de diputado en 1899 por el distrito de Tolosa, distinguiéndose como un consumado orador y polemista. A lo largo de su carrera política, Pradera se mostró, como Minguijón, partidario de las alianzas con otros grupos de la derecha. Por otra parte, fue un pensador mucho más sistemático que Mella. Tuvo una esmerada formación en el campo de la filosofía escolástica y de la economía. Su carácter violento le llevó en más de una ocasión a la disidencia. Disconforme con la posición del partido en Guipúzcoa, Pradera se retiró, en 1910, de la vida política durante algunos años, dedicándose al estudio y a los negocios (...)
»Retornado a su militancia carlista en 1917, Pradera inició la etapa cenital de su trayectoria política. Cuando los nacionalistas vascos invitaron a Cambó a pronunciar un discurso en San Sebastián, Pradera no dudó en desafiar al líder catalanista a un debate sobre el problema nacionalista, que éste no se dignó en contestar. En las elecciones de 1918 Pradera consiguió un escaño por Pamplona (…) Las intervenciones de Pradera en las Cortes y en Navarra tuvieron una gran resonancia política; pero igualmente fueron objeto de críticas por parte de los sectores carlistas proclives a un entendimiento con los bizkaitarras y catalanistas; tanto es así que éste amenazó con renunciar a su acta de diputado, porque no deseaba representar a los elementos antiespañoles (…) Pradera siguió a Vázquez de Mella en su disidencia, participando en la fundación del Partido Tradicionalista en agosto de 1919.»
Participó en la Asamblea Nacional Consultiva convocada por Miguel Primo de Rivera pero, desencantado, volverá a integrarse en el carlismo institucional. Ya durante la Segunda República, en 1933, coincidiendo con el declive del gobierno azañista, Pradera será elegido vocal regional del Tribunal de Garantías Constitucionales. En 1934, su prestigio indudable llevará al nuevo líder del partido, Manuel Fal Conde, a nombrarle presidente del recién creado Consejo de Cultura Tradicionalista. «No obstante ―señala González Cuevas―, el hito doctrinal del carlismo en los años republicanos fue la publicación en 1935 de El Estado nuevo de Víctor Pradera, auténtico vademécum del pensamiento tradicionalista, cuyos capítulos habían sido publicados por entregas en Acción Española. La obra supuso, no obstante, la reafirmación denodada de los viejos tópicos carlistas: organicismo, foralismo, Monarquía tradicional y federativa, etc.» Pradera será fusilado en San Sebastián en septiembre de 1936.
Carlos Sáenz de Tejada, Abanderados requetés |
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