El discurso de Denina se difundió abundantemente, y provocó numerosos ataques, sobre todo desde Francia. La nutrida correspondencia que generó en ese mismo año de 1786, le permitió justificar y ahondar en sus argumentos: localizó abundantes errores, carencias y falsedades en otros artículos de la Enciclopedia metódica; citó un gran número de autores y obras españolas que considera de una trascendencia y valor constatable; criticó otras obras que minusvaloraban o falseaban la historia de España… Pero reserva sus más afilados dardos contra aquellos que le atacan directamente, como Jean-Charles Laveaux (1749-1827), lo que da lugar a la carta XIII, la más extensa y la más dura de las que coleccionó y publicó, también traducidas prontamente al castellano. Detecta abundantes yerros, le acusa de utilizar como fuente de información exclusivamente un diccionario histórico, y no desaprovecha ocasión alguna de motejarle de ignorante: Así, tras una cita de su crítico, continúa: “No hay sino tres o cuatro faltas grandes en estas líneas, una contra los elementos de la gramática latina, y contra la bibliografía al mismo tiempo; otra contra la historia más conocida; otra en fin contra la lógica.”
Publicamos estas dos obras de Carlo Denina, la Respuesta a la pregunta: ¿Qué se debe a la España? Discurso leído en la Academia de Berlín en la asamblea pública de 26 de enero de 1786, día del aniversario del rey, y las Cartas críticas para servir de suplemento al discurso sobre la pregunta ¿Que se debe a la España? Así incrementamos los textos que agitaron a fines del siglo XVIII el debate sobre la contribución de España al progreso de la humanidad, ya comunicados en Clásicos de Historia. Desde los que la enjuician negativamente, como Nicolás Masson de Morvilliers y León de Arroyal, hasta los que la defienden, como Antonio José de Cavanilles y Juan Pablo Forner. En conjunto, podemos observar el característico incremento de las pasiones nacionalistas (que vienen de antiguo), que pronto se transformarán al calor de las nuevas pasiones ideológicas que pasarán a ser determinantes con las revoluciones políticas, y que tendrán como resultado el absorbente, excluyente y amenazante nacionalismo contemporáneo, todavía hoy con tanto peso. ¡Que lejos quedan posturas como la de Carlo Denina, cuando hace referencia a su patriotismo italiano, su patriotismo alemán, su interés y enaltecimiento de la cultura española, y su reconocimiento de las valiosas contribuciones de la francesa!