Escribe Antonio Rumeu de Armas en La época de Hernando Colón y su Historia del Almirante: «De la descendencia del descubridor de América y primer almirante de las Indias don Cristóbal Colón la figura de mayor relieve y categoría fue la de su hijo natural Hernando, nacido en Córdoba, en 1488, como fruto de los amores con la joven andaluza Beatriz Enríquez de Arana. Hernando Colón destaca por los sobresalientes servicios que prestó a la Corona y al Estado. Fue, entre otras cosas, paje de los Reyes Católicos; acompañante de su padre en la cuarta navegación, apenas cumplidos los trece años; gentilhombre del emperador Carlos V, integrado en su séquito durante el viaje por Italia y Alemania; comisario para dirimir las encarnizadas disputas con Portugal sobre la posesión de las islas Molucas, etc. etc. El eximio cordobés rayaba por su vasta cultura en auténtico polígrafo. Humanista y bibliógrafo eminente, fue además un jurista de nota, cultivando de paso la poesía, la música y la pintura. Sin embargo, las actividades en que más destacó, por la solidez de sus conocimientos, fueron la cosmografía, la geografía y la náutica. Hernando Colón fue uno de los bibliófilos más destacados de su tiempo. El trato frecuente con prestigiosos humanistas como Erasmo, Nebrija y Clenard, y las adquisiciones de libros en España y en los más diversos escenarios de Europa, a lo largo de sus múltiples viajes, le permitieron reunir en su casa sevillana de la Puerta de Goles la famosa Biblioteca Colombina, auténtico tesoro, sin igual en la época.
»Ahora bien, de las diversas actividades reseñadas de nuestro protagonista, la fama póstuma se le va a deber por entero a la Historia del Almirante, libro de excepcional valor, dado a luz en extrañas circunstancias. En 1571 se editaba en Venencia en los tórculos de Francesco de Franceschi, en traducción al italiano por Alfonso de Ulloa, la obra más discutida de la historiografía moderna. Su título exacto era este: Historie de S. D. Fernando Colombo, nelle quali s’ha particolare et vera relatione dell’Ammiraglio D. Christoforo Colombo, suo padre. ¿Cómo pudo arribar a Venecia dicho manuscrito? El prólogo-dedicatoria del libro , suscrito por Giuseppe Moleto , nos ilustra sobre las incidencias del éxodo. Según dicho escrito el texto original de don Hernando había sido entregado al patricio genovés Baliano de Fornari por el almirante de las Indias don Luis Colón, sobrino del autor. El personaje ligur se trasladó, andando el tiempo, a Venecia para negociar la edición del precioso manuscrito, encargo que traspasó a su amigo y coterráneo Giovanni Battista de Marini. Este delegó a su vez la comisión en Giuseppe Moleto, que fue quien convino la traducción con el español emigrado Alfonso de Ulloa (…) En el siglo XVIII un historiador español, don Andrés González Barcia, acometió la empresa de retraducir el texto hernandino al castellano, con escaso acierto en la tarea por su pésimo conocimiento de la lengua italiana.»
Y más adelante: «La Historia del Almirante, tal cual hoy la conocemos, se compone, como se ha dicho, de dos partes bien diferenciadas. La primera abarca los capítulos I a XV, y polariza su atención en biografiar a Cristóbal Colón antes de acometer la gesta imperecedera del descubrimiento. La segunda comprende los capítulos XVI a CVIII, y hace objeto de su estudio la descripción pormenorizada de las cuatro inmortales navegaciones al Nuevo Mundo, que aparecen enlazadas entre si con relatos sucintos de los acontecimientos intermedios. Si parangonamos ambas partes, biografía y viajes, nos será fácil advertir antagónicas diferencias. La primera adolece de vacuidad, inconsistencia y pobreza de datos; la segunda, de prolijidad, solidez y riqueza de pormenores. Aquélla se significa por una cronología esporádica y débil; esta hace alarde de una datación reiterada y firme. Los capítulos biográficos están plagados de supercherías, invenciones, errores y anacronismos; las páginas consagradas a los viajes son modelo de veracidad, precisión y justeza. Hasta el tono es distinto. La biografía es agria, rencorosa, agresiva y polémica, en desacuerdo absoluto con el carácter y el temperamento de Hernando, según lo retratan los contemporáneos. La crónica de los viajes objetiva y serena, aunque con la natural pasión para defender de todo escarnio, vejación o mancha la gloria paterna.
»Pues bien: la biografía es algo añadido y postizo, ajeno por completo a la pluma de Hernando Colón. El engendro se debe a un autor desconocido que buceó, sin embargo, en buenas fuentes, cuando la ocasión se lo deparó. En cambio los viajes pertenecen en su integridad al polígrafo cordobés. Es su gran aportación a la historia de América (…) En cuanto al montaje de la refundición, ensamblando y retocando ambos escritos ―biografía y viajes― la tarea debió acometerse por un escritor venal, de pocas luces, bajo la directa inspiración de don Luis Colón, primer duque de Veragua.»