Escribe nuestro conocido Sebastián Fernández Medrano en el prólogo a su resumen y traducción de la obra que comunicamos esta semana: «Habiéndome llegado de París, entre otras cartas geográficas, la de un nuevo Descubrimiento hecho en la América Septentrional por los franceses de Canadá… la curiosidad de saber qué terreno era el recién descubierto, motivó en mí a hacer viva diligencia de si había algo escrito sobre este punto, y averigüé cómo el Sr. de La Salle, gobernador de un fuerte de los que la Francia tiene en la América, había emprendido hacer dicho descubrimiento, como lo hizo con alguna gente en que iban diversos misioneros y entre ellos un recoleto llamado Luis Hennepin, natural de Atha (plaza de la provincia de Hainaut) y que vuelto éste a Francia con el Sr. de La Salle, hizo un Tratado de lo descubierto, atribuyéndoselo a sí; pero como el Sr. de La Salle había sido el cabo y motivo de todo, no logró aquel religioso la primacía que pretendía, y disgustado se pasó a Holanda, y se despicó con dedicar al rey Guillermo y a aquellos Estados dicho descubrimiento, ofreciéndoles ser guía para ir a establecer colonias y la luz evangélica en aquel dilatado país, que es tan grande que excede a la Europa, comprendido entre el mar Glacial, Florida y Nuevo Reino Mexicano, y por donde corre un caudaloso río navegable, llamado Mississippi, que entra en dicho golfo; y dice en su dedicatoria que a nadie como a las naciones inglesa y holandesa conviene más el apoderarse de aquellas regiones y plantar en ellas la fe (esto dice un religioso) y como una y otra tengan dominios en aquellas partes, que les facilitan la entrada, le dieron oídos.
lunes, 25 de enero de 2021
Louis Hennepin: Relación de un país que nuevamente se ha descubierto en la América septentrional
lunes, 18 de enero de 2021
Alexandre Olivier Exquemelin: Piratas de la América, y luz a la defensa de las costas de Indias Occidentales
Cabeza de Morgan, isla de Santa Catalina (Colombia) |
lunes, 11 de enero de 2021
Lilo, Tono y Herreros: Humor gráfico y absurdo en La Ametralladora (1937-1939)

sábado, 12 de diciembre de 2020
UNA CARCASA Y UN RETO
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Ever Meulen, fragmento |
Google ha convertido CLÁSICOS DE HISTORIA en una carcasa vacía, al impedir desde hace casi dos meses el acceso a más de un millar de documentos de mi propiedad alojados en Drive. Ante mis repetidas reclamaciones ha dado la callada por respuesta, ya que sólo he recibido acuses de recibo automáticos: NUNCA se me ha facilitado NINGUNA información. Parece ser política de la empresa, ya que Dª Fuencisla Clemares, Directora General de Google España y Portugal, tampoco ha respondido por ahora a la carta personal que le dirigí. Todo ello me parece un desagradable despropósito.
Por otro lado, los siete años de existencia de CLÁSICOS DE HISTORIA me han resultado gratificantes. Han sido 359 obras clásicas de historia las que he recuperado, recopilado, editado, y en ocasiones traducido. Según el blogger, han sido vistas en 851.761 ocasiones distintas entradas (es cierto, una nonada en comparación con tanto exitoso youtubero e influencista); algo menos de la mitad en España, y el resto en otros países: Estados Unidos, México, Argentina y Alemania como más habituales. Algunas de mis ediciones de obras históricas son citadas en libros y artículos. Se han descargado de éste y de mis otros blogs un gran número de recursos educativos que es fácil encontrar reaprovechados en muchas y distintas páginas web, todo lo cual me llena de satisfacción…
Drive nos ha asistido amigablemente durante dos años, pero parece que ya no va a seguir haciéndolo (espero equivocarme). Y por ello, si queremos que CLÁSICOS DE HISTORIA continúe su andadura, es por lo que me permito solicitar su colaboración. Por supuesto, en absoluto crematística. Sí, en cambio, práctica y cooperativa: les invito a subir a la red algunos de los CLÁSICOS DE HISTORIA que ustedes se hayan descargado, e introducir en la correspondiente entrada del blog el enlace de descarga como COMENTARIO. Asimismo, pueden incluir peticiones de obras, en la confianza de que otros usuarios podrán proporcionarlas del modo indicado.
Puede ser un modo sencillo para, entre todos, recuperar los contenidos que justifican la existencia de CLÁSICOS DE HISTORIA.
sábado, 14 de noviembre de 2020
INFORME SOBRE LA SITUACIÓN
El pasado 19 de octubre, a las 18:45, recibí un correo de Google con el siguiente mensaje:
Estimado usuario de Google:
Google ha recibido una notificación en la que se le informa de que, según lo estipulado en la ley estadounidense de protección de los derechos de autor (DMCA), algunos de tus materiales parecen infringir derechos de autor de terceros.
En este caso, tras haber recibido una o más reclamaciones basadas en la DMCA, hemos inhabilitado el acceso a los materiales que presuntamente infringen derechos de autor. Google puede volver a admitir estos materiales tras la recepción de una contranotificación en virtud de los apartados 512(g)(2) y (3) de la DMCA. Para obtener más información sobre los requisitos de una contranotificación, consulta este enlace.
Si continúas infringiendo nuestras políticas, podemos cancelar tu cuenta de Google, de modo que dejarías de tener acceso a su contenido.
Atentamente,
El equipo de Google
Las respuestas a este correo no se supervisan. Si tienes más preguntas o dudas acerca de Google, visita el Centro de Ayuda de Google.
A este correo le antecedió y siguieron cuatro correos, cada uno indicando un enlace de descarga diferente, aunque sin referencia alguna al documento aludido ni al blog que lo aloja, y mucho menos a la vaporosa entidad que reclama dudosos derechos de autor. Y, al mismo tiempo, la cuenta drive que acoge los documentos de Clásicos de Historia y de otros blogs educativos, quedó bloqueada, sin permitirme el acceso al millar de documentos de mi autoría, edición o traducción (y por tanto de mi propiedad intelectual), que yo consideré oportuno poner libremente a disposición de cualquier persona interesada.
Naturalmente, el mismo día presenté el correspondiente formulario solicitando más información y la restauración de mi cuenta. El acuse de recibo fue inmediato, del siguiente tenor:
Hola:
Gracias por ponerte en contacto con nosotros acerca de tu cuenta de Google inhabilitada. El equipo de Cuentas de Google revisará tu solicitud y se pondrá en contacto contigo para proporcionarte información lo antes posible. La mayoría de las solicitudes tardan 2 días laborables en revisarse, pero algunas pueden tardar más.
Gracias por tu paciencia.
El equipo de Cuentas de Google
Para facilitar la solución, una vez identificados eliminé los enlaces, y dejé como borrador todo el blog que los alojaba (Libros de Equipaje). Pero ante la ausencia de novedades, a partir del 29 de octubre reiteré mis mensajes a distintas direcciones de Google y envié los datos que me solicitaron, pero sin obtener resultado alguno (aunque sí recibí varias peticiones de encuestas sobre mi grado de satisfacción.)
Una vez llegados a este punto, y tras casi un mes de tediosas gestiones infructuosas, considero oportuno dar a conocer esta situación a todos los usuarios de Clásicos de Historia. Ignoro si va a ser revertida por parte de Google. Pero confiando en una posible solución, y mientras ésta no llegue, les ruego encarecidamente que no soliciten acceso a cualquiera de los documentos del blog: yo tampoco puedo acceder y no puedo facilitárselo. No por ello dejo de agradecerles el interés que han mostrado y muestran por Clásicos de Historia, que he constatado una vez más por los centenares de correos que he recibido en este último mes solicitando aquellos.
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No, no es ésta la solución. |
viernes, 16 de octubre de 2020
Julián Zugazagoitia, Guerra y vicisitudes de los españoles
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Ricardo Baroja, 1937 |
viernes, 9 de octubre de 2020
Revolución y represión en Casas Viejas. Debate en las Cortes
Escribe el decisivo anarquista Juan García Oliver en sus tardías memorias tituladas El eco de los pasos: «La táctica de la “gimnasia revolucionaria” alcanzó un punto álgido en enero de 1933. La Federación nacional de Ferroviarios de la CNT acordó lanzarse a la huelga nacional en demanda de reivindicaciones ampliamente debatidas. Y señaló como fecha para iniciar la huelga el 8 de enero. Por conducto de su delegado en el Comité nacional de la CNT, pidió que las secciones de Defensa Confederal de todo el país la sostuviesen enérgicamente, para crear una situación de alarma en torno a su conflicto, pues en manera alguna querían perderlo (…) Sin pérdida de tiempo se pasaron las consignas a los cuadros de Defensa. La consigna fue “preparados para intervenir con todos los efectivos de combate”, lo que significaba un estrecho contacto de los cuadros con sus responsables, con todos los elementos disponibles en armas y explosivos. El plan fue meticulosamente estudiado por los que integrábamos el Comité regional de Defensa de Cataluña, asignándose a cada uno de nosotros un cometido insurreccional. El plan, además de acciones frontales en cada barriada, incluía la voladura de los edificios de Capitanía General, Gobernación y Jefatura Superior de Policía, trabajo encomendado a la sección de Alcantarillas (…)
»Cuando, por conveniencias del Comité de Huelga de los ferroviarios, nos llegó la comunicación de suspender las acciones, consideramos, a propuesta mía, que no había lugar a ello, por considerar que nuestras fuerzas de choque se creaban por y para la revolución, pero no para maniobras de tipo sindical. Si se incurría en maniobreos, pronto desaparecería el espíritu revolucionario de los que al entrar a formar parte de los cuadros de Defensa lo hacían convencidos de que no serían utilizados por conveniencias ridículas. Y el 8 de enero se libró una de las batallas más serias entre los libertarios y el Estado español. Fue la lucha que más impacto tuvo en el aparato gubernamental y la que determinó que los partidos republicanos y el Partido Socialista perdiesen su influencia sobre la mayoría popular de los españoles.
»En Barcelona y en Cataluña, la conmoción fue enorme al enterarse la gente de las terribles palizas que nos propinaron los guardias de asalto en la Jefatura Superior de Policía, tanto a mí ―pero a mí con predilección― como a mis compañeros (…) que caímos presos en una muy bien preparada trampa que nos tendió la Guardia Civil. Pero lo que nos hicieron a nosotros en los pasillos de la Jefatura de Policía los guardias de asalto, que se dedicaron a machacar nuestras cabezas y costillas con las culatas de los mosquetones, fue pálida orgía comparado con la brutalidad con que los guardias de asalto llevaron el ataque contra el pueblecito de Casas Viejas, donde acribillaron a tiros y quemaron dentro de su casa al compañero Seis Dedos y a su familia.»
La sublevación anarquista de enero de 1933 fracasó, como lo había hecho la anterior en un año y las posteriores (antes de la guerra civil…). Pero fueron los acontecimientos de Casas Viejas, citados al paso por García Oliver, los que dieron lugar a considerables consecuencias políticas en la Segunda República. El gobierno Azaña, formado por republicanos de izquierdas y socialistas, reaccionó con dureza ante la insurrección, y los guardias de Asalto enviados a aquella pequeña localidad gaditana, donde ya se habían producido varias víctimas entre las escasas fuerzas de orden público, llevaron a cabo una durísima represión, con el incendio provocado de la casa en que se habían refugiado y seguían la lucha algunos anarquistas, y posteriormente el fusilamiento de doce vecinos escogidos poco menos que al azar.
Ahora bien lo que magnificó el sangriento episodio fue el esfuerzo por parte de las autoridades para, primero, ocultar el acontecimiento; después para maquillar las severas órdenes impartidas; y finalmente para rechazar cualquier vinculación que se les pudiera encontrar. Esta estrategia resultó inviable por la actuación de la prensa y de los diputados de oposición (básicamente los republicanos situados a izquierda y derecha de la coalición) desde que se reabrieron las sesiones en las Cortes el 1 de febrero. Los debates fueron elevando su tono conforme aumentó la información sobre lo realmente ocurrido, y sobre la responsabilidad del gobierno con las medidas adoptadas. Sin embargo, la coalición gobernante se mantuvo cohesionada y derrotó a la oposición en todas las votaciones que se hicieron a este efecto. Pero su triunfo fue aparente: su descrédito no hizo más que aumentar en los meses consecutivos, con severas derrotas en las elecciones municipales parciales, en la de miembros para el Tribunal de Garantía Constitucionales, y finalmente en las legislativas.