Nacido en el norte de Italia, Cornelio Nepote vivió en la agitada Roma del siglo I a. de C.: las agitadas crisis finales de la República, las guerras civiles, los triunviratos, Julio César… hasta la definitiva asunción del poder por parte de Octavio. Al igual que otros, parece que nuestro autor sorteó los excesivos riesgos de la vida pública en su época renunciando a los cargos políticos propios de un equites romano, para así dedicarse exclusivamente a la vida literaria. No faltan las referencias a nuestros autor por parte de sus contemporáneos: Cátulo, Plinio el Joven, Cicerón…, y de los autores posteriores, lo que nos permite conocer un buen número de títulos de su abundante obra.
Y, sin embargo, de toda ella sólo ha sobrevivido una pequeña parte de sus Vidas de los varones ilustres, casi un siglo anterior a las de Plutarco, que reproducirá y desarrollará su planteamiento. Nace así el género de la biografía política, que tendrá ilustres autores posteriores. Sin embargo Nepote ha sido considerado habitualmente un autor menor, ante lo que Ana Isabel Martín Ferreira, en un artículo reciente (Cornelio Nepote: revisión de un clásico a través de su público, Minerva. Revista de Filología Clásica, 18 (2005), pp. 117-136), lo reivindica así: «es innegable, al menos en el estado actual de la documentación existente… que el modelo biográfico seguido por el de Queronea se basa en el de Nepote, quien, a la postre, fue el primero en fijar un esquema basado en la presentación por parejas en sus biografías, un griego frente a un romano, dejando así a la libertad del lector la extracción de conclusiones fruto de la comparación de ambos.»
La obra estuvo compuesta por dieciséis libros, dedicados a narrar la vida de reyes, generales, oradores, jurisconsultos, filósofos, historiadores, poetas y gramáticos, tanto griegos como romanos, con la inserción de personajes de otros países; en la parte conservada, un persa y dos cartagineses. Ha llegado a nosotros el libro III, dedicado a los grandes generales extranjeros, que posiblemente, según la autora que citamos, «tuvo una difusión independiente, o al menos así fue publicado hacia el 34 o 35 a. C., aunque conoció una segunda edición anterior al 27 a. C., que contó con los añadidos de las vidas de Dátames, Amílcar y Aníbal, pues anteriormente sólo se habían biografiado personajes griegos, preferentemente figuras del período clásico. Por desgracia no conservamos el correlato correspondiente a los generales romanos.» Son en total veintitrés vidas, entre las que se encuentran, además de las citadas, las de Milcíades, Temístocles, Alcibíades, Epaminondas… Del libro XV, dedicado a los historiadores romanos, se conservan las muy interesantes de Catón y Pomponio Ático, este último espejo en que parece mirarse el autor.
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