«―¡Que el jurado considere su veredicto! ―ordenó el Rey, por centésima vez aquel día.
―¡No! ¡No! ―protestó la Reina―. Primero la sentencia... El veredicto después.»
Parece que Google, que tan beneméritamente nos acoge, está de acuerdo con la Reina de Corazones.
El pasado 19 de octubre, a las 18:45, recibí un correo de Google con el siguiente mensaje:
El pasado 19 de octubre, a las 18:45, recibí un correo de Google con el siguiente mensaje:
Estimado usuario de Google:
Google ha recibido una notificación en la que se le informa de que, según lo estipulado en la ley estadounidense de protección de los derechos de autor (DMCA), algunos de tus materiales parecen infringir derechos de autor de terceros.
En este caso, tras haber recibido una o más reclamaciones basadas en la DMCA, hemos inhabilitado el acceso a los materiales que presuntamente infringen derechos de autor. Google puede volver a admitir estos materiales tras la recepción de una contranotificación en virtud de los apartados 512(g)(2) y (3) de la DMCA. Para obtener más información sobre los requisitos de una contranotificación, consulta este enlace.
Si continúas infringiendo nuestras políticas, podemos cancelar tu cuenta de Google, de modo que dejarías de tener acceso a su contenido.
Atentamente,
El equipo de Google
Las respuestas a este correo no se supervisan. Si tienes más preguntas o dudas acerca de Google, visita el Centro de Ayuda de Google.
A este correo le antecedió y siguieron cuatro correos, cada uno indicando un enlace de descarga diferente, aunque sin referencia alguna al documento aludido ni al blog que lo aloja, y mucho menos a la vaporosa entidad que reclama dudosos derechos de autor. Y, al mismo tiempo, la cuenta drive que acoge los documentos de Clásicos de Historia y de otros blogs educativos, quedó bloqueada, sin permitirme el acceso al millar de documentos de mi autoría, edición o traducción (y por tanto de mi propiedad intelectual), que yo consideré oportuno poner libremente a disposición de cualquier persona interesada.
Naturalmente, el mismo día presenté el correspondiente formulario solicitando más información y la restauración de mi cuenta. El acuse de recibo fue inmediato, del siguiente tenor:
Hola:
Gracias por ponerte en contacto con nosotros acerca de tu cuenta de Google inhabilitada. El equipo de Cuentas de Google revisará tu solicitud y se pondrá en contacto contigo para proporcionarte información lo antes posible. La mayoría de las solicitudes tardan 2 días laborables en revisarse, pero algunas pueden tardar más.
Gracias por tu paciencia.
El equipo de Cuentas de Google
Para facilitar la solución, una vez identificados eliminé los enlaces, y dejé como borrador todo el blog que los alojaba (Libros de Equipaje). Pero ante la ausencia de novedades, a partir del 29 de octubre reiteré mis mensajes a distintas direcciones de Google y envié los datos que me solicitaron, pero sin obtener resultado alguno (aunque sí recibí varias peticiones de encuestas sobre mi grado de satisfacción.)
Una vez llegados a este punto, y tras casi un mes de tediosas gestiones infructuosas, considero oportuno dar a conocer esta situación a todos los usuarios de Clásicos de Historia. Ignoro si va a ser revertida por parte de Google. Pero confiando en una posible solución, y mientras ésta no llegue, les ruego encarecidamente que no soliciten acceso a cualquiera de los documentos del blog: yo tampoco puedo acceder y no puedo facilitárselo. No por ello dejo de agradecerles el interés que han mostrado y muestran por Clásicos de Historia, que he constatado una vez más por los centenares de correos que he recibido en este último mes solicitando aquellos.
No, no es ésta la solución. |